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(Dos días después)

–           ¿Creen que ya sea buena idea hablar con Randall? – pregunté temerosa.

–           Me parece que es una buena idea – contestó Raquel – aunque te soy sincera, ¿Ustedes no los han notado como medio extraños?

–           Yo pienso lo mismo – hablo Wendy, nos encontrábamos en una cafetería cerca de la CN Tower.

–           ¿Cómo que medio extraños? – pregunté confundida, pues si, durante estos dos días no me he topado con ninguno de los chicos, hasta parece que me están evitando.

–           Si, por ejemplo, Billy está muy pensativo, hasta ha cancelado salidas con Eddy – la miré asombrada – cada vez que le saco el tema de mi hermano evita a toda costa esa conversación.

–           Me pasa lo mismo con Dallas.

–           ¿Creen que Randall haya decidido no...estar conmigo? – estaba asustada.

–           No amiga, no lo creo, de todos modos, no te preocupes por esas cosas, hoy es el mejor día para que tu te acerques a Randall y le avises que le tienes preparada una sorpresa. – me sugirió Wendy – Lo que le suceda a Dallas o a Billy no creo que tenga algo que ver con tu hombre.

–           ¿Y entonces porque no quisieron venir con nosotras? – era cierto, les habíamos dicho que si nos acompañaban a desayunar, pero se negaron. – Se me hace muy extraño.

–           A nosotras también, pero da igual – se encogió de hombros – no pensemos en esas cosas.

–           No puedo aguantar más – mordí mi labio – ¿Creen que Randall siga en el departamento?

–           ¿Por qué? ¿Iras ya a hablar con mi hermanito?

–           Si, ya pasaron unos cuatro o cinco días desde la pelea que tuvimos. No quiero esperar más – añadí segura.

–           Entonces no te preocupes por la cuenta y corre a ver a tu chico – me animó Wendy, a lo que yo asentí emocionada.

Ayer por la tarde decidí que seria buena idea comenzar a mandarle mensajes, pues ya lo extrañaba mucho y necesitaba al menos que me contestara, pero nada paso. Me ignoro todo el día, tanto mis llamadas como mis mensajes y ni loca iría al departamento, pero ya estoy harta. No puedo pasar otro día sin verlo, lo necesito mucho, quiero abrazarlo, besarlo y decirle cuanto lo amo. Una vez en el elevador marque el numero del piso en donde quedaban nuestros departamentos, mis manos sudaban, pero no me importaba, no debía dejar que mis nervios me controlaran.

La suerte estuvo de mi lado. Una vez que salí del elevador, Randall caminaba hacia mí, aunque con la cabeza baja y pensativo.

–           Randall – hablé en voz alta para que me prestara atención, el me miro un poco asustado y con incomodidad – Que bueno que...he...te encuentro aquí. – me acerqué.

–           Me tengo que ir.

–           No – lo detuve, se tenso en cuanto le toque el brazo – ¿Qué sucede? ¿Todo bien?

–           Si, es solo que tengo prisa – murmuro, pero ni siquiera me miraba a los ojos.

–           Yo...necesito hablar contigo, urgentemente. – suspiró.

–           ¿Sobre qué? – miro sus manos, estaba temblando un poco ¿Qué rayos le pasaba?

–           Bueno, ya pasaron muchos días desde aquella discusión...

VUELVE A MI: Siempre regresaré a ti. (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora