– ¿A qué hora volverá papi? – sonreí.– ¿Ya lo extrañas? – alcé la ceja.
– No, pero ya quiero seguir con la historia que nos están contando. – me hizo reír. – ¿Por qué te ríes mami?
– Porque eres todo una hermosura, Clea. – me agache a su altura, ella me sonrió con ternura. – Pero sabes que papi llega después de las cinco.
– ¿Hoy tu no trabajaras? – frunció su ceño.
– Salí temprano amor – expliqué. Las dos esperábamos en la cocina mientras las galletas de chispas de chocolate se preparaban. – ¿Dónde fueron tus hermanos?
– Aquí estamos – escuché a Randy – encontramos la Nutella, estaba en la habitación de Roger. – entrecerró los ojos viéndolo.
– Eso no es cierto – dijo mi pequeño mientras cruzaba los brazos. Randy le mostró su lengua.
– Oigan, ¿Qué dijimos de las discusiones? – fruncí el ceño.
– Lo sentimos. – añadieron al unísono.
– Le diré a papi cuando venga.– pronunció Clea escondiéndose detrás de mis piernas.
– Ya basta. – comenté. – Yo le diré a su padre como se están comportando. – se quejaron – Les dijimos que no queremos verlos discutiendo.
– Perdón mami, no lo volveremos hacer. – expresó Randy acercándose a mi para abrazarme, sonreí.
– ¿Cuándo creciste tanto? – murmure viéndolo.
– No sé, creo que es la genética.– reímos.
Randy ya tenía siete años mientras que Roger y Clea cinco ¿Pueden creerlo? Porque yo no. El tiempo ha pasado demasiado rápido y ahora ya tengo tres bellos hijos con el amor de mi vida. La llegada de los mellizos fue una grata sorpresa. Cuando nos dijeron que esperaríamos dos hijos entramos en un pequeño shock. Se supone que tienes las posibilidades de dar a luz a gemelos o mellizos cuando tienes familia cercana con los mismos. Por parte de Randall no hay ningún familiar con ellos, pero en mi caso si los tengo y yo no sabía. Mi madre me confeso que por parte de mi padre hay mellizos, pero no los conozco por toda la historia trágica que ellos tuvieron. Entonces me toco ahora a mí y les diré que todas las dificultades que no tuve con Randy los tuve con los mellizos y entre en un pánico terrible.
Nos dijeron que mi parto podría ser riesgoso y si lo fue. Roger fue el primero en nacer, no hubo dificultad, pero mi energía se fue en él. Clea parecía no querer salir y mi cuerpo no lo resistía, tanto que Randall exigió que me hicieran una cesaría, pero lo detuve. Yo quería que todos mis hijos nacieran por parto natural, el tuvo que aceptar mi decisión y luego de unos ocho minutos o menos, di a luz a mi hija, pero perdí la conciencia después de eso. Me dijeron que durante quince minutos no despertaba y que mi esposo estaba desesperado. Horas después Randall me comento que se sintió impotente por no hacer nada y le dio pavor en que algo me pasará a mí o perderme para siempre. Solo diré que estoy agradecida de que esa complicación no pasará a mayores. Mi doctora nos informó que si yo planeaba embarazarme en un futuro puede ser mucho más riesgoso y ahí fue cuando decidimos cerrar la fabrica de bebés, tanto Randall, como yo. Nuestros tres hijos nos llenan de felicidad, de amor y de absolutamente todo, no esperamos más.
– ¡Ya están las galletas! – expresó Roger con una sonrisa mientras veía hacia el horno. Una de las muchas actividades que hacemos es hornear, me encanta enseñarles cosas nuevas y mas si es sobre cocina.
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VUELVE A MI: Siempre regresaré a ti. (Terminada)
Novela JuvenilADVERTENCIA: TIENES QUE LEER "VUELVE A MI" ANTES DE COMENZAR ESTE LIBRO. . . . - Ok, ¿Lista para esto? - pronunció Randall guardando todo en su maleta. - Si tu estás conmigo ¿Qué puede salir mal? - reí. - Esa es mi chica - me acercó a...