VUELVE A MI: Siempre regresaré a ti. (Terminada)

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– Ven, vamos a sentarnos – me tomo de las manos y caminamos al sofá – No pienses en esas cosas ahorita ¿Ok? Nada se arruino.

– Maldición, ¿Acaso no viste como se puso? – ella limpió mis lágrimas. – Se enojó muchísimo, actuó de una manera que jamás había visto – hizo una mueca.

– Yo si la he visto, pero no creas que mi hermano es un agresivo o que te hará daño – yo negué con la cabeza, jamás pensaría eso de mi Randall – Es solo que...a veces no controla su enojo y mas cuando se trata de alguien que le hizo daño a una persona que le importa mucho.

– Lo jodi todo, yo no quería lastimarlo más – sollocé – lo único que quiero en estos momentos es abrazarlo y que me diga que todo esta bien.

– Creo que lo mejor sería dejarlo solo por unos días Chels – acaricio mi cabello – se que esto se le pasará.

– Yo espero que sí, no quiero perderlo Raquel, no quiero.

– No lo harás – me abrazó – mi hermano esta hechizado por ti – sonreí un poco – el no sobreviviría sin ti. Es más, yo te apuesto que en menos de tres días todo pasara.

– Ojalá – nos separamos.

– Por cierto ¿En donde esta? – frunció el ceño.

– Se fue.

– ¿Cómo que se fue? ¿A dónde?

– Al departamento de Dallas, me dijo que le pediría a Wendy que se quedará conmigo un par de días – murmure – No quiere verme ni en pintura. – miré el anillo que tenia en mi mano.

– Vaya – suspiró – esta bien no importa, es mas ¿Qué te parece hacer una pijama? – me trato de animar – será muy interesante y así olvidaremos un poco de este tema ¿Te parece?

– No lo sé... – aunque lo pensé mejor – Bueno, creo que si es una buena idea, no quiero pensar mas en cosas feas.

– Hecho – me sonrió.

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– Bien, ya tenemos todo listo – festejo Raquel, eran las seis de la tarde, las horas se pasaban muy rápido con ella. Pues no nos quedó de otra que estar en el departamento charlando de infinidades de temas. Hasta la decoración de mi sala para nuestra pijamada. Wendy aun no llegaba y eso me preocupaba un poco ¿Por qué tarda tanto?

– No sabia que el sofá era un sofá cama – fruncí el ceño, Raquel rio.

– No puede ser que no conozcas tu minidepartamento – entrecerró los ojos.

– En serio que no lo sabía – reímos. – ¿Sabes algo de Wendy?

– Mando mensaje a nuestro grupo diciendo que fue a comprar golosinas para traerlas – me sentí más tranquila – Aquí están las películas que veremos ¿Te parece? – antes de que pudiera contestar el llamado de la puerta se escuchó. – Debe ser Wendy – era cierto.

– Hola, ya llego el alma de la fiesta – sonreí un poco, pues, aunque estaba deprimida ellas venían con todo el gusto de hacerme pasar un rato agradable.