Capítulo 5: Destino fijado

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La mañana llegó cuando Briiss se despertó y no encontró a su padre en casa. Desayunó, se cabió de atuendo y se fue a entrenar, pero esta vez le ponía más entusiasmo al recordar que tenía la oportunidad perfecta para cumplir lo que más deseaba. Cada vez aceleraba cada ataque que daba y cada golpe que pegaba. Con el sudor que corría por su rostro, se limpió con su brazo y se sentó en el banco con la respiración agitada. 

-Vaya, recuerdame que no me meta contigo...  -  escuchó una voz de un hombre.

Briiss alzó rápido la vista y se encontró a quién menos esperaba. Rápidamente se levantó firme sin decir nada.

-¿No te dijios que no debías inclinarte? - dijo Kili.

-¿Cómo ha sabido dónde vivo? - preguntó Briss cambiando de tema.

-Primero, no me trates de usted, ¿de acuerdo? Segundo, somos enanos... Todos sabes donde vivimos todos. - dijo Kili sin poder quitarse una sonrisa de la cara.

-Vale. - respondió Briiss con una pequeña sonrisa.

-¿Y esto es lo que haces siempre? - preguntó Kili mirando el tronco despedazado en el suelo.

-¿Querías algo? - preguntó Briiss intentando parecer lo menos antipática posible.

-Eeee... Sí, bueno, quería conocer mejor a la nueva... constribuyente de la compañía...

-¿Cómo? - preguntó rápido. - ¿Mi padre le ha dicho a Thorin que... no puede ir?

-Sí... - respondió Thorin desconcertado.

-Oh, lo siento. No sabes de que estoy hablando... - dijo Briiss riendo.

-No, no mucho... - rio él también.

Hubo un silencio muy corto y Kili dijo:

-Un placer haberte conocido, Briiss... - le extendió la mano para despedirse.

-Igualemente... - le dijo a la vez que le correspondía el apretón de manos.

-Adiós, ya nos veremos. - fue lo último que dijo.

-Adiós... 

Recogió las espadas que había esparcidas por el suelo, todavía pensando en Kili y su inesperada visita. Cogió su arco y sus flechas, y empezó a practicar con una diana que había colgada en la rama de un árbol. 

Pasaron horas hasta que llegó el mediodía. Su padre llegó de la herrería y le contó que ya le explicó el porqué no podía participar. Y hablaron de que se tenía y qué no tenía que llevarse, las armas necesárias, las probisiones,etc.

-Y sobre todo... - dijo su padre con voz potente. - Ten cuidado.

-Sí, papá... - dijo dándole un reconfortante abrazo, lo cual el correspondió.

-Por cierto, - dijo mientras se separaba de Briiss lentamente - ¿sabes quién contribuirá?

-Pues... no. ¿Quién?

- Dwalin y Balin; Bifur, Bofur y Bombur; Oin y Gloin; Dori, Nori y Ori; y finalmente, Fili y Kili. - decía mientras los contaba con los dedos. - Todos amigos míos, y espero que te caigan bien.

-Eso también espero yo... - murmuraba.

-Tranquila, todo irá bien... - dijo su padre acariciando su hombro, y Briiss asintió.

-Tú irás con Fili y Kili, vendrán a buscarte. - Briss asintió estando atenta a las especificaciones que su padre le decía. - Os dirigiréis hacia Hobbiton, La Comarca.

Misión: EreborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora