Capítulo 35: Hasta el fin

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Briiss cabalgó lo más rápido que podía con Bilbo hacia la Colina del CUervo para avisar a Thorin, Dwalin, Fili y Kili. Mientras cabalgaba, mataba orcos a sus alrededores. A lo lejos, Briiss vio un arco y flechas en el suelo.

-¡Bilbo, dame la mano! - le dijo Briiss.

-¡¿Para qué?! - preugntó confuso.

-¡Tú dámela y agarrame fuerte! - Bilbo sin entender nada, lo hizo y Briiss se agachó un poco hasta que pudo alcanzar el arco y las flechas.

Briiss se colocó las armas en la espalda, y Bilbo tenía miedo de caer del caballo por la alta velocidad que iban. Al final pudieron llegar al pie de la colina, pero el caballo no podía subir esa cuesta. Bilbo tenía cuidado de que no cayera una cosa muy pesada que Gandalf le dio para Thorin antes de que se marcharan hacia la colina.

-¡Dejémoslo aquí! - dijo Briiss, y Bilbo asintió.

Bilbo y Briiss bajaron del caballo y corrían lo más rápido que sabían. Briiss temía que hirieran a Kili, o peor... Ambos estaban agotados, esa colina no era precisamente pequeña, pero al final, llegaron. Nada más llegaron se encontraron una serie de orcos que estaban atacando a los enanos, pero acabaron con las bestias en seguida. Thorin le dio la orden a Fili y a Kili de que miraran en el otro extremo del río congelado de la colina.

-¡No! ¡Esperad! - saltó Briiss.

-¡Briiss! ¡Bilbo! - exclamó alegre Thorin

Kili, al ver a Briiss, el corazón le dio un vuelco. Dwalin y Fili estaban sorprendidos de verles.

-No hay tiempo. - dijo Bilbo. - Una... ma...ma... - intentaba decir, pero el cuepo le reclamaba aire de tanto córrer.

-Orcos de Gundabad vienen hacia aquí. - terminó Briiss, y Thorin la miró sorprendido.

Thorin se giró y miró hacia el otro extremo. No había movimiento y la neblina tapaba un poco.

-Esa escoria de orco está cerca, aprovechemos para atacar. - dijo Dwalin ya marchándose.

-¡No! - le detuvo Thorin con la mano. - Espera, es una trampa.

-¿Qué hacemos? - preguntó Fili.

Thorin contemplaba la torre del otro extremo, sin decir nada, su mirada quedaba fija. Briiss caminó lentamente hasta su lado y le murmuró:

-¿Qué piensas?

Thorin la miró serio, pero esa seriedad fue formando una pequeña sonrisa con una mirada de alegría de ver a Briiss. Y esta dejó de mirarle al recordar lo que le dijo en la montaña. Thorin volvió la vista a la torre, y sin decir nada, se dirigía hacia ella.

-Thorin, ¿a dónde vas? - preguntó Dwalin.

-A acabar esto de una vez por todas. - dijo sin parar de andar.

-¡Thorin, para! - corrió detrás de él y le giró cogiéndole del brazo. - ¡Es una trampa! 

-Pero seguro que está ahí. - le murmuró.

-¡No importa si está ahí o no, otro ejército viene hacia aquí! - espetó. - Y puede que solamente queden segundos para que lleguen.

-Debo ir. - le dijo mirándole, y luego miró a sus sobrino.

Thorin se dio media vuelta para ir hacia allí, pero algo hizo que se parara y mirara la torre, al igual que todos los presentes. Azog quedó descubierto en la torre. Su mirada quedaba fija en Thorin, una mirada llena de ansias por acabar con la vida de Thorin y con la de sus sobrinos. Thorin, al ver que estaba allí, su estado pasó a estar más enfadado. Briiss miró al pálido orco con furia y asco. Azog comenzó a hablar hacia Thorin en Lengua Negra, y este ya sabía que estaba amenzando con acabar con las vidas de Thorin, Fili y Kili. Dwalin echaba gruñidos reprimiendo las ganas de córrer a por esa inmunda basura, pero Kili se adelantó. Bajaba rápido las escaleras y Briiss impidó que fuera saltando encima de él. Ambos cayeron en el río congelado.

-¡¿Es que no escuchas?! - le espetó Briiss cogiéndole del cuello de sus ropajes.

Kili la miró con sorpresa al ver lo que hizo Briiss para impedirselo, y no respondió nada. Briiss y Kili se levantaron y al subir la vista, todos vieron que una sluces anaranjadas llenaban las paredes de la torre. Ruidos de tambores se escucharon, eso les dio pensar que, los orcos de Gundabad, habían llegado. Briiss y Kili se quedaron paralizados; Thorin, Dwalin, Fili y Bilbo, podían observar las sombras de los orcos moverse por aquel lugar. De pronto, orcos salieron de la torre y se dirigían hacia Briiss y Kili.

-¡Orcos! - exclamó Kili, y ambos desenvainaron las espadas.

Briiss y Kili comenzaron a pelear. Thorin y el resto estaban arriba. Fili bajó para ayudarlos, pero Thorin, Dwalin y Bilbo, estaban más atentos por los trasgos mercenarios que vinieron a sus espaldas.

-¡Thorin! - le exclamó Bilbo cuando temrinaron con llos trasgos. - Gandalf me dio esto para ti.

Bilbo le entregó el pesado paquete y Thorin, extrañado, lo cogió. Desenvolivó con cuidado y cuando lo abrió, se llevó una gran sorpresa.

-Orcrist... - murmuró maravillado Thorin empuñándola. - Gracias.

Thorin estaba contemplando la espada durante un rato, hasta que, en la misma dirección por dónde miraba la espada, detrás vio que Azog lo miraba. El pálido orco le echo una mirada de desafío con la cabeza alta, y luego se marchó desapareciendo en la neblina hacia la torre lentamente. Thorin supo que Azog lo llamaba. Deseaba acabar con él con todas sus fuerzas, por el daño que le causó antaño. Cuando Fili, Kili y Briiss acabaron con la primera tropa de orcos, subieron colocándose al lado de Thorin, quién estaba pensativo con la vista al suelo. Dwalin, Bilbo, Fili, Kili y Briiss lo miraban esperando una orden.

-Si vas, voy contigo.  -añadió Briiss, y Thorin la miró.

-No, no vendrás. - dijo Thorin. - Voy solo.

-¡¿Estás de broma...?! - espetó, y todos se sorprendieron. - ¡Thorin...! ¡Son demasiados!

-Me da igual, yo voy a por uno, no a por cien. - fue lo último que dijo.

Thorin caminó hacia la torre cruzando el río y empuñando a Orcrist. De repente, sintió que alguien le seguía. Se giró y vio que todos le seguían. 

-No voy a dejar que te lleves toda la fiesta. - dijo Dwalin. - Hasta el fin, Thorin.

-Hasta el fin... - dijo Fili, y Kili asentía seriamente.

Thorin miró sorprendido a todos. Luego miró a Bilbo, quién le dedicó una sonrisa cuando le vio; después miró a Briiss, quién estaba detrás de él.

-Hasta el fin. - dijo decidida.

Misión: EreborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora