Había amanecido y Briiss seguía dormida en el hombro de Kili. Él tenía la cabeza apoyada en la de Briiss.
-Eh... Kili, despierta. - le susurró Fili dándole pequeños empujones.
Kili se despertó lentamente y vio a su hermano de pie esperando a que se levantara.
-Despiertala. - le volvió a susurrar Fili, y le guiñó un ojo antes de irse a buscar su espada, que estaba en el suelo.
Kili giró la vista hacia ella y le dijoen un susurro:
-Briiss... Briiss...
Esta se quejaba mientras la despertaba, pero Kili insistió con una sonrisa que había aparecido de la nada.
-Briiss, levanta. Ya estamos cerca.
Briiss abrió los ojos y se encontró con aquella sonrisa, lo que hizo que diera un respingo y se apartara de Kili al instante.
-Hola... - dijo Briiss estirándose. - ¿Te he molestado?
-No, no. Tranquila, no me has molestado en absoluto. - dijo mirándola sonriente Kili.
-Bueno, continuemos. - dijo Bofur animado.
-Sí, estamos muy cerca. - dijo levantándose Briiss con una gran sonrisa.
Volvieron a andar, pero ahora el camino sería más corto. No hubieron charlas mientras andaban, ya que estaban ansiosos de ver Erebor, después de tanto tiempo esperando, y, cuando subieron una alta colina, lo vieron.
-Ahí está... - murmuró Kili maravillado.
Briiss al ver la puerta de Erebor, una sonrisa apareció en su rostro. Recordó cuando su padre le contaba aquella historias de la Montaña Solitaria.
-"Gracias, papá." - pensó Briiss.
Mientras veía la puerta, le dio un agradable escalofrío. Los cuatro se quedaron embobados y felices por dentro.
-¡Vamos! - exclamó Bofru corriendo.
Los cuatro corrieron, Bofur, Fili y Kili corrían para entrar, pero justo cuando estaban delante de la puerta, Briiss se detuvo y lo contempló. Kili se dio cuenta, se giró y le preguntó extrañado:
-Briiss, ¿por qué no entras? - preguntó acercándose a ella.
-Es que... - decía mientras miraba el camino de la entrada seria. - Siempre soñé con esto.
-¿Y a qué le temes? - preguntó él.
-A que no sea como me lo esperaba. - dijo ahora mirándole.
-Yo tampoco sé como es adentro, pero ahora podemos descubrirlo. - dijo Kili extendiéndole la mano.
Briiss miró la mano que Kili le ofrecía y la cogió. Juntos entraron en Erebor, y lo primero que vieron, fueorn restos de rocas.
-¿¡Hola!? - exclamó Fili cuando Briiss y Kili se encontraron con este y Bofur.
-¡Bifur! ¡Bombur! - exclamó Bofur.
Los cuatro se dirigían a las fraguas, para ver si se encontraban ahí. Mientras iban andando, Briiss alucinaba con cada cosa que veía. Inmensos salones había bajo la montaña, y las piedras que hacían de paredes, eran frías y suaves.
-¡Balin! - exclamó feliz Bofur al verlo sentado.
De repente, todos, excepto Thorin y Bilbo, aparecieron gritando y riendo de alegría. Muchos abrazaron con mucha fuerza a Briiss.
-¡Qué me ahogo! - exclamó Briiss casi sin oxígeno, y la soltaron.
-¡Briiss! - exclamó Balin contento. - ¡Creí que no estabas viva!
-Ni de broma iba a morir allí después de todo lo que he pasado. - bromeó ella.
Fili, Kili, Bofur y Briiss se fueron an dirección hacia el oro. Primeramente para ver a Thorin, pero después era para contemplarlo y ver las riquezas que el rey Thror poseía antaño.
-¡Quietos! - apareció Bilbo. - ¡Debeis iros de aquí, todos! ¡Debemos marcharnos de aquí!
-Si acabamos de llegar. - dijo confuso Bofur.
-He intentado hablar con él, pero no me hace caso. - dijo preocupado Bilbo.
-¿A qué te refieres...? - preguntó Briiss temiendose que Bilbo insinuara una persona.
- Thorin, Thorin... Lleva días ahí abajo. - dijo Bilbo. - No duerme... Apenas come... No es el mismo, en absoluto. Es este... es este lugar. Creo que un mal lo asola.
-¿Un mal? - preguntó Kili preocupado. - ¿Qué clase de mal?
En seguida, los cinco fueron escaleras abajo, aunque Bilbo intentaba impedirlo. Esperaban a ver cómo se comportaba Thorin y comprobar si Bilbo tenía razón. Briiss no entendía porqué Bilbo dijo eso, ella no creía que Thorin estuviera tan mal. Al llegar abajo, se encontraron con montañas de oro y piedras preciosas que hacían que aquellos salones siempre estuvieran alumbrados. Briiss contempló ese tesoro durante unos largos segundos. Aquello parecía un mar dónde se podría nadar tranquilamente. Escudos, copas, joyas... Allí había de todo echo de oro. Los cuatro enanos contemplaban aquel oro silenciosamente, hasta que...
-Oro... - apareció Thorin murmurando con la vista al suelo, a la vez que llevaba puesta una capa que seguramente había cogido de allí. - Un oro que no conoce la medida...
Thorin andaba por aquella montaña de oro, mientras que desde arriba lo observaban. Briiss, Fili, Kili y Bofur ya notaron algo extraño en él nada más ver su rostro a lo lejos y por el tono de voz que usaba.
-Que no conoce la pena... ni el dolor... - volvió a murmurar Thorin mirando el oro, hasta que se dio cuenta que lo estaban mirando desde arriba.
No tenía la mirada de siempre, y Briiss lo notó. Lo miraba desconcertada. ¿Qué le había llevado a comportarse así?
-Contemplad el grandioso tesoro... de Thror... - dijo Thorin.
Fili ya se temía lo peor. Muchas veces fueron advertidos de lo que conllevaría obtener ese tesoro. De la nada, Thorin, lanzó un rubí hacia Fili y Kili. Fili cogió el rubí, lo miró y luego seguía observando a su tío.
-Hijos de mi hermana... - dijo Thorin con la mano en el corazón refiriéndose a Fili y Kili. -Bienvenidos seáis al reino... de Erebor...
Fili y Kili se miraron preocupados. Bilbo tenía razón. Thorin no era el mismo, ni mucho menos.
-Bofur... - dijo Thorin, y este lo escuchaba con atención. - Llama a los demás...
Bofur no tuvo más remedio que hacerlo y fue a hacerlo.
-¿Para qué? - preguntó Fili serio.
-Debemos encontrar la Piedra del Arca. - dijo Thorin con una mirada penetrante hacia los ojos de Fili.
Briiss no se imaginaba que Thorin reaccionaría así al ver ese tesoro, pero, al fin y al cabo, fueron avisados.
ESTÁS LEYENDO
Misión: Erebor
Fanfic*FanFic El Hobbit* Thorin Escudo de Roble se encamina en una misión para recuperar lo que les fue robado: Erebor, la Montaña Solitaria. Acompañado por Gandalf el gris, sus sobrinos Fili y Kili, el hobbit Bilbo Bolsón, otros diez enanos y Briiss, nue...