– ¿Todo listo? – entró mi madre a la habitación – Ya te están esperando en la Iglesia cariño. – sonrió, mientras que yo me moría de los nervios. – Todos tus amigos y familiares mas cercanos están presentes. – expresó con emoción. Mi mirada no se quitaba del espejo, realmente no me reconocía. – No puedo creer que vayas a dar este gran paso – mi madre se posó detrás de mi tomándome de los hombros. Su rostro reflejaba felicidad. – ¿Qué pasa? Pareces asustada cariño. ¿No quieres casarte? – frunció el ceño y es cuando salí de mi trance.– ¿Qué dices? – moví la cabeza de un lado a otro, en respuesta negativa – Claro que quiero casarme, lo quiero y más si es con Randall. – suspiré – Solo que vomitaré en cualquier momento – añadí tocando mi estómago.
– ¿Por el embarazado o por los nervios? – se burló. Si, ya lo sabia y se puso bastante contenta con la noticia, aunque a la vez casi nos mata por no habernos protegido.
– Por favor, apenas tengo dos meses, voy en el inicio de toda esta tortura – bromeé.
– El embarazo no es una tortura, no digas esas cosas. – me regaño, yo reí – Te ves maravillosa, hija – me sonrió – ese vestido fue una buena elección, Randall se morirá al verte. – reímos.
– Quiero darle un mini infarto cuando me vea – sonreí.
– Lograras tu cometido. – me guiño el ojo – Hace rato Brandon vino por las chicas y comento que tu querido prometido esta muy nervioso, mas que tú. – soltó una carcajada. – Imagínate no te ha visto desde hace ¿Dos días?
– ¿En serio? – me ayudo a colocarme el velo mientras reía un poco – entonces hay que darnos prisa, yo también muero por verlo.
– Señoritas, ya esta el auto esperando a fuera – entro Gabo a la habitación. – Mira nada más, que hermosa estas. – sonreí.
– Gracias – me tomo de la mano– ¿Estas listo?
– Aunque yo ya estuve en los zapatos de Randall me sigue poniendo nervioso el tener que entregarte a el. – lo miré sorprendida– ¿Qué tal si tropiezo y caigo enfrente de todos? – reímos. Mi vida es algo dramática y cómica a la vez, no dudo que nos pase eso.
– Bueno será una entrada épica– bromeé. – Gracias por estar aquí, a los dos se los digo – me miraron con ternura – esto es una nueva etapa en mi vida y no creo lograrlo sin ustedes.
– Estamos muy feliz por ti. – expresó mi madre acariciando mi mejilla – Se que Randall te hará feliz y tu a él. Son el uno para el otro y este era su destino.
– Totalmente de acuerdo – dijo Gabo – y esto es un nuevo paso en su relación, la siguiente es la de ese pequeño o pequeña que llevas en tu vientre. – por instinto miré mi pancita, no se notaba mucho, pero me emocionaba demasiado.
– Lo sé, gracias – mis ojos picaban, pero no quería llorar. – me da tanto gusto que estén aquí compartiendo todo esto conmigo.
– No nos pongamos más sentimentales, cariño – hablo mi madre, ella también quería llorar – vamos que llegamos tarde y no queremos que Randall se infarte.
– O se ponga paranoico – comentó Gabo, a lo que reí.
Los tres junto con mis hermanitos bajamos con cuidado las escaleras de la casa y así caminar hasta el auto que me llevaría a la Iglesia. El transcurso del viaje fue rápido, eso me agrado bastante, no quería esperar más. Mis manos sudaban demasiado, creía que iba a desmayarme, porque los nervios me ganaban a mas no poder. Debo ser positiva ¿No es así? Me uniría con el amor de mi vida y para siempre, al diablo estas malditas sensaciones. El auto se detuvo y regresé a la realidad. Observé la iglesia, estaba solitaria y eso hizo que hasta tuviera ganas de hacer pipí. Mi madre apretó mi mano haciendo que le prestara atención, me susurro un "tranquila", pero yo no podía. Bajamos del auto, me dejaron sola con Gabo para que diéramos nuestra entrada triunfal.
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VUELVE A MI: Siempre regresaré a ti. (Terminada)
Teen FictionADVERTENCIA: TIENES QUE LEER "VUELVE A MI" ANTES DE COMENZAR ESTE LIBRO. . . . - Ok, ¿Lista para esto? - pronunció Randall guardando todo en su maleta. - Si tu estás conmigo ¿Qué puede salir mal? - reí. - Esa es mi chica - me acercó a...