Familia

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Luego de un largo viaje, en donde el ambiente estaba rodeado de naturaleza, con un aire de completa paz. Ambos habían llegado por fin al camino que los dirigía a la casa de los padres de Jungkook.


Al adentrarse un poco más, a lo lejos se podía notar una mansión con vista completa al lago, un gran patio con un verde césped bastante bonito. Aquella casa era rústica, absolutamente todo se veía acogedor y bastante familiar.


Pov. Jimin

Admitía que en este momento mis manos comenzaban a inquietarse levemente, y es que este tipo de cosas no era muy común en mi vida. Una relación en donde conocía a los padres de la persona con la que salía, jamás fue una prioridad para mi, ya que todo se terminaba muy rápido.


Pese a todo esto, hoy estaba a punto de convivir con las personas que habían creado a este Dios, me imagino que serán seres supremos, y es que Jungkook, sin duda era un completo Adonis. Me he desviado del tema, pero no podía no decirlo.


Jungkook y yo no teníamos una relación... formal, digamos, que estábamos en proceso, o eso creo yo, aunque sea o no una relación con todas las letras ante las demás personas, para mi sin duda era lo mejor que me estaba pasando, tener a Jungkook me hacía de una extraña forma, sentirme feliz, como nunca antes lo había sentido.


El movimiento repentino del carro deteniéndose, me había hecho abandonar mis pensamientos, y volver a la realidad, volteo a ver a Jungkook a mi lado, con una sonrisa en el rostro y pienso... una hermosa realidad.


- Hemos llegado Jiminie.


Nota el nerviosismo en mi rostro, y es que era algo que sin dudas podría evitar, volteo nuevamente hacia el cristal, y observo la gran mansión a un lado, y luego veo a Jungkook mirándome en busca de alguna respuesta.


- Crees que voy a caerles bien?


- Mi amor. (Creo que mi alma abandonó mi cuerpo, al oír aquello ayuda...) - Es prácticamente imposible, que no les caigas bien...


- Tu crees?


- Cielo, eres tan dulce, tan agradable, caes bien con tan solo verte, sin contar tu belleza física que, Dios eso es algo en lo que es inevitable caer rendido. Tengo por seguro de que cualquiera que te conozca, podría asegurar la increíble persona que eres. Y hoy tengo yo el privilegio de afirmar esto.


Definitivamente este hombre podía tenerme a sus pies en el momento en el que él lo desee. Jamás había recibido un trato como el que él me ofrece, y eso es lo que lo convierte en alguien tan especial. Tal vez había llegado la hora en que alguien me amara tanto como siempre lo había anhelado.


El sonrojo en mis mejillas era algo que no podía ocultar, sin embargo antes de ofrecerle una respuesta a cada una de sus palabras, tomo su rostro mientras me acerco a él para depositar un beso en esos preciosos labios, que lograban un terremoto en todo mi ser.


Al separarnos de aquel beso, sale del auto mientras observo como se acerca a la puerta del copiloto, abriendo esta, y ofreciéndome una de sus manos, para salir de aquel auto. Una vez fuera de este, me quedo parado mirando embobado el hermoso paisaje que ofrecía este lugar, Jungkook tenía razón al querer sorprenderme con traerme aquí.


Sumergido en la belleza del lugar, repentinamente siento el calor de la mano de Jungkook, entrelazandola con la mía, ocasionando una ola de emociones recorriendo por todo mi cuerpo. Bajo la mirada hasta observar su mano encajando a la perfección con la mía, para luego encontrarme con su mirada, sus tiernos ojitos los cuales reflejaban una galaxia entera en ellos, y una sonrisa... Esa sonrisa, que solo me la ofrecía a mi.


~My Pretty Dancer~ 《Kookmin》  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora