Capitulo 3.

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Actualidad.
Mansión Perevell.

Alexander:

Tío Remus había llegado hace media hora, no perdió tiempo en regañarlos por no estar preparados, pero sabia que él se esperaba eso.

–Quita esa cara Ariadna Helena Peverell Black– siguió su tío.

–¿Por qué? No quiero ir– discutió su hermana– Estamos perfectamente aquí ¿Cierto Lex?

–Concuerdo, no veo el punto de todo esto. ¿Por qué tenemos qué hacerlo?- continuo de mal humor.

–Para ver a su padre, él esta muy emocionado de verlos– dijo Remus solo ganándose miradas incrédulas del par de adolescentes.

–Un par de años tarde ¿no creés?– dijo Ana con un tono que aprendió de su madrina.

–Él no pidió ir a azkaban– intento Remus.

–No, no pidió ir a azkaban pero tampoco respondió nuestras cartas, nos buscó apenas salió o mostró algún interés en conocernos– bufó.

Su tío suspiró, los hermanos sabían que él los intentaba con buena intención, pero nunca les fue fácil perdonar.

–Solo denle aunque sea una oportunidad ¿Si?

Miro a su hermana y ella a él.

《¿Qué dices, le damos una oportunidad?》le pregunto a Ana en su mente.

《Veamos que tanto lo intenta luego decidimos》 respondió y él asintió en concorde.

–Lo conoceremos luego decidiremos si le damos una oportunidad– sentenció Alexander.

–Esta bien– dijo Remus sabiendo que eso era lo mejor que conseguiria por el momento– Vamos, llegaremos por polvos Flu.

Ellos asintieron y caminaron hacía la chimenea.

–Ve tu primero tío– dijo Ana, parecía calmada pero Lex podia sentir sus nervios.

Su tio asintio tomando un puñado de polvos Flu y se acercó a la chimenea pero cuando llego se dio vuelta hacía ellos y dijo:

–¿No planean escapar cierto?

–Si hubiésemos querido escapar no nos hubieras encontrado aquí hoy– razono Ana.

–Buen punto– murmuró Remus– El lugar, Número 12 De Grimmauld Place, repitanlo.

–Número 12 de Grimmauld Place– repitieron de mala gana.

–¿Quieren que yo los lleve a ellos?– ofreció el hombre mirando a las lechuzas.

Ellos asintieron y su tío tomo las jaulas con las lechuzas, se metió a la chimenea para desaparecer en llamas verdes.

–¿Tu también estás nerviosa?– pregunto dejando ver un poco de nerviosismo en su rostro.

–Si bastante– dijo ella también rompiendo su máscara habitual.

Ambos suspiraron tomaron sus maletas antes de pensar en que tan tarde era para escapar.

–Juntos– dijo extendiendo su mano libre a su hermana.

–Juntos– repitió tomando la mano de su hermano.

Tomaron un puñado de polvos Flu cada uno y se metieron a la chimenea sin darse tiempo para arrepentimiento.

–Número doce de Grimmauld Place- dijieron, las llamas los cubrieron, en tan solo segundos se encontraron en lo que suponía era el hogar de su padre.

Los Mellizos Peverell BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora