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(Cuatro meses después)

–           ¿Estamos listos para las competencias? – preguntó Corey desde el micrófono.

–           ¡Siiiiii! – gritaron eufóricos. Se encontraba en la orilla del lago montados en unas lanchas con pedales. Harían una competencia y por una extraña razón Corey sería el presentador.

–           ¿De donde saco ese micrófono? – pregunté desconcertada.

–           Y la bocina también – pronunció Raquel.

–           Tu novio es muy raro – dijo Debby a Jennie, ella soltó una carcajada – a quien engaño, nuestros novios son raros. – nos tocó reír.

–           Tienes razón, pero así los amamos – comenté a lo que estuvieron de acuerdo. El Lago Jersey, aquel lugar que jamás había visitado ahora lo hacia de la mano de mi chico y de mis amigos. Randall me cumplió al traerme y sin duda es bellísimo, creo que lo hubiéramos disfrutado aquella vez, pero las cosas pasan por algo. – ¿Necesitas algo Wendy?

–           No, no se preocupen – nos sonríe – solo tengo un poco de hambre – mordió su hamburguesa, reímos. Mi querida amiga ya contaba con cinco meses de embarazo y nos preocupábamos muy seguido por ella.

–           ¿Ya saben que nombre le pondrán? – preguntó Debby – estamos muy felices de que sea una niña.

–           Otra chica se une al club – comentó Jennie, Wendy sonrió. Miré a Raquel, mantenía la mirada baja, fruncí el ceño, desde hace unos días se encuentra decaída y no sabia el porqué.

–           De eso es seguro – le guiño el ojo – y no, aun no sabemos que nombre ponerle, pero tenemos dos. Agnes o Joanie – sonrió – nos gusta mucho los dos, así que no tenemos idea de cual.

–           Estoy segura de que en cuanto veas a tu bebé cualquiera de esos dos nombres se te vendrá a la mente – aseguré.

–           Estoy de acuerdo. – dijo Jennie.

–           Voy al baño – aviso Raquel, todas asintieron para después hablar de otra cosa. Yo me levanté de mi silla para caminar con ella.

–           Hey – la alcancé, ella pareció asustarse – Lo siento. ¿Puedo acompañarte?

–           De hecho, me gustaría ir sola– murmuro. La detuve, ella suspiró pesado.

–           ¿Qué pasa? – fruncí el ceño – desde hace unos días te estas comportando muy extraño.

–           No tengo nada – apretó sus labios.

–           No sabes mentir – me cruce de brazos – ¿Paso algo con Billy? – ella se mantuvo callada, miro al suelo unos segundos para después mirarme y darme cuenta de que sus ojos estaban llorosos. – ¿Qué pasa amiga?

–           Es que... – limpió su mejilla – es que creo que no puedo tener hijos.– murmuro con pena.

–           ¿Qué? – me impresioné – ¿Cómo estas tan segura de ello?

–           He estado hablando con Billy de nuestro futuro – comenzó a explicarme – y los dos estamos seguros de querer pasar el resto de nuestras vidas juntos. – sonrió con nostalgia.

–           ¿Y ya están pensando en los hijos? – sostuve su mano.

–           Algo así, hemos estado intentándolo – confeso – pero no pasa nada Chels, nada y me da tanto miedo ir al medico y que me digan que no puedo tenerlos. – soltó un par de lágrimas.

VUELVE A MI: Siempre regresaré a ti. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora