Seis

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Por obligación de Carlisle debía "terminar" otro año escolar, el cual cubrimos diciendo que había estudiado en Francia y ya había regresado para terminar.

Gracias a que la imprimación me había regresado mi parte humana solo pedía dormir más de mis 8 horas diarias, pero debía levantarme y arreglarme para mis últimos días en la escuela. Tomé mis pantalones negros, una blusa pegada de manga larga negra y los aventé sobre mi cama. Corrí al baño y me di una ducha rápida.

Ropa interior puesta, ropa lista, botines bien abrochados y ya solo faltaba mi adorada chamarra de piel. Bajé corriendo y todos mis hermanos se encontraban ahí, menos Edward.

-       ¿Lista? – asentí emocionada.

-       Vamos, saltamontes.

Corrí hacia el auto de Jasper y me subí en la parte trasera, el camino se basó en escuchar el amor de Alice por la moda y como quería obligarme a comprar ropa con ella este fin de semana. Cosa que claramente yo no quería, no era tan fan de ir a comprar ropa cada semana.

Al llegar a la escuela preparatoria de Forks todas las miradas se dirigieron a los autos de mi familia, Jasper estacionó y bajamos, aunque las miradas cambiaron hacia mí. Miradas de todas las tonalidades me veían y no despegaban los ojos de encima. Tomé mi bolso y avancé con la cabeza en alto, como una buena Cullen. Mis hermanos se quedaron en los autos recargados y yo avancé. Susurros de todos tipos; buenos, malos... inapropiados.

-       Buenos días. Soy Morgan Cullen, vengo de un intercambio.

-       Señorita Cullen, buenos días. – se agachó y me extendió dos hojas. – Este es tu horario. – me dio una azul claro. – Y este es tu pase para las clases, al final del día tráela por favor.

-       Gracias.

Salí de la oficina y caminé directo a mi clase de literatura. Entré y de nuevo las miradas llegaron a mí, de nuevo. Será un largo día.

-       Hola. – dijo Bella acercándose con Edward de la mano. - ¿Nos acompañas?

Asentí. Y nos dirigimos a una mesa con cuatro adolescentes más.

-       De ninguna manera. Basta. – dijo uno de ellos.

-       Tíralo. – dijo otro.

Nos acercamos y tomamos asiento, todos abrieron los ojos al verme, pero siguieron sus temas triviales.

-       Justo a tiempo. – dijo el chico asiático señalando a Bella. – Escucha.

-       A ver. "Compañeros estudiantes." ¿De acuerdo? – habló el rubio.

-       ¿De qué hablan? – pregunté curiosa.

-       Jess. – señalaron a la muchacha con diadema. – Fue elegida para dar el discurso de graduación. Soy Angela, por cierto.

-       Pero Jess no acepta mis ideas. Sería un gran discurso. Soy Mike Newton. – me guiñó un ojo y rodé los ojos.

-       Si uso el tuyo me lanzarían todo menos rosas. – arrugó una hoja de papel y se la aventó en la cara al rubio. – Así que, gracias.

Solté una risita, miré a mi hermano que observaba a Bella con un amor tan puro, que solo me hacía pensar. "¿Jacob me verá así?"

-       Tienes que aceptar los clichés, Jess. – dijo Mike.

-       Son el pan y la sal de graduados. – habló el asiático, que seguía sin saber su nombre.

-       ¿Seguro que te gradúas? – pregunté mirándolo. Y toda la mesa aguantó una risa.

-       Jess, no necesita clichés. – la voz de Bella llamó la atención de todos. – Su discurso será épico.

-       ¿Épico? Cambiará vidas.

Sonreí, traté de ayudarla un poco con su discurso. La silla a mi lado se movió y observé a Jasper sentarse a mi lado. Con una alegre Alice. Ay no.

-       He decidido dar una fiesta. – ay, Alice.

-       Después de todo. ¿Cuántas veces vamos a graduarnos? – Edward y yo soltamos una ligera risa gracias a su comentario.

-       Sería divertido. Primero hay que hablarlo con papá. – comenté.

-       ¿Fiesta? ¿En su casa? – el tono de Angela fue de sorpresa.

-       No conozco su casa. – tono soñador de Jess y olor a curiosidad en la mesa.

-       Nadie la conoce. – dijo el asiático.

-       ¿Otra fiesta, Alice? – dijo un Edward serio.

-       Será divertido.

-       Eso dijiste la última vez.

-       Vamos, Bella no será nada malo. – apoyé a mi hermana.

La mirada de Alice cambió y una ligera tensión inundó el lugar. Una visión. Los Cullen nos preocupamos y Bella trató de distraer a sus amigos. La mirada de Edward colapsó con la mía y utilicé mi espejo.

-       Oye, Angela... - escuché a los lejos.

Una pelirroja corría por el bosque de nuestro lado del tratado, mis hermanos la conocían eso está claro.

"Victoria" dijo Edward en mi cabeza.

You (Jacob Black)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora