Después de un bien merecido descanso, desperté dispuesta a faltar a la escuela, le dije a mis hermanos que me justificaran de alguna manera y corrí a casa de Emily, como ya era mi costumbre.
- ¿Qué hay de desayunar hoy? – entré alegre.
- Una gran dosis de tres horas de patrullar. – me informó Leah.
- Cuando me invitaron a formar parte de la manada, esto no venía en el contrato, Sam. – el nombrado rio y se acercó a besar a su impronta.
- Coman algo antes de irse, les toca a ustedes. – Emily nos tendió jugo y un gran plato con tocino, huevos, hot cakes, salchichas, y fruta a un lado. – Vean el lado bueno, irán ustedes dos solas, no aguantaran a estos chicos infantiles.
- ¿Chicos infantiles? Oíste, Paul.
- Si, Embry. Ahora resulta que somos infantiles.
- Lo son. – no dudé en rezongar.
- ¿Ah sí?
Una pelea de jalones, empujones y puñetazos de mi parte se formó entre Paul y yo. Hasta que dos cosas me distrajeron un olor a pollo rostizado y el sonido de una moto estacionarse. Jacob, pensé. Pero un nuevo aroma se hizo presente, Bella.
- ¿Seguro que es buena idea? – preguntó la humana. – Soy la muchacha vampiro, ¿recuerdas?
- Si, bueno, aquí hay un medio vampiro. – solté una risita, iba a salir, pero la piernita de pollo me llamó primero. Leah y yo nos quedamos dentro a escuchar un poco. Aunque, cuatro chicos salieron como torbellino.
- ¡Miren quién regresó! – gritó Jared.
- ¿Qué pasó, Bella? – habló feliz Quill.
- Quill, ¿también tú? – cuestionó la humana.
- Si, ya soy parte de la manada. – se puso derecho y con aires de grandeza. Típico Ateara.
- Que alegría verte, Bella. – volvió a hablar Jared. – Por fin un descanso de los monólogos de Jake. – mi sonrisa se esfumó completamente.
- "Ojalá llamara Bella." – una punzada.
- "Ojalá no llamara Bella." – otra punzada.
- "Debería llamarla."
- "Debería llamar y colgar."
Me dolía el pecho, a un grado enorme. Estaba jodida, por Jacob, por la imprimación, por Bella.
- Vámonos de aquí, Morgan. Tú y yo debemos patrullar - asentí con el dolor aún en mi pecho.
Leah era seria y ruda con todos, menos conmigo, cosa que agradecía de corazón. Me despedí de Em y Sam con un gesto y salimos, topándonos con todos. La cara de los chicos al verme era de pena y arrepentimiento, pero la de Jacob no podía describirla. Era más que claro que él quería a Bella, no a mí.
- Morgan, hola. – una animada Bella me saludó y yo solo logré asentir. El dolor en mi pecho me estaba matando.
- Bella, ella es Leah Clearwater, la hija de Harry. – la presentó Jacob.
- Hola... lamento lo de tu padre. – le dijo sincera. Odio el aroma de este momento.
- Si viniste a torturar a Jacob y a lastimar a Morgan, puedes largarte. – esa era mi Leah.
- ¿Morgan? ¿Por qué? ¿Estás bien? – olía a angustia.
- Si. – me puse firme de nuevo, el dolor había cesado. – Debemos irnos, Leah. Adiós.
Caminamos hacía el bosque dejando todo el ambiente en el lugar seco. Nos quedamos de pie por unos segundos, tal vez minutos. Emily salió a saludarla y Sam iba detrás de ella, Bella volteó y fue justo cuando Leah y yo saltamos convirtiéndonos. 'Es increíble que no quieras partirle la cara', reí en mi forma lobuna, esto de la telepatía me daba risa. 'Estoy imprimada, Leah, no desquiciada'.
