Capitulo 28.

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Capítulo dedicado a KaylaLiaDonovan

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8 de julio de 1992.
Mansión Perevell.

Narra Narcissa:

Una penumbra se encontraba en la Mansión. No recordaba haberla visto así antes, ni siquiera cuando Helena falleció. en esos días había visto a Alex y Aria diariamente y tarde o temprano lograba sacarle una sonrisa a alguno, pero ahora Alex estaba demasiado deprimido y Aria demasiado cansada como para siquiera fingir una sonrisa.

Cuatro días. Cuatro días habían pasado desde que su sobrina enfermó, cuatro días desde que Aria colapsó en medio del bosque, según le habían contado.
Ese día cuando llego a la mansión Perevell, junto a Lucius, pensó que tal vez Lupin había exagerado, había visto a Aria enferma antes nunca era más grave que un resfriado. Pero por alguna razón ese día mientras subía las escaleras al cuarto de su sobrina, supo que en realidad había algo mal y sin duda lo confirmó cuando vio a Alex llorando afuera del cuarto de Aria, cuando entró al cuarto y la medimaga no podía decirle que tenía su sobrina. Solo por un momento ese día sintió que no todo estaba tan mal, cuando Aria despertó con una sonrisa en su rostro, cuando ella hizo un comentario burlón sobre las caras largas de todos y vio ese brillo clásico en sus ojos. El segundo día ella se limitó a reír de los comentarios de otros y el tercero solo curvaba levemente los labios sin gracia.

Ahora la miraba dormir. En otras circunstancias diría que Aria estaba durmiendo tranquila, pero en otras circunstancias no temería que su sobrina dejara de respirar en cualquier momento y en otras circunstancias un grupo de medimagos no se estarían quedando en las habitaciones de invitados. La hubieran llevado a San Mungo, pero no lo aconsejaron ya que no sabían que tenia y podía ser peligroso trasladarla por algo como la red Flu o por escobas.

El pecho de Aria subía y bajaba lentamente, demasiado lento su respiración era entrecortada y ruidosa aunque intentaba ignorar el silbido que hacían sus pulmones al respirar, seguía ahí. Se inclinó hacia la cama y le quitó unos mechones de cabello del rostro, el rostro de Aria no mostraba paz en absoluto al contrario, ella tenía el ceño levemente fruncido como si estuviera molesta y sus labios estaba apretados en una línea, toda su mandíbula se veía tensa, cada tanto ella se movía o empezaba a murmurar cosas, a veces tenía pesadillas y empezaba a llorar dormida, en esos casos siempre se aseguraba de despertarla lo más rápido posible y una vez despierta hacía todo lo posible por calmarla, pero al final Aria solo se quedaba mirando algo punto fijo hasta que sus párpados cedían y volvía a dormirse.

Los Mellizos Peverell BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora