Me, Myself & I (C. R. O)

XXIV

Íbamos ya de regreso a la casa de los Campos, después de pasar prácticamente todo el día en los juegos de la heladería.

Mi celular comenzó a sonar, escarbe entre todo el desorden de mi mochila hasta que lo encontré. Era el número de mi casa.

— ¿Si?

— Joven ____ — se escucho del otro lado de la línea — su madre pregunta que a qué hora llegará.

— Dile que no llegaré — conteste seria y noté como Tomás volteaba a verme y luego regresaba su mirada al camino —dile que me quedaré en casa de Ivo — Lisa una de las encargadas de la casa cubrió el micrófono y escuche que como le repetía mis palabras a mi madre quien apuesto todos mis vestidos en que estaba perdida en su laptop y hablando por su celular.

— Dice que está bien, que tenga cuidado — ahora necesitaba hablar con Ivo.

Colgué y dejé presionado el uno, que era la marcación rápida para Ivo, lleve mi celular a mi oído.

POV. TOMÁS

¿Con esa facilidad la dejaban quedarse en casa de Ivo? Se la había pasado todo el día fuera y porque simplemente no le apetecía llegar a su casa, no lo hacía.

— ¿Tonto? ¿Dónde estás? — dijo mientras pasaba una mano por su cabello — ¿me puedo quedar hoy en tu casa? — preguntó y volteé a verla, una sonrisa se coló en sus labios — gracias — dijo entusiasmada — ahorita nos vemos — presiono el botón rojo. Una vez más volteé a verla, ella también volteó y me regreso una sonrisa arrugando su nariz. Regrese mi mirada al camino.

— ¿Y cuándo vendrás de nuevo? — Giuliana le preguntó a ____ al momento que se despedía.

— Pue...s.s y..yo — balbuceó y levantó su mirada buscando la mía — pues cuando tu me invites — le dijo sonriente.

— ¡Ahora! — Giuliana comenzó a saltar — quédate más ¿si?

— Si dile Tomás — me pidió Román.

— No niños — dije con un tierno tono de voz — es tarde, y mañana tienen colegio al igual yo — les expliqué pero era algo difícil hacerlos cambiar de opinión — vayan adentro ya — les dije y voltearon a verme ¿tristes?

— Está bien — dijeron al unísono, ambos dieron un beso en la mejilla de ____ y caminaron enfilados a la casa.

— Bueno — alargó caminando hacia su auto — adiós Tomás — ¿qué? ¿Así nada más? ¡mierda! ¡eso es! ¡eso es lo que precisamente odio de ella! En un momento es una y a los pocos minutos ya es otra.

Caminé detrás de ella y cuando intento abrir la puerta puse mi brazo y volví a cerrarla.

— ¿Se puede saber que haces? — diji dándose la media vuelta.

— No dejaré que te vayas — dije firmemente acorralándola poniendo mis brazos a sus costados, ella abrió sus ojos como platos — no, hasta que me prometos que vas a salir con Valentín.

— ¿Y por qué tendría que prometerte eso? — frunció el ceño — ¿a ti que te importa si salgo con él o no?

— Sólo no quiero que salgas con él — ni siquiera yo sabía el porqué de mi petición.

— ¿Celos? — preguntó tratando de provocarme, no le diría lo que le gustaría escuchar.

— Sabes de sobra que no.

— Yo que sé es que te mueres de celos porque salga con Valentín pero no tienes el suficiente valor para decirlo —te está provocando Tomás... no caigas — ¿lo ves? — sonrió pícara — te gusto — subió sus manos lentamente por mi pecho hasta el cuello — incluso sé que crees que soy linda.

— N..no.

— Oh por favor Tomás — me interrumpió con fastidio — deja de hacerme perder el tiempo y deja de perder tu tiempo — forcejeo tratando de hacerme a un lado pero no logró moverme ni un centímetro.

— Te dejaré de hacerte perder el tiempo hasta que me digas que no saldrás con Valentín — insistí, simplemente no quería que lo hiciera.

— ¿Porqué Tomás? — gritó molesta.

— Porque no quiero que salgas con él.

— ¿Qué? ¿Ahora tú me dirás con quién tengo que salir y con quién no? — dijo irónicamente. ¿Realmente quería salir con Valentin? Me pregunté internamente.

— Así es — sonreí.

— ¡Ah! ¿Y se puede saber con quién si puedo salir?

— Con nadie — la acorralé aún más pero esta vez mis manos sobre su cadera y sin darle tiempo a reclamarme algo unió nuestros labios. Por primera vez se negaba a corresponderme. Uní nuestras frentes dejando de besarla y subí mi mano a su cuello.

— No te creo en lo absoluto que quieras salir con él — mentí. Tomo mi mano y la quitó.

— ¿Tú qué crees Tomás? ¿Qué voy a seguir detrás de ti soportando tus rechazos? Ya lo intenté. ¡me gustas Tomás! Pero ya me cansé — se dió la media vuelta y de nuevo hizo el intento de abrir la puerta y esta vez no se lo impedi.

No lo hagas Tomás. Una voz sentenció en mi interior. Demasiado tarde ya lo había hecho, ____ se sobresaltó al momento que abrí la puerta.

— ¡Basta Tomás! ¡me tengo que ir! — dijo pero simplemente la ignore, me adentre en el auto y le quite las llaves. Bufo molesta. Rápido me hice a un lado y sacudi las llaves.

— Damelas ya — ordenó aún dentro del auto.

— Ven por ellas — volví a agitarlas. Me fulminó con la mirada.

— Damelas— repitió.

— Ven por ellas — arrastre las palabras provocándola. Golpeo con furia el volante y bajones auto, acomodó algunas arrugas que se habían formado en su vestido. Se veía tan inofensiva aunque claramente no lo era.

Dió dos pasos lentos y tendió su mano, sin quitar su aniquilante mirada. Una vez más agite las llaves, ella quería reír.

— De verdad no te entiendo — caminó hacia mi y me arrebató las llaves, se dió la media vuelta para regresar a su auto, pero no pudo dar ni siquiera un paso ya que la sujete por la cintura.

— ¿De verdad te gustó? — susurre en su oído.

— ¡Para que me lo preguntas Tomás! — volteo y me reclamó — si de todos modos, si te digo que si me dirás por enésima vez que yo no te intereso — hablaba aceleradamente y al parecer no pensaba callarse. La única forma coherente que se me ocurrió callarlo fue tomarla de la cintura, apegarla a mi cuerpo y unir mis labios con los suyos, no me importaba si me correspondía o no.

Cerró los ojos, acción que repetí. Sus manos treparon por mi pecho hasta llegar a mi cuello para convertirse en un abrazo detrás de mi nuca. Sus suaves labios se movían rítmicamente con los míos. Pase una de mis manos por su nuca, atrayendola aún más a mis labios dándole una mayor profundidad al beso.