Capítulo 20: Falta poco, a no ser...

1.8K 135 6
                                    

Sigilosamente, cuando vieron que el cielo oscureció, salieron  en dirección a la armería, cuando todo el mundo estaba en sus casas y casi nungún guardia vigilando.

-¿Véis algo? - preguntó Bofur.

-Sshhhh. - susurró Thorin. - Bajad la voz. En cuanto tengamos las armas, nos vamos a la montaña.

Todos estaban de acuerdo, amarrados a una pared esperando la señal de Thorin para avanzar. 

-Vamos. - susurró Thorin al ver que el terreno estaba despejado.

Andaron de puntillas evitando que las maderas que había de suelo rechinaran. Una vez al lado de la armería, Thorin dijo que hicieran una escalera para que unos cuantos subieran por la ventana y cogieran las armas necesarias para defenderse. Subieron Thorin, Bilbo, Kili, Bofur y Nori. Briiss se quedó abajo vigilando que no los pillaran. Mientras vigilaban, escucharon un estruendo inmenso que provenía del interior de la armeria.

-"Oh, oh..." - pensó Briiss.

-¡Alerta ladrones! - escuchó gritar a lo lejos uno de los guardias.

Se escuchaba como corrían los guardias y lo único que pensó en decir Dori, fue:

-¡Corred! - pero lamentablemente los guardias los pillaron.

Guardias bajaron a los que estaban a dentro y los llevaron hacia el gobernador de la Ciudad de Lago. Antorchas encendidas y guardias rodeaban a los enanos y a Bilbo cuando se encontraban en la entrada de la casa del gobernador. Se creaba un alvoroto entre la gente del lago. Salían de sus casas sólo para ver a quiénes intentaron robarles. Algunos venían amenazantes, con ganas de que tuvieran un castigo, pero otros sólo para fisgonear.

-¿Que significa todo esto? - preguntó en gobernador enfurecido al salir del edificio.

-Estaban robando armas, Señor. -  le informó un guardia.

-Aaaah... Enemigos del estado, ¿eh? - musitó el gobernador.

-Unos mercenarios desesperados, eso es lo que son, Señor. - le dijo Alfrid.

-Cuidado con lo que dices... - amenazó Dwalin. - ¡No sabes con quién estñas hablando...! ¡No es ningún vulgar delincuente! ¡Este es Thorin, hijo de Thrain, hijo de Thror! - decía cada vez alzando la voz.

Cuando el gobernador y la gente de la ciudad escuchó esos nombres, empezaron a murmurar sobre quién era él, quién era su padre y quién era su abuelo...

-Somos los enanos de Erebor. - presentó Thorin. - Venimos a reclamar nuestra tierra...

Thorin se encaminaba poco a poco hacia el gobernador y se detuvo.

-Recuerdo esta ciudad en los grandes días de antaño... - dijo Thorin observando las mal construidas casa. - Flotas de barcos atracados repletos de sedas y piedras preciosas, no era una ciudad abandonada junto a un lago... ¡Este era el centro... de todo el comercio del norte!

Cada vez que Thorin hablaba y animaba a los ciudadanos recordando aquellos tiempos, la gente murmuraba en lo cierto que estaba.

-¡Haré que vuelvan esos días! ¡Encenderé de nuevo las grandes fraguas d elos enanos y las riquezas fluirán una vez más... en el corazón de Erebor! - animó más Thorin, dirigiéndose a los ciudadanos.

-¡Sí...! - exclamaban las mujer y hombres, excepto el gobernador y sus sirvientes.

-¡Muerte! - se escuchó una voz cuando las demás callaron, y apareció Bardo. - ¡Eso es lo que nos espera! Fuego de dragón y ruina... Si despiertas a la bestia, nos destruirá a todos. - se dirigió a Thorin. 

Misión: EreborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora