You (Jacob Black)

Treinta y uno

-Haré una llamada, será importante tener a los demás aquí. - informó Arthur.

Una vez llegando a Forks corrimos a la casa Cullen, donde mis amigos comprobaron que la pequeña Renesme era una híbrida, que crecía poco a poco y nada ni nadie la había mordido.
Jake había corrido a ver a nuestros hijos y yo me dediqué a presentar al lobo y al vampiro, los cuales fueron recibidos con gratitud por toda mi familia.

-¿Morgan? - escuché una voz.

A lo lejos cuatro vampiros se acercaban a la pareja con su hija y mi marido llegaba por el otro lado.

-¡Benjamin! - grité emocionada y corrí a sus brazos. - Cuánto tiempo. - el sonido de alguien tosiendo me hizo reír.
-Algunos años, querida amiga.
-Jake, amor. Él es Benjamin y ella es Tia, junto con Amun y Kebi. Que alegría verlos a todos.

El abrazo de mi lobo se hizo más fuerte y me reí. Lo miré a los ojos y supe que era el momento de irnos.

-Los veré después. - asentí hacia mi hermano. - Debo de ir a cuidar dos bellos bebés.

El sonido de los árboles nos pusieron a todos alerta. Poniéndonos todos frente a Bella y Renesme de forma protectora. Al observar que eran Zafrina y Senna supe que todo estaría bien, permitiendo ir con mis dos pequeños.

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-¿Así qué, muchos vampiros? - nos preguntó Sue.

Llevábamos un rato en la casa de Sam y Emily, Los chicos estaban como locos gracias a todos los nuevos vampiros y emocionados por los nuevos metamorfos que nos visitaban, era interesante verlos tan felices por los nuevos lobos.

-Demasiados. - contestó Jake. - Y cada vez hay más quiluetes.

Emily cargaba a Sarah y Billy descansaba en los brazos de su padre, que se recargaba en mí.

-No sé qué haremos para frenarlos, pero verán que no cruzarán acá. - aseguré cerrando mis ojos y cayendo dormida.

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Estábamos fuera de la casa Cullen, observando cada uno de los dones que tenían los vampiros. Emmet se había ofrecido a cargarme como chango y no requeríamos mucho esfuerzo para que me cargara o que yo subiera a su espalda. Zafrina se encontraba controlando la mente de mi hermano, visualizando algo posiblemente hermoso, hasta que comentó que de no ser por Bella creería que todo era real.

-Nunca dijiste que era un escudo. - llegó Eleazar interrumpiendo.
-¿Un escudo? - preguntó Bella.
-Los que conozco son diferentes. - bajé de la espalda de Emmet y me acerqué.
-Por eso Aro y Jane no te lastimaron en Volterra. Tu poder lo impidió. Es una defensa, Bella.

La cara de todos fue de impresión. Sobre todo la de mi hermano, que comprendía finalmente porque no podía leer la mente de su hermosa esposa, aun cuando era humana.
Kate se acercó a ella y la tomó de la mano, dejando que unas chispas salieran de estas.

-Claro que es un escudo. Esto debió derribarla.
-A menos que ya no te funcione.

Reí, pobre chico. No sabe dónde se estaba metiendo. Garret se acercó a ella y la tocó, terminando en el suelo y yo con un dolor de estómago gracias a las risas que soltamos en ese momento.

-Eres una mujer asombrosa.

El sonido de los árboles y patas llamaron nuestra atención, alguien se acercaba y claramente los lobos ya los habían escuchado, corriendo hacia los vampiros. El olor de Jacob inundó mis fosas y salí disparada a su dirección.
Dos vampiros, uno rubio y el otro con el cabello azabache estaban sentados en un tronco. Llegué junto a Jake y sonreí al verlo bien.

-Vladimir, Stefan. ¿Podrían dejar de molestar a mi esposo?
-Podríamos, si no intentara comernos. - habló Vladimir con su típico asentí ruso.
-Están muy lejos de casa. - Les dijo papá.

A nadie parecía agradarles la visita, he de admitir que a mí tampoco. La última vez que los vi fue hace un milenio, posiblemente los llegué a observar tiempo después. Pero no tan de cerca.

-Oímos que vendrían los Volturis y que buscaban testigos.
-No cometimos crímenes.
-No nos interesa, Carlisle. - dijo Vladimir.
-Hemos esperado demasiado para enfrentarlos. - terminó Stefan.

Acaricié a Jake, revisando que estuviera bien y miré a los otros lobos detrás. Parecían cachorros.

-No pensamos pelear. - siguió mi padre.
-Que pena. A los testigos de Aro no les gustará.
-¿Qué? - pregunté.

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-Cuando Aro quiere a alguien de un clan, no tarda en encontrar evidencia que prueben el crimen. - habló Eleazar.

Todos, vampiros y lobos estábamos en la oficina de Carlisle escuchando a Eleazar... que tenía la boca llena de verdad.

-¿Lo ha hecho antes? - preguntó Bella.
-Sucede poco, nunca encontré un patrón. - volvió a explicar Eleazar y me tensé.
-Puede ser porque mandaba a gente para hacerlo. - susurré.

Las mirabas del salón fueron directo a mí, que me encontraba en las piernas de Jake.

-Oh, por favor. No creerán que Jane y yo nos odiamos porque le servíamos su café mañanero a Aro, ¿verdad? Me mandaba a cumplir sus sucios trabajos. Pero... cuando él iba...
-Perdonaba una vida, por tener una habilidad que le importara. - dijo Eleazar. - Dándole lugar en la guardia.

Las caras no me gustaban, todas eran de preocupación y miedo. No había ninguna la cual pudiera detonar como calma o interés. Solo la de Bella, que era pensativa. Hasta Jake tenía cierta mirada de nervios.

-Esto es por Alice. - dijo Edward.
-Por eso se fue. - terminó Bella.
-Momento, - interrumpió Emmet. - ¿Testigos?
-Para correr la voz de la justicia. - habló el tal Alistair. - Después de masacrar al clan.

Bufé y golpeé mi pierna. Mandando una ola de energía a un jarrón. Se rompió y todos me miraron. Susurré un "lo siento" y me levanté para recoger las piezas. Ya le debía dos jarrones a mi mamá. El sonido de un llanto llamó mi atención y salí corriendo de la casa sin decir nada.
Al llegar a la casa Swan toqué el timbre como tres veces, siendo recibida por Charlie.

-Oh, Hola, Morgan. Estaba a punto de llamarte. Ha estado un poco inquieta.

Miré a mi pequeña que no paraba de llorar y la tomé en mis brazos. Sue iba saliendo de la cocina con un biberón en sus manos y rostro preocupado. Al verme se relajó y Sarah también.

-Necesitaba a su mamá. - dijo Jake en el marco de la puerta.

Pegué la carita