XXVIV

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Me giré en la cama quedando con la mirada en el techo. Todo el día y toda la noche no había podido dejar de pensar en Tomás, estando con él no me importaba lo que los demás pensaban de mí. Sólo me interesaba él, y lo peor es que estaba más que consiente que Tomás Campos me volvía loca.

Mi móvil comenzó a vibrar y ya que lo traía en el bosillo de mi short me sobresalte un poco. "Mono Am" Decía en la pantalla y una sonrisa se pintó mi rostro.

- Hola - saludé feliz.

- Hola - respondió - ¿ya estás lista?

- ¿Lista? ¿para qué? - le pregunté sin entender.

- ¿No irás al partido?

- Ya te dije que sin ti no iría - me senté en la cama.

- Cámbiate ya, estoy afuera de tu casa.

- ¿Qué? - casi grité - y porque no me llamaste antes Tomás - le reclamé.

- Porque no tenía pensado ir, cámbiate ya - repitió.

- Está bien, no tardo - mentí, claro que me tardaría.

- Hey - dijo antes de colgar - nada de Dior, ni de marca - bufé molesta y colgué.

Rápido entre mi armario y tomé lo primero que encontré conscientemente que no sea de marca.

Dejé mi cabello natural tiene intenciones de plancharlo, sólo lo arreglé con la mano y me puse máscara de pestañas seguido del brillo labial

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Dejé mi cabello natural tiene intenciones de plancharlo, sólo lo arreglé con la mano y me puse máscara de pestañas seguido del brillo labial.

Bajé corriendo las escaleras. Salí y me llevé una gran sorpresa, venía en motocicleta.

- ¿Lista? - preguntó y asentí con la cabeza, ladeo su cabeza indicándome que subiera.

- ¿Iremos ahí? - pregunte en shock.

- Si - contestó sonriendo - No me digas que también le tienes miedo.

- Claro que no - dije emocionada y corrí hacia él, admirando su impecable motocicleta negra.

- Ten - me entregó un casco negro t rodé los ojos al final terminaría con el cabello mal peinado.

- Me gusta tu cabello al natural - pasó una mano por mi cintura acercandome a él. Era demasiado frío para decir un cumplido, así que cuando decía uno tenía que agradecérselo muy bien. Aún sujetando el casco pase mis brazos por su cuello y uní nuestros labios. Me besaba con una delicadeza exquisita. Sus deliciosos labios se acoplaban a la perfección con los míos, su mano subió por mi mejilla.

- ...Y si mejor no vamos - dijo entre besos.

- ¿Estás loco? - pregunté riendo - yo no me pierdo este paseo en moto por nada en el mundo - di otro beso sobre sus ahora brillantes labios - espera... - reí y con mi pulgar saque los restos de brillo labial de sus labios - ahora si - me coloqué el casco y me apoyé sobre su hombro para poder subir. Y en cuestión de segundos ya estaba atada a su cuerpo.

Me, Myself & I (C. R. O) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora