Capitulo 10.

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28 De Octubre De 1985.
San Mungo (Hospital de enfermedades y heridas mágicas).

Narra Alexander:
Estaba sentado en un silla junto a Ana leyendo un libro sobre criaturas mágicas que su madre que había dado hace poco, cuando escucho una respiración pesada, al levantar la cabeza vio que es respiración venía de su madre. Ana quien tenía un espejo en sus manos y se miraba intentando cambiar su cabello de color se paró inmediatamente de su silla casi de un salto y fue al lado de su madre y el la siguió.

Ana: Mamá ¿Estás bien?

Mamá: Si cariño, no es nada solo... estoy un poco cansada- dijo con una pequeña sonrisa pero con tono cansado.

Lex: Tu respiración se escucha rara ¿Llamamos a alguien?- dijo preocupado.

Mamá: No, estoy bien- dijo, pero su respiración se volvía más pesada- Su tío Remus debería llegar enseguida para llevarlos a casa.

Lex: No queremos dejarte sola aquí.

Su madre abrió la boca para decir algo pero no lo hizo en cambio volvió a cerrar la boca y borró la pequeña sonrisa que tenía. Su respiración se volvía aún más pesada.

Ana: ¿Mamá?- murmuró con lágrimas amenazando salir.

Mamá: Promentanme que pase lo que pase siempre van a quererse y estar uno para el otro- pidió, por alguna razón en sus últimos momentos el recuerdo de dos hermanos muy peleados vino a su cabeza.

Ana, Lex: Lo prometemos- respondieron al instante.

Mamá: Los amo mucho, son lo que más amo en el mundo, recuerdenlo- dijo con los ojos cristalizados mientras su respiración se volvía muy lenta.

Ana, Lex: Nosotros también te amamos mamá- dijieron con los ojos cristalizados.

Su madre les dio una ultima pequeña sonrisa antes de cerrar los ojos. Dejo de escuchar su respiración.

Lex: Mamá- dijo con la voz quebrada- Mamá despierta, despierta mamá.

Mientra el repetía eso Ana dio un paso al frente y tomó la muñeca de su madre.

Lex: Ana ¿Porqué no despierta?- preguntó entre un sollozo, aunque sabía la respuesta a esa pregunta.

Su hermana soltó la muñeca de su madre y bajo la cabeza mientras negaba.

Lex: No, ¡Despieta mamá!- dijo, intento acercarse pero Ana se puso enfrente de él, ella tenía el cabello azul grisáceo.

Ana: No respira, no tiene pulso- dijo, con lágrimas en las mejillas pero muy seria- Se ha ido.

Lex: No, no, no, no- repetía mientras negaba con la cabeza y las lágrimas seguían cayendo.

Los Mellizos Peverell BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora