XI

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Deje la mayoría de mis libros en el casillero, afortunadamente no había tanta tarea, solo unos cuantos problemas de matemáticas y algunos resúmenes

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Deje la mayoría de mis libros en el casillero, afortunadamente no había tanta tarea, solo unos cuantos problemas de matemáticas y algunos resúmenes. Caminaba hacía la salida del edificio y no lograba ver a Tomás - Más te vale que no te hayas ido Tomás- pensé mientras lo buscaba en el campus.

- Tú no te preocupes que tenemos todo el día - una sarcástica voz me saco de mis pensamientos.

- Te estaba buscando - le dije sonriente.

- Si como sea - rodó los ojos y comenzo a caminar - sigueme - me indico y se subió a su motocicleta.

- ¡Dios mio! Lo que tiene de amargado lo tiene de sexy - pensé mientras lo miraba y sacudi mi cabeza, para salir de mis pensamientos.

- S...si - conteste y camine hacia mi auto, lance mi mochila en el asiento trasero. No fue muy largo el trayecto, sólo tenía algo de dificultad en seguir la alta velocidad de Tomás.

De pronto Tomás se subió a la acera, estacionando su motocicleta ahí, aunque no parecía una casa, seguramente era su trabajo, estacione mi auto y baje no muy segura.

- Espérame - me fijo antes de entrar a la enorme tienda de música. De todos modos entre tras de él.

- ¡Tomi! - un chico detrás del mostrador le saludo al mismo tiempo que estrechaban fuertemente sus manos - ¡Wow! ¿y tu eres? - le saco la vuelta a Tomás acercándose con la mirada fija hacía mí.

- Nadie, no es nadie - lo tome del cuello de su camisa y lo regreso al mostrador - concentrate en tu trabajo - le ordenó.

- ¡Tomás que bueno que viniste! - dijo una pelirroja que bajaba las escaleras con las manos ocupadas por dos cajas - llamó Erick - su mirada se quedo fija en mí, analizandome de pies a cabeza. Su cabello entre rojizo y negro, levemente desordenado, jeans desgastados, converse viejos y maltratados, tatuajes por todo su cuerpo. No me extrañaría que fuera la... la novia de Tomás.

- ¿Qué dijo Erick? - preguntó Tomás con cara de desespero.

- Qué... no podría pasar por Giuliana ni por el pequeño - dejó las cajas en el piso.

- Pero... ¿porqué? - el desespero aumentaba.

- Su auto... - dijo haciendo una seña con sus manos como de explosión y junto con el chico rieron.

-No puede ser - dijo mirando el reloj de su mano - me va a matar - dijo caminando hacia la puerta - Espérame aquí - me indicó.

- Sí, Aquí esperalo- sonrió el chico cuyo nombre desconocía, mientras que era aniquilado por la mirada de la pelirroja.

- Tomás pero... - hablé y regreso

- No - tomó su cabello en sus manos - no puedo ir por ella en motocicleta - regresó al mostrador - dame tu auto - le dijo al chico el cual asintió y se agachó.

Me, Myself & I (C. R. O) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora