Capitulo 36.

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☆Capítulo dedicado a serpent_23
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24 De Diciembre De 1992.
Mansión Peverell.

Ariadna:

Observaba desde su ventana abierta la nieve al caer, el acantilado estaba repleto de nieve como todo fuera de la mansión.

Aún era muy temprano, la taza con chocolate caliente que había pedido como desayuno aún estaba estaba tibia en su mano. Normalmente habría bajado a desayunar con su tío y hermano, pero el primero no se sentía muy bien y el segundo aún estaba dormido.

Asique, estaba sentada frente al alféizar, cubierta por cobertores, no debería haber abierto la ventana debido a el frío, pero había algo en respirar el aire helado y sentir el frío en sus mejillas que le gustaba.

Se hundió más en su sillón cuando unos copos de nieve se colaron por la ventana con la suavidad de una brisa. To un sorbo de chocolate, no estaría mal desayunar eso todas las mañanas, al menos durante el invierno. Los copos de nieve danzaron en el aire y cayeron sobre unos diarios en su escritorio, no diarios comunes, eran los diarios. Los había estado leyendo una y otra vez desde que hizo el trato con Ash, había tantas cosas en ellos, desde hechizos y creencias hasta planes que en su momento hicieron temblar al mundo mágico. No encontraría información como esa en ningún otro lugar y aún así, quería más, tenía muchas preguntas y dudas que los diarios no podían responder por completo, habían pasado algunas noches desde que el pensamiento apareció en su cabeza: Si los diarios no les daban todas las respuestas ¿Porqué no hacerle las preguntas a quien los escribió?

Cuando pensó en eso quiso escribir una carta de inmediato, incluso llegó a escribir media carta cuando se dio cuenta. Su abuelo no estaba en azkaban, estaba en Nurmengard su propia prisión, allí no podía recibir cartas, si alguien le enviara una llegarías alguien más y podía tener serios problemas si se enteraban de que quería comunicarse con él.

Pero entonces ¿Cómo podría hacerle las preguntas que quería? ¿Cómo podría llenar las partes vacías de lo que planeaba?

Se quedó observando los diarios más de lo debido haciendo que el peliblanco sentado a unos metros lo notara.

Ash:¿En que piensas?- pregunto.

Ana: En el escritor de esos diarios- dijo sin desviar la vista- En las preguntas que me gustaría hacerle, siendo mas especifica. 

Ash: Dímelas, tal vez yo pueda responderte un par- dijo.

Ana: Esta no es una de las preguntas mas importantes, pero tengo curiosidad sobre como y cuando se involucro con mi bisabuela, supongo que fue en su búsqueda de las reliquias.

Los Mellizos Peverell BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora