Capítulo 52: El sueño

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“No puede ser...” - pesó Briiss en su sueño. - “¡¿Por qué esta maldita oscuridad?!”

Su grito creó un eco que duró más de cinco segundos, cómo si ese lugar fuera interminable. Briiss rogaba por dentro que ese sueño terminara, aunque, más bien dicho, una pesadilla. Esta vez no había luz, ni ninguna figura que pudiera darle un poco de esperanza. En cambio sí que notó el frío aliento y una grave respiración detrás de ella. Cerró los ojos suplicando que ese ser se marchara. Una luz detrás de ella apareció. Briiss lo notó, y la esperanza floreció en ella. Se giró bruscamente y no era lo que se esperaba. Un gran ojo de fuego cubría los ojos de Briiss.

-Ash Nazg durbatulûk,- decía el ojo con una grave voz. - ash Nazg gimbatul... ash Nazg trakatulûk, agh burzum-ishi krimpatul...

Briiss corrió hacia la oscuridad, asustada y temerosa. Corrió y corrió, pero el ojo siempre andaba detrás de ella. Briiss miraba cada rincón mientras corría, manteniendo la esperanza que aquella misteriosa figura volviera a aparecer. Pero nada.

-Vamos... - murmuró suplicante.

Nada. Miró hacia atrás, y ese ojo cada vez se expandía hacia ella. Briiss se torció el tobillo, y fue cuando cayó al suelo brutalmente.

-Ash Nazg durbatulûk, - volvió a repetir el ojo de fuego. - ash Nazg gimbatul... ash Nazg trakatulûk, agh burzum-is hi krimpatul...

Briiss comenzó a llorar entre sollozos,apoyando la cabeza junto al frío suelo. Abrió poco a poco los ojos y el ojo iba desapareciendo, o eso era lo que parecía. Briiss intentó levantarse, pero el tobillo torcido se lo impedía. ¿Cómo podía ser que en un sueño sintiera tanto dolor como en la vida real? Consiguió levantarse gracias al otro pie y, cuando pensaba que todo había terminado, el gran ojo regresó bruscamente hacia ella.

-¡AAAAAAAH! - exclamó Briiss al levantarse instantáneamente de la cama.

El sudor estaba pegado a su frente. Tenía la respiración agitada. Analizó rápidamente y con incertidumbre la pesadilla que acababa de pasar. Miró a su alrededor, y Kili no estaba en la cama que había la lado de la suya. Se tranquilizó al saber que no lo había despertado ella por el grito, y echó un cansado suspiro. Se puso de nuevo sus ropajes y se dispuso a buscar a Kili.

-”¿Por qué sueño esas cosas...?¿Qué demonios era ese ojo...?” - pensaba mientras andaba, dándose cuenta que justo había amanecido.

-Mira quién tenemos aquí. - apareció Gandalf sonriente en su camino. - Buenos días, Briiss.

-Buenos días, Gandalf. - dijo intentando crear una sonrisa.

-¿Estás bien? - preguntó el mago al ver que la sonrisa de Briiss era forzada.

-Eh... Sí, sólo ha sido una pesadilla. - respondió. - No te preocupes.

El mago, aún no estando muy seguro, asintió.

-¿Sabes dónde está Kili? - cambió de tema la enana.

-Sí, está esperándote en el balcón del final del pasillo. - respondió sonriente el mago.

Briiss asintió, y se fue siguiendo las indicaciones del mago. A lo lejos, vio a Kili mirando el paisaje que hacía más bello a aquel lugar. Una sonrisa en el rostro de Briiss apareció al verlo. Cuando esta estuvo detrás de él, le dio un beso en la mejilla.

-Eh, buenos días. - murmuró Kili sonriente.

-Buenos días. - sonrió Briiss poniéndose a su lado.

Briiss no podía dejar de mirarlo, estaba... feliz.

-¿Qué? - preguntó extrañado Kili al ver que tenía su vista fija en él.

Misión: EreborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora