~My Pretty Dancer~ 《Kookmin》

Enamorado

Pov Jimin.

Podría sentir la increíble paz en mi ser, aquella tranquilidad que muy pocas veces lograba obtener, ya sea en alguna situación o con una persona. Y Jungkook, simplemente causaba en mi, todo aquello que reconfortaba mi alma.

La atención que me ponía era tan conmovedora, podía incluso sentir su mirada penetrando en lo más profundo de mi, cada palabra que salía de su boca, llenaba mi pecho de felicidad, una alegría única. Sus sonrisas traviesas las cuales aparecían de un momento a otro, eso simplemente terminaba por matarme.

- Creo que ya te harté con tantas cosas que te he contado Jungkook...

- Que? Bromeas? Por supuesto que no, todo lo contrario, para mi es un placer escucharte, saber más de ti. (Ahí estaba, ese brillo en sus ojos cautivadores)

- Me halagas Jungkookie... (Le doy un sorbo a mi café) - Pero cuéntame de ti ahora, creo que he hablado tanto de mi que me siento algo egoísta, así que... Dime todo de ti. (Coloco mis manos, sosteniendo mi barbilla, observándolo solo a el)

- Genial, que quieres que te diga? Creo que no soy muy interesante...

- Que? Bromeas? (Sonrie ante mi reacción igual a la suya, intencionalmente) - Dime, cuantos años tienes?

- Tengo 24 años Jiminie, puedo preguntar lo mismo?

- Pues te alegrará saber que soy mayor que tú por dos años... tengo 26

- Eres mi hyung, entonces... Puedo llamarte así? (Ok, su mirada no coincidía con el tono en que me lo estaba diciendo...)

- No lo sé, como quieras... (Le doy otro sorbo a mi café)

- Perfecto... Jiminie hyung.

Admito que esto me estaba empezando a incomodar un poco, y es que ese tono de voz tan seductor con el que se dirigía a mi... Joder, estoy mal... Lo estoy sin dudas.

- Estudias cierto? (Evitar la tensión... listo)

- Así es, me falta no mucho para acabar la universidad.

- Mmmm, entiendo. Y tus padres?? Porque tu vives solo.

- Oh, mis padres... Ammm, pues no se mucho de lo que estén haciendo, me mudé a Seúl para tener un poco de privacidad de adulto...

- Te prohibían algo??

- No, pero solo quise independizarme. Asi que vine aquí, el departamento en donde vivo es... cortesía de mis padres, prácticamente. Les pedí que me dejaran hacer las cosas solo, pero mi madre es bastante quisquillosa y se empeñó en darme el lugar en donde ahora vivo. Cosa de la que no estoy orgulloso, pero... Y en cuanto a mi vida con ellos era... bueno, yo simplemente me harté de todas sus cosas, lo cotidiano se volvía insoportable en un punto de mi vida.

- Eres feliz ahora?

- Joder que si lo soy, soy bastante feliz... Tengo a mis dos mejores amigos, sigo estudiando y... Te conocí a ti...

Inevitablemente mis mejillas se habían calentado al punto de sentir que un volcán estaba a punto de estallar dentro de ellas. Me estaba comportando como un adolescente puberto enamorado... Bueno, no lo sé

- Hiciste lo que querías, eso es lo que te volvió feliz Jungkook, es bueno...

- Y estoy seguro que seré aún más feliz... Jiminie.

Las horas habían pasado así, de charla en charla, Jungkook resultó ser alguien tan maduro, en todos los aspectos, realmente había algo tan increíble en él. Algo que me hacía vibrar el corazón. Llego la hora en que debía retirarme, así que debíamos despedirnos.

- Gracias por la hermosa tarde Jungkookie...

- Aún nos quedan más, y cada cita será aún más especial que la última. Lo prometo.

- Eres un verdadero... encanto...

Mi mirada inevitablemente bajo a sus rosados labios, que formaban una sonrisa, haciendo que mis ganas de darle un beso aumentaran de cero a cien. Al mencionar lo último, mis manos se abalanzaron hacia su rostro, tomando sus mejillas, acercandolo a mis necesitados labios de los suyos, mientras que sus manos se aferraban a mi cintura, uniendo nuestras bocas en un beso tan lento, que resultaba embriagador, además de convertirlo en un momento verdaderamente irresistible, y encantador.

Fue en aquel instante en el que no me importó que estuviéramos en medio de la calle, expuestos a la multitud a nuestro alrededor,  absolutamente nada más que no sea el hombre que tenía frente a mi, aquel que me había demostrado en pocos días, lo increíble que puede sentirse un abrazo, una cita, la sola atención en cada detalle. Sin dudas no había nada más que viera, que no fuera a Jeon Jungkook.

Rompimos el beso, quedándonos a observarnos detalladamente, y nuevamente con aquella hermosa sonrisa que me había regalado, confirme lo que tanto tiempo estuve evitando sentir, evitando admitir...

Lo acepto... Realmente, me había enamorado de él...