Capítulo 42: Felices

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Todos estaban felices, contentos mientras bebían y comían. Mientras cantaban canciones dedicadas a Thorin y a la montaña. Briiss no podía evitar sonreír, simplemente no podía. Ver que ahora hay personas, a demás de su padre, que la quieren y la respetan, hacia que la poca autoestima que tenía antes, subiera como nunca antes. Briiss se levantó de su asiento para salir un rato y tomar aire fresco. Kili se dio cuenta y pensó que era la oportunidad perfecta para hablar todavía más del tema. Kili se levantó y, Thorin y Fili, se miraron sonrientes. 

Cuando Briiss estuvo fuera, cerró los ojos, disfrutando del viento fresco de la noche. Estaba disfrutando de los momentos más felices de su vida mientras podía. Sólo podía escuchar los leves gritos de alegría en los salones, y mirar a Esgaroth iluminada, y la blanca luna iluminar el camino. Briiss se giró al oír unos leves pasos acercarse.

-Hola. - dijo Kili algo nervioso.

-Hola. - respondió con una pequeña sonrisa.

Ambos estaban en silencio, mirando al horizonte. Kili no sabía cómo empezar a hablar, varias veces intentaba comenzar, pero se bloqueaba y no podía. Hasta que pensó algo.

-Briiss. - la llamó, y esta lo miró. - ¿Eres feliz?

Briiss, extrañada, le respondió:

-Sí, supongo. Ver a Thorin feliz y a todos felices pues... sí.

-¿Sólo estás feliz porque los demás están felices?

-Kili, ¿a qué viene este interrogatorio? - le preguntó Briiss sin entender a qué venía todo ese cuento.

-Pregunto si eres feliz. No porque los demás lo estén. Te pregunto para saber si eres feliz con lo que tienes, con las personas que tienes a tu lado... - dijo Kili acercándose un poco a Briiss, quién estaba temblando del nerviosismo. - ¿Lo eres?

Briiss no sabía qué respoder. Todo ese cuestionario la ponía nerviosa.

-Sí, lo soy. - pudo decir al fin. - Todas esas personas que están en el salón, son las personas que aprecio.

-¿Y qué hay de las personas que están aquí mismo, en este punto? - dijo Kili señalando el suelo.

Briiss volvió a quedarse sin habla y lo único que pensó fue en marcharse, y así lo hizo, pero Kili la cogió del brazo impidiendo que se fuera.

-Kili... - iba a decir Briiss, pero este le interrumpió.

-No, Briiss. Respóndeme.

Briiss lo miró a los ojos, que ya deseaban soltar unas pocas lágrimas, pero las contenían.

-Briiss... Yo no tengo miedo de lo que siento. - murmuró Kili. - ¿A qué le temes?

-A todos, nadie aceptaría esto... - dijo Briiss volviendo aguantar las lágrimas.

-¿Por qué...? - preguntó Kili.

-¡Porque no soy normal, Kili! - espetó, ahora soltando las lágrimas. - ¡Nunca lo he sido, y nunca lo seré!

Kili estaba sorprendido de la reacción de Briiss, y no decía nada, sólo la miraba apenado. 

-Yo... Me voy... - dijo Briiss quitándose las lágrimas  de su rostro.

Briiss tenía la intención de volverse a amarchar, pero, de nuevo, Kili la agarró del brazo, pero esta vez, la acercó para darle un beso en los labios. Briiss corresponidió el beso, pero sus lágrimas no dejaban de salir.

-¿Y qué si no eres normal? - murmuró Kili al separarse. - Eso te hace especial.

Briiss lo miró a los ojos sonriente, pero seguía sin estar convencida.

-No podemos, Kili. - murmuró mirando ahora el suelo. - Lo siento.

-¡Escúchame, Briiss! - espetó Kili cogiéndola por los hombros. - Esto no se trata de que los demás lo acpeten o no, se trata de ti. De nosotros. - el corazón de Briiss iba a mil por hora, sus lágrimas cesaron cuando Kili pronunció la palabra "nosotros". - No tienes que estar pendiente de lo que los demás acepten o no. Debes aprovechar el tiempo que se te ha dado, decidir lo que quieres. 

Briiss escuchaba atentamente las palabras de Kili y, la verdad, pensaba que tenía razón.

-Pero esto no se trata de decir lo que quieres... - murmuró Briiss.

-Tienes razón, no se trata de qué quieres, si no a quién quieres... - le murmuró Kili cogiéndole delicadamente una mano. 

En la mano que él cogió, le dio un ligero beso. Briiss lo miraba mientras que él cerraba los ojos a la vez que sostenía la mano de Briiss.

-Te quiero. - murmuró Briiss temerosa.

Kili abrió los ojos como platos y miró a Briiss, dejando escapar así una sonrisa. Briiss decidió que Kili tenía razón. Ellos se querían y, auqnue no sabían qué haríasn luego, estaban dispuestos a enfrentarse a toda persona que intentara interponerse. Ambos se miraron sinrientes, hasta que Briiss le dio un beso a Kili.

Después de toda la fiesta, todos se fueron a descansar, ya que era muy tarde. Briiss se había ido a dormir junto a su padre, pero no tenía sueño, ni tampoco Kili. A corta distancia, mientras todos dormían, se miraban sonrientes. Hasta que Briiss intentó dormir.

A la mañana siguiente, todos se habían despertado. Thorin y Bardo estaban hablando cerca de la entrada sobre la montaña y cuanto tiempo tardaría en arreglarla.

-No lo sé, puede que un mes, incluso dos. - dijo Bardo serio.

-No importa el tiempo, importa que la montaña esté arreglada.

-Está bien, ¿cuándo empezamos? - preguntó Bardo.

-Dentro de un día. - dijo Thorin.

-¡QUE SEAN DOS! - exclamó una voz muy familiar proviniente de la entrada.

Misión: EreborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora