LA CHICA MISTERIOSA ( Harry Potter )

El beso casi ocasionado

A esto Draco contestó:

—No la ayudo a ella, te ayudo a ti.

En ese momento Pansy levantó una ceja demostrando así su incertidumbre.

—¿A mi? ¿Por qué?

Draco le respondió señalando justo donde se encontraba Pansy. Con eso se refería a que mirara justo a sus espaldas.
Ahí se situaba Hagrid, él cuál lo vio todo y no dudó en parar aquella pelea.

—Me temo que os vais a tener que venir conmigo al despacho de Dumbledore.

Luna intervino enseguida con su voz dulce y serena.

—Hagrid, Ana no tiene la culpa, ella me ayudó.

—Lo sé Luna. Pero por obligación debo llevarme a los individuos de la pelea. Dumbledore decidirá que hacer con cada una de ellas.

Tras esto Hagrid se llevó a las chicas al despacho. Mientras tanto en el patio los estudiantes se quedaron conversando.

—¿Te gusta la chica nueva o que? —dijo Crabbe dirigiéndose a Draco.

—¡NO! ¿Qué estas diciendo idiota? Lo hice para no perder más puntos.
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Pasaron las horas y se hizo de noche.
Dumbledore decidió que Pansy cumpliera un castigo, mientras que Ananda se podía ir.
Entonces ella salió del despacho, en dirección a las habitaciones pero en ese momento justo cuando entró a la sala común de Gryffindor se encontró con Ron, que este mismo bajaba para ir al baño.

—Es muy tarde... ¿Qué haces todavía con el uniforme? —dijo Ron frotándose el ojo con mucho sueño.

—Acabo de salir del despacho —dijo bostezando.

—¿Te apetece contarme lo que ha pasado?

—Claro, pero.... ¿No nos dirán nada por estar aquí? ¿solos? ¿tan tarde?

—Nadie se suele levantar nunca a esta hora, llevo aquí seis años y no he visto bajar a nadie —decía rodeando a Ananda para dirigirse hacia el sofá.

Los dos se sentaron junto a la chimenea que era lo único que iluminaba el salón. No paraban de reir y de contarse miles de historias hasta que de repente una incómoda pregunta rompió el momento.

—Y... ¿Cuál es tu Patronus? —preguntaba Ron

—Yo no tengo Patronus —dijo rehuyendo la mirada.

—¿QUÉ? ¿no tienes ningún recuerdo feliz? ¿En serio?

Ron quiso saber el porqué.
¿Cuál era el pasado tan oscuro que tenia Ananda como para no tener ningún recuerdo feliz?
Por mucho que la curiosidad le comiera por dentro no quiso preguntar ya que no quería herirla más de lo que ya estaba. A simple vista se podía notar como Ananda estaba rota por dentro. Por eso intentó animarla.

—Te gustaría... ¿Tener un recuerdo feliz? —preguntaba Ron

—¿Cómo puedo conseguirlo?

—Pues....

En ese momento Ron le agarró un mechón de su pelo y se lo situó por detrás de la oreja después le fue acariciando la cara hasta posarla con delicadeza en su mejilla, tras unos segundos intercambiando miradas, nuestro pelirrojo se acercó a ella y juntaron sus caras. Al estar tan cerca, Ron seguía cortando la distancia, despacio, directo a sus labios intentándola besar, pero algo interrumpió el momento.