Veinte

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-Bien, llegamos.
-¿Qué quiere hacer, Sra. Black?
-Dormir y comer y dormir y comer.
-Amor, eso lo hicimos en el avión. Además, debemos ir con mi padre y avisar que hemos vuelto.

Después de unas semanas maravillosas y mucha locura de casados, volvimos a nuestro frío y nublado Forks.
Jake decidió no avisarle a nadie el regreso, prefiero llegar primero a casa, dejar las casas y visitar a su padre. Traíamos muchos regalos para todos y moría por entregarlos.

-¡Papá! Hemos vuelto. - anunció Jake en la entrada de su antigua casa.
-Oh, Jacob, Morgan. Que alegría. - el hombre en silla de ruedas nos saludo emocionado.
-Hola, Billy. - lo abracé alegre. La mirada de mi esposo y la mía viajó al hombre que observaba desde la ventana.
-¿Qué sucede? - preguntó Jake.
-Bella llamó.

Me acerqué rápido a Charlie, ¿por qué yo no sabía nada de mi familia?

-Hola. - nos saludó triste. - Hace tiempo que no los veo. Morgan, te ves bronceada.
-El gran sol de México. - reí leve.
-¿Qué dijo Bella? - inquirió mi esposo. Charlie asintió.
-Al parece extenderán el viaje, pescó un bicho o algo. - fruncí demasiado el ceño. - Quieren esperar a que mejore. Morgan, ¿no sabes algo?

Estaba en shock. Algo era muy extraño aquí. Me recargué en Jake para sostenerme. Él pasó su brazo por mi espalda para darme apoyo y apretó levemente mi hombre.

-Ay, Charlie. Me encantaría ayudar, desgraciadamente ninguno de mis hermanos, ni mis padres me han hablado. - miré a Jake y él asintió. - Pero, de hecho íbamos a ir a saludarlos después de venir aquí.
-Preguntaremos qué pasa.
-Si, por favor. - nos pidió esperanzado el hombre. - Me dijo que no me preocupara pero...
-Estará bien, Charlie. - la voz maternal de Sue me distrajo. Abrió sus brazos y corrí a abrazarla. La extrañaba. - Vengan a comer. ¿Se quedan? - ambos negamos.
-Mientras más rápido sepamos qué pasa, mejor. - comenté.

Nos despedimos de todos y salimos de prisa de la casa. Ambos nos suponíamos lo que pasaba, ¿por qué no llamaron? Ni siquiera Rosalie fue capaz de mandar un mensaje en toda mi luna de miel.
Jake trepó a la moto y subí detrás abrazando su cintura por debajo de la chamarra de cuero.
Encendió la moto y en cuestión de 10 min la gran casa Cullen estaba frente a nosotros, bajamos rápido. Ya traía las llaves en la mano, cuando mi padre nos abrió la puerta.

-Cariño...
-¿Es verdad? - fue al grano Jake.
-Ni un mensaje, nada. - solté. - Que gran familia. - apreté las manos. - ¿Qué sucede, Carlisle?
-Hola, muchachos. ¿Cómo están? - dijo calmado.
-Estaríamos mejor si nos dijeras qué pasa. - comenzaba a enfardarme.
-¿Jake, Morgan? - la inconfundible voz de Bella llamó nuestra atención. Estaba aquí. Abrí los ojos como platos y la boca en una gran O.
-Está aquí. - afirmó mi acompañante en voz baja.
-Llegaron hace dos semanas. - exploté.

¿Dos semanas? Y nunca nos dijeron nada. Elevé el jarrón que estaba detrás mío y lo aventé contra el ventanal. El estruendo sonó por toda la casa, nadie se inmutó.
Jake se adelantó y yo iba soltando maldiciones por aquí y por allá. Mi familia no me habló en ningún momento para proteger a una humana que se de seguro sufre del veneno de vampiro. Que anhela sangre o que probablemente necesite un lugar donde clavar el diente.
Subía pesadamente los escalones, me sentía decepcionada y triste con familia entré lista para gritas vulgaridades, frené al ver a Bella de pie y a mi esposo en shock.
La pobre se encontraba en los huesos, no era ella. Esa no era la Bella que vimos hace tres semanas. Sus ojeras y su estómago abultado como de 6 meses me recordaron a alguien...

-¡Qué chingados! - me exalté y observé a mi hermano.
-¡Tú hiciste esto! - frené a mi lobo, al mismo tiempo que Emmet le ponía la mano en el hombro.
-No sabíamos que era posible. - anunció mi padre.
-¿Qué es? - preguntó Jake.

Me encontraba en shock, me hice para atrás y me senté en la mesa. Pensando. Esto había pasado antes, yo lo vi. Lo viví, esto... esto no estaba sucediendo.

-No estoy seguro. El ultrasonido no penetra el saco embrionario.
-Yo tampoco puedo verlo. - anunció Alice afligida. - Y... ya no veo el futuro de Bella.

Claro que no lo veías, hermana. No lo hay.
Puse mis manos en la cabeza y mi pierna se movía rítmicamente, piensa, Morgan, piensa.

-Hemos investigado en leyendas pero nada ayuda. Solo sabemos que crece rápido y que es muy fuerte.
-¿Por qué no hacen nada? ¡Sácalo! - la voz de Jake me trajo de vuelta.
-No es asunto tuyo, perro. - rugió Rosalie.
-¡Rose! - exclamé y las miradas fueron directo a mí.
-Esto no le hace bien a Bella. - se adelantó mamá.
-El feto no le hace bien. - corrigió Alice.

Bebé, Alice. Por más que me duela admitirlo es un bebé. Y no le hace bien a Bella.

-Posiblemente. - se metió mi hermano. - ¿Morgan?

Las miradas expectantes de mi familia me pusieron nerviosa, no quiero cagarla, no ahorita.

-¿Si? - pregunté en voz muy baja. Jasper inquiría algo y suspiré. - Conocí un caso parecido. - todos abrieron los ojos.
-¿Qué sucedió? - la voz de Bella me rompió el corazón.
-Ay, Bella. - una lágrima recorrió mi mejilla. - Ella murió dando a luz, no sobrevivió el parto.

Me levanté rápido y salí de la casa, no quería escuchar más. Me arrodillé frente a la moto y me solté a llorar. No quería que Bella muriera. Debía existir otra manera. Bella no podría morir así.
Mi familia era inteligente, buscaríamos la manera. Posiblemente... podríamos salvarlos a ambos. Lloré más fuerte, mucho más fuerte.
Bella... las veces que robé el don de Alice ella se veía feliz. Convertida en vampiro y con mi hermano... esto... esto venía a joderlo todo. Recordaba que aquel bebé no era una amenaza, demostrarlo costó demasiado y la solución fue esconderlo.
Amenaza...
Me levanté dando un brinco.

-La manada...

You (Jacob Black)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora