Llegó, el día estaba aquí. Sin creerlo nos encontrábamos todos sentados en unos troncos. Jake soltó varias ramas listas para ser prendidas, cosa que hizo Benjamin con su don. Mi esposo sonrió y se sentó, llevándome con él para estar en sus piernas.
Mis hijos de seguro estaban con Emily, Billy y las improntas.- Una hoguera antes de la batalla.
Todos comenzaban a acercarse, la gente de Arthur, se escuchaban algunos lobos escondidos por los arbustos, nuestros amigos.
- Contando historias de la guerra. - dijo Jake. - O quedarse como estatuas.
No pude evitar reírme. En esta vida era muy importante el saber tener sentido del humor, sin importar la adversidad. Una ráfaga movió mi cabello un poco. Garret se había sentado en el tronco de al lado.
- Dime la guerra que quieras. Estuve ahí.
- Pequeño Gran Cuerno. - le dije con interés.
- Estuve a punto de morder a Custer. Los indios llegaron primero. - siguió.Los vampiros comenzaron a juntarse para escuchar las historias de todos, esto de la inmortalidad tenía la ventaja de darnos grandes experiencias y aprendizajes. Historia tras historia las miradas atentas no se despegaban de quién se fueron narrando. Pude ver como Bella trataba de hacer que Ness durmiera y Edward hablaba con mi padre.
Cuando vi que Vladimir y Stefan hablarían, me tensé. Y no pude evitar pegarme más a Jake, que no dudó en abrazarme más fuerte. Tahue y Arthur se posaron detrás de nosotros, mirando con atención a los vampiros.- Cuando reinábamos, teníamos todo lo que queríamos. - comenzó su redacción Stefan. - Presas, diplomáticos, chupamedias. Tal era nuestro poder ... pero nunca nos pusimos togas blancas y largas, jamás dijimos ser santos.
- Siempre fuimos honestos respecto a lo que éramos. - dijo Vladimir.
- Estuvimos quietos por mucho tiempo, sin notar que nos estábamos petrificando.
- Tal vez ... los Vulturis nos hicieron un favor al quemar nuestros castillos.
- De no ser por ella. - Stefan me señaló con su mano y bajé la cabeza. - Nos hubiéramos quemado dentro. Hemos esperado 1500 años para devolverles el favor.Me levanté de Jake removiéndome un poco y caminé a lo largo de los árboles. Unas pisadas me mantuvieron alerta, al girar me encontré con Arthur y Tahue que me seguían de cerca, en cada paso que daba. Me recordó a cuando caminábamos por las orillas de algún lago que nos encontráramos, era divertido poder pasar tiempo con ellos, cuando teníamos la calma de hacerlo.
- Me alegra que encontraras a tu impronta, Cam pensaba que nunca llegaría. - dijo Tahue mirando al frente. Cam, su impronta, era un humano guapísimo y tierno. - Estamos listos para envejecer juntos.
Le di una sonrisa sincera. Yo no tenía la misma idea por el momento, Jake y yo estábamos conscientes de que envejeceríamos sólo si uno de los mellizos no tenía el gen del lobo.
- Esperemos que él te haga muy feliz, lo más feliz que yo nunca pude hacerte. - habló Arthur bajito.
Lo abracé, nunca olvidaré todo lo que hizo por mí y todo lo que pasamos juntos. Estuvo conmigo cuando era una aprendiz de los Volturis, éramos el secreto mejor guardado de todo el castillo, hasta que tomó la decisión de irse y yo tomé la decisión de quedarme para conocer a Carlisle.
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El clima estaba helado. Aunque posiblemente lo sentía por los nervios que me carcomían en ese momento. Despedirme de Jake fue una de las cosas más duras y complicadas que habían sucedido minutos antes. Él se había quedado con las manadas, Sam y Tahue apoyándolo para guiarlas. Yo, por querer ocultar un poco más el secreto, avance al lado de todos los vampiros. Todos iban divididos por clanes, parejas, familias... dejándome a mí, avanzando sola. Algunos segundos o minutos después, a través de la niebla los Vulturis caminaban, con paso lento, a nosotros.
- ¡Ahí vienen los casacas rojas! - repetía Garrett.
- Shhh. - lo callé.
El ambiente estaba tenso. Podía oler el miedo todos los que nos encontrábamos presentes y la determinación en el clan que se acercaba. Yo tenía demasiado miedo. Tuve que despedirme de mis mellizos, tuve que despedirme de Jake, tuve que despedirme de todos. Mi vista fue a Ness, y un pensamiento recorría mi mente una y otra vez "cuidaré de ti en esta y en otras vidas".
- Aro busca a Alice. - Ed me miró y leí su mente. - "También te quiere a ti" - asentí leve.
Me tensé al ver a Irina caminar con ellos, por más que intentara negociar, no sabía si podía salvarla este día. Los lobos se abrían paso entre todos nosotros. La calma llegó a mí cuerpo, cuando el bello lobo marrón estuvo a mi lado. El clan se detuvo frente a nosotros, con unos buenos metros de distancia, los vampiros iniciales se quitaron su capuchas y papá avanzó.
- Aro, hablemos como solíamos hacerlo. Civilizadamente.
- Palabras justas, Carlisle, aunque fuera de lugar. - me tensé ante la voz de Aro. - Considerando el batallón que has reunido en nuestra contra. - me miró. - Fuertes violaciones al tratado, mi adorada Morgan.
- Te doy mi palabra. - habló papá. - Esa nunca fue la intención. Nunca ley se ha roto.
- Vemos a la niña. - gritó Caius. - No te burles de nosotros.
Me separé de mi lobo, avanzando a mi padre. El tratado que tenía con lo Vulturis había sido sellado, firmado y guardado, el romperlo me dejaba con la libertad de gritar al mundo de lo que eran capaces los tres líderes y de asesinar a tres vampiros.
- Cuida bien lo que pasará, Aro. Los dos sabemos como puede terminar. - dije firme. - ¡Ella no es inmortal! Y lo podemos probar.
La sensación de que Aro quisiera ver de cerca a Ed y después a Bella con la pequeña me causaron escalofríos. Bella avanzaba con la pequeña, frenando a los pocos segundos. Volteó hacia mí y después hacía Emmet. Pidiéndonos que avanzáramos con ella. Aunque mi mente se perdió en otro lado, en un ruido lejano y profundo.
Alice.
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You (Jacob Black)
Fanfiction-La amas. -¿Qué? -Aún la amas, Jacob. Y no te importa que... -¿Qué qué? - no hablé, solo apreté el volante. - ¡Contesta! -¡Que estoy imprimada de ti! Y me duele cada maldita parte de mí. ---- La hermana mayor ha vuelto y es momento de que su vid...