El bosque se veía tranquilo, pájaros, algunos ciervos, el río. Un silencio cómodo entre nosotras. Era pacífico, hasta que recordé a cierto moreno hermoso. 'Deberíamos ir a pedir perdón, Leah' la volteé a ver con ojos de cachorro triste, '¿Perdón? Morgan, él no le dice de su imprimación y te lastima.', bufé 'Vamos'. Salí corriendo hacia la casa de los Black con Leah detrás de mí. Me escondí detrás de una roca y me transformé, nos vestimos con la ropa que teníamos escondida y caminamos al portón de los Black.
- Apenas tiene 15. Es de los más jóvenes. – Jacob...
- Espera, Leah. – susurré. – No hagas ruido. – nos pusimos detrás de una pared lo más sigilosas posibles.
- Ojalá, Leah se quedara en su casa. – volvimos a escuchar al joven Black.
- No seas machista. – rezongó Bella.
- Estoy de acuerdo, que no lo sea. Lo golpearé. – detuve a Leah del antebrazo y la callé.
- No es eso, es el triángulo amoroso. – ay no, Black, cállate.
- Ahora si lo golpearé, aunque no te gusté lo haré. – Leah se estaba poniendo roja.
- ¿Te quieres calmar? Si sigues haciendo ruido nos atrapará y saldrá peor.
- Pero está hablando de mí y no lo voy a permitir.
- Leah, por favor. Déjame escuchar.
- Sí, a veces te escoge a ti. – escuché a Bella.
- ¿Ves? Ya no escuché. – bufé.
- Es más que un capricho.
- Jacob le va a explicar lo de la imprimación, Morgan.
- Y tú no me dejas escuchar. – rodó los ojos y nos pegamos más a la pared del granero cuando nos aseguramos de que estaban dentro de él.
- Imprimarse en alguien es como... cuando tú la ves, todo cambia. No es la gravedad lo que te mantiene aferrado en la tierra. Es ella. Lo demás ya no importa. Se vuelven uno solo. Harías cualquier cosa, ser cualquier cosa por ella. – tragué aire, Jacob olía a... (paz)
- Suena como que conoces muy bien ese sentimiento. – Bella habló, ¿tristeza? A eso olía.
- Pero claro que lo conoce. – dijo obvia mi amiga, y yo solo quería respuesta del moreno.
- ¿Te has imprimado en alguien? – preguntó nerviosa la humana, en exageración, diría yo.
Vamos, Jacob. Dile. Di que sí. Que te imprimaste de mí. Si dices que no, yo... yo... me moriría. Los segundos se volvieron eternos hasta que su voz resonó de nuevo en mis oídos.
- Ya lo sabrías. – mi corazón falló y fueron solo segundos en los cuales me encaminé a la puerta.
- Morgan, espera. – caminó la morena detrás mío.
- Tengo contacto directo con la mente de Sam, así que yo...
- Mientes. – me adelanté.
- ¿Morgan?
La humana parecía desubicada por verme ahí, el moreno solo me veía sorprendido y mi amiga me sostenía para que yo no callera de rodillas al piso.
- Di que es mentira. – lágrimas se hicieron presentes. – No sabes eso por tu conexión con Sam.
- Morgan, ¿cómo lo sabes? – ignoré a Bella, por ella estaba en esta situación.
- Veme a los ojos, Jacob Black. Y niégame tu imprimación. – estaba temblando, no me percaté en qué momento había avanzado hasta estar a centímetros de su rostro. - ¡Niégalo!
- Lo niego.
Salí corriendo del granero, mi pecho ardía de nuevo, mis lágrimas quemaban mis ojos. Cada vez perdía más el aire de mis pulmones. Corrí, corrí lo más rápido que pude. Pero aún a la distancia un ligero "Morgan", llegó a mis oídos.
- ¿Por qué, Black?

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You (Jacob Black)
Fanfiction-La amas. -¿Qué? -Aún la amas, Jacob. Y no te importa que... -¿Qué qué? - no hablé, solo apreté el volante. - ¡Contesta! -¡Que estoy imprimada de ti! Y me duele cada maldita parte de mí. ---- La hermana mayor ha vuelto y es momento de que su vid...