La historia transcurre cuando Mateo, el novio de la grandiosa ____ Loughty decide terminarla. Ivo su mejor amigo empieza "ayudarla"... luego decide hacer una apuesta pero lo que no sabe, es que el destino esta a punto de hacerle una mala jugada.
¡Es...
— ¿Dónde estuviste todo el día? — ¿Desde cuándo le interesaba?
— No creo que te interese y hoy no tengo ganas de ser ignorado cuando comience a hablar — dije cortante sin detener mi caminar a las escaleras.
— ____ ven ahora mismo — ordenó y sin duda alguna hice caso omiso — ¿Qué no tienes celular? ¿Qué no puedes dedicarme tres minutos de tu tiempo para decirme dónde estás? Estuve preocupada— mentira. Seguro apenas se había dado cuenta de que no estaba en casa.
— Si tengo celular, pero si el tuyo no estuviera ocupado todo el día, sí en tu oficina te pasaran mis llamadas y si aquí tuvieras el tiempo para responderlo... lo haría — me detuve solo para aclarar las cosas — y no me digas que estuviste preocupada, si de verdad lo estuvieras no llevarías ese vestido de fiesta.
— Tengo una importante cena...
— No pierdas tu tiempo explicandome, me da lo mismo — cualquiera pensaría que soy la peor, pero a ella no le interesa en lo más mínimo. Ya había dicho antes, lo que daría porque alguna vez me regañara o castigara, pero ni en eso me dedica un poco de atención.
Estaba más que molesta, primero Tomás no tenía porqué hablarme de esa manera, sé que yo lo había molestado demasiado, pero nunca llegué a faltarle el respeto. Esa había sido mi paga por haber pasado toda mi tarde cuidando a sus hermanos. Era un mal agradecido. Y en segunda mi madre que solo para que no la carcoma el remordimiento, una vez al año finge que le intereso, y esta vez no pudo ser más inoportuna.
Sábado en la tarde
Mi madre había intentado arreglar las cosas conmigo. Pero cada vez que intentaba hablar era interrumpida por su estúpido celular. Así que una vez más me puse de pie y subí a mi habitación dejando las cosas aún peor, claro si es posible que nuestra relación madre-hija empeore.
Domingo en la noche
Estaba prácticamente tirada en mi cama, tal y como me la había pasado todo el fin de semana. No tenía ganas de nada. Era más el enojo que traía por dentro que las ganas de salir siquiera por un vaso de agua.
Extrañaba a Mateo... él era el que me hacía olvidar todos los problemas con mi "familia" y que decir de Ivo el no sólo me ayudaba a distraerme, sino también me escuchaba y trataba de ayudarme con todo lo que pudiera. Pero ahora él estaba con Melissa... y Mateo con Nicole. Lo que da como resultado: ____ más sola que una escuela en domingo.
. . .
— Mierda — hable yo sola al despertarme y llevarme para nada grata sorpresa de que mi despertador no le habían dado ganas de despertarme. Ahora seguramente no llegaría a tiempo a mi primera hora clase. Tomé lo primero que encontré pues hoy no tenía ni la más mínima intención de arreglarme. ¿Vieron esos días en los que no tienes ganas de nada? Así me sentía, como un potencial emo.
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