Los Mellizos Peverell Black

Capítulo 2.

    4 De agosto de 1984.
   Mansión Perevell.

Ariadna:

Acababan de regresar de la casa de los Weasley, le gustaba allí, era extraño, pero divertido.

–Mamá ¿Cuándo podremos conocer a nuestro padre?– preguntó Alex de repente.

–Es complicado cariño- dijo arrodillandose para estar a su altura.

–¿Por qué? ¿Él no nos quiere ver?– inquirió, está vez Ariadna.

–Por supuesto que sí los quiere ver, el los ama más que a nada– respondió su madre acariciándole el cabello.

–Escuche a Charlie y Bill decir que el es malo– dijo Lex, moviendo sus manos nerviosamente.

Vio como su mamá habría la boca para decir algo pero se detuvo.

–¿Por qué dijieron eso mamá?

–Vengan, tenemos que hablar de algo– dijo irguiendose y caminando hasta la sala.

Su madre espero a que ambos estuvieran sentado antes de comenzar a hablar:

–Recuerdan que hubo una guerra mágica y como acabó esa guerra.

–Si– afirmaron al unísono.

–La guerra acabó cuando el que no debe ser nombrado mató a los Potter...– empezó.

–Y intento matar a su hijo Harry Potter pero no pudo y murió el mismo– Lex terminó la oración.

–Si, los Potter estaban ocultos pero el que no debe ser nombrado los encontró por culpa de un traidor– explico su madre, suspiro antes de continuar– Su padre era mejor amigo de James y Lily Potter tanto que fue su padrino de bodas y de su hijo. Y cuando el se enteró de la muerte de los Potter fue a atrapar al traidor que los delató. Pero algo salió mal y todos creyeron que su padre era el traidor, creyeron que el delato a los Potter y que servía al el que no debe ser nombrado. Así que lo arrestaron sin ni siquiera hacer un juicio.

–¡Pero el no era el delator, es inocente!– exclamó, mientras su cabello se volvía rojo.

–¡Eso es muy injusto!– dijo Alex molesto.

–Si lo es– concordó su madre pareciendo cansada.

–Debemos hacer algo, hay que decirles a todos la verdad– siguió Lex rápidamente.

–No es tan simple, Alex, yo lo intente pero todos piensan que es mentira y que solo lo digo para proteger a mi esposo.

–Los que no te creen son unos idiotas– dijo enojada.

–Lenguaje– reprendió su madre.

–Perdón– se disculpo sin darle importancia a eso- Pero entonces que, nunca podremos conocer a nuestro padre solo porque todos se niegan a aceptar la verdad.

–Escuchenme bien. Aún son muy pequeños para entenderlo, pero le prometo que algún día resolveremos todo esto, sacaremos a su padre de Azkaban y volveremos a estar todos juntos. Pero por ahora quiero que me prometan algo– pidió su madre.