¿Todos los poderes?

1 - ¿Qué me esta pasando?

Tic tac, tic tac, tic tac... parece que el reloj avance lo más lento que puede, esta clase se me esta haciendo eterna, ahora que lo pienso ¿que fue lo que me pasó ayer? Tuve la extraña sensación de que todo el mundo se pa - parara... ¿eso no es posible verdad? Cla - claro que no, pero ¿y lo de antes de ayer? Cuando saludaba a la gente no me respondía ni siquiera me miraba, pensé que me estaban ignorando, pero llegué a clase tarde y el profesor no me dijo nada, y cuando pasó lista y dijo mi nombre yo sin dudar dije: presente, pero el pregunto ¿la sr. Nana no está? Y todos dijeron que no, pero yo estava gritando para que notarán mi ausencia.

Por fin se a acabado la clase.

-Adiós Meril! - grito a mi mejor amiga.

-Adiós hasta mañana! - me dice con una gran sonrisa en la boca.

Que guapa es Meril, su pelo rosa hoy lo tenia mejor que nunca, con un ondulado natural perfecto, y sus ojos azules que también hoy por algún motivo brillaban más que nunca.

Tengo que cojer el metro para llegar a casa, pero el trayecto no se me hace pesado ya que he estado leyendo un libro.

Cuando llego a casa me quito la mochila y me tiro en la cama, puf... que largo se , me a hecho el día, rápidamente me levanto de la cama y me miró al espejo, mi pelo negro liso con mi mecha azul a un lado ya me llega al trasero, yo me lo quiero cortar ya que es una mierda tener este pelo tan largo, en verano me da mucho calor y cuando me ducho tarda mil horas en secarse, pero claro aquí el que mandan es mi padre y quiere que su perfecta hija tengo un perfecto cabello, yo no quiero ser perfecta.

Cuando me fijo bien me doy cuenta de que llevo la camiseta alreves me empiezo a descojonar viva delante del espejo, no se nota mucho por eso nadie me a dicho nada.

Siempre voy vestida igual sudadera, chándal ancho, zapato como más cómodo mejor, la verdad es que aparte de estar cómoda me gusta mucho como visto, nunca he sido la típica chica que le encanta ir de compras y ponerse vestidos rosas.

-Ya estoy en casa - mi madre me avisa.

-Hola mama! Que tal tu día hoy?

-Estoy agotada, los niños no han parado de llorar - mi madre es profesora de guardería, por eso lo de los niños.

-Mi día tampoco a sido mucho mejor, las clases han sido muy aburridas.

-Bueno tranquila ya tendrás tiempo de des aburrirte cuando entres a la universidad y tengas muchos exámenes. -mi madre bromea.

-Ya tengo muchos exámenes ahora! Pero son aburridos, y además no se si quiero ir a la universidad.

-Bueno tienes que hacer lo que tu quieras, mientras seas feliz, pero ya sabes que a la vida ay veces que tenemos que hacer cosas que no nos gustan, para que después seamos felices. -mi madre siempre a sido muy comprensiva, creo que eso he salido a ella.

-Lo se mama, bueno me voy a mi habitación.

Cruzo el pasillo hasta llegar a mi habitación, al entrar me doy con la esquina de un mueble en el pie.

-Ah tío joder como duele! - digo esperando que mi madre no me oiga.

Le doy una patada sin mucha fuerza para no hacerme más daño al mueble, ¿Pero que?! El mueble se a hecho pedazos.