(Alec)
-A ver cuéntame de una vez que te pasa –pidió Rayan, sonriendo.
-Tengo un problema con Janet.
-¿Por qué? –Pregunto confuso- ¿No es tu pareja?
-Sí que lo es. No es por eso. El problema está cuando Janet entra en mi campo visual. No puedo ver otra cosa y estoy cometiendo errores de principiante. Temo por comenzar a liarla y poner en peligro a Janet. A perderla por un fallo.
-Eso tiene fácil solución. Cuando estemos en horario de entrenamiento y durante el viaje no le mires, evítala y cuando llegue la noche que no tengas guardia pues convierte en el tontito enamorado que te estas convirtiendo.
-Casi logras una solución. El problema es que, cuando la noto cerca o la veo, mi amigo...
-Espera –me interrumpió- ¿Qué amigo? Aquí solo estamos Quinn y yo.
-Mi otro amigo –dije mirándome la bragueta del pantalón.
-¡Ohh! Ese amigo... –dijo dándose cuenta y sonriendo porque le hizo gracia- sigue contándome.
-Lo que estaba diciendo era que cada vez que pienso, noto su presencia o la veo mi amigo se pone alerta y me impide pensar en otra cosa que no sea estar en ella.
-Madre mía. Estás salido –dijo riéndose mientras me palmeaba la espalda.
-No te lo he contado para que te rías de mí sino para que me des consejo y me ayudes a no montar una tienda de campaña en mis pantalones cuando no toca.
-Lo que tienes que haces es evitarla lo máximo posible, para que no vea lo salido que estas. Así te dará tiempo a pensar en lo que tienes que pensar, que es su seguridad y entregar a Malek a su madre. Y cuando todo esto acabe podréis iros los dos de luna de miel y eso sería a excusa para desfogar a tu amigo.
-¿Cómo pretendes que haga eso? –pregunte.
-Pégate a mi o a Quinn y si Janet se acerca durante el viaje di que te adelantas un poco para ver si el camino está despejado o que te harás el rezagado para poder vigilar si nos están siguiendo de cerca o que necesitas hablar conmigo de algo de seguridad. Por la noche lo que podemos hacer es cambiar las parejas las chicas juntas y nosotros juntos.
-¿Qué tramáis? –pregunto Quinn apareciendo a nuestra espalda.
-Nada –me apresure a contestar.
Sabía que si le contábamos a Quinn lo que pretendíamos hacer nos reñiría y se enfadaría aún más conmigo.
Por suerte las chicas bajaron y nos pudimos poner en camino. Por suerte Janet iba entretenida hablando con Katya. Que no sabía si ir a salvarla de la tigresa o dejarlas para que se hicieran más amigas, aunque eso ultimo también era peligroso. Pero aproveché eso para poder mantener la distancia entre nosotros sin que parezca tan evidente que la evito.
-Alec –me llamo Katya, ya que yo iba un poco adelantado.
-Dime –conteste pero sin aflojar mi paso y sin girarme.
-¿Puedes hacerme el favor de quitarme de en medio a tu chica? ¿O me das permiso para matarla? –dijo en su habitual tono de broma.
-Déjate de bromas –interrumpió Rayan siguiéndole la broma- Pero no me importaría llevarla en mi lomo.
-¿Quieres que te quite toda la piel a tirones? –pregunto Katya simulando que se ponía celosa, aunque en verdad no le haría ni pizca de gracia que eso pasara.
-Yo la llevo -dije antes de convertirme en leopardo de un salto.
Tenía claro que tenía que mantenerme lejos de ella por ahora, pero tampoco podía dejarla atrás por no poder seguirnos el ritmo y es mi compañera, es difícil decirle que no.
Malek le ayudo a subirse sobre mí y luego se fue con Quinn, que iba mirando unos planos que a mi parecer ni el mismo entendía.
Janet me agarro a mi cuello. Podía sentirla, toda ella sobre mi lomo... y ya me estaba volviendo loco. Sentir sus pechos apretándose contra mí, como su olor inundaba mi nariz, como me acariciaba el cuello mientras se agarraba... estaba a punto de tirarme al suelo y ronronear del gusto o volver a mi forma humana y hacerla mía hasta que el calentón que estaba provocando no se apagara.
No quería volver a ponerme febril y menos en público. Necesitaba centrarme en protegerla no en otra cosa.
Note como al rato de estar andando con Janet a mi espalda su respiración se hizo más ligera, señal de que se había quedado dormida. Eso me hizo sonreír y no se ni porque.
-¿Quieres que te releve? -pregunto Rayan señalando a Janet.
-Estoy bien -conteste por el vínculo de centinela.
-¿Seguro? -pregunto levantando una ceja y mirando hacia mí pito- No me importaría llevarla encima un rato por tu bien.
-Cuando esta despierta es cuando peligro -le confesé.
-Entendido, cuando despierte yo me encargo.
-¿Qué vas a hacer? -tenía miedo a sus planes.
-Nada malo -dijo levantando las manos como si fuera inocente- solo entretenerla hablando sobre entrenamiento o algo así. Que celoso eres ¿no?
-Tu harías lo mismo si yo hablara de estar con Katya -rebatí.
-Como que te atreverías a intentarlo, con el mal genio que se gasta la chica -susurro riéndose.
Por suerte, Katya se había adelantado y no nos podía escuchar y Quinn no tenía el oído tan desarrollado como para poder escucharnos con la distancia que teníamos, además de que iba absorto en sus planos.
Por suerte, para cuando Janet se despertó ya había anochecido del todo y solo nos quedaba el último tramo que teníamos previsto para hoy. Que dormiríamos en las tiendas de campaña.
No sé cómo nos las ingeniamos para que Janet y Katya aceptaran el dormir en la tienda de campaña de Quinn, que en verdad era una casa de dos plantas por dentro. Mientras que Rayan y yo dormiríamos en una tienda de campaña normal. Así podríamos escuchar mejor si alguien se acercaba y despertarnos.
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Centinela de la luna
FantasyJanet nunca imagino que por un extraño colgante tuviera que vivir toda una nueva aventura junto con unos seres mágicos que intentaran protegerla y ¿Quién sabe si también la ayudaran a encontrar el amor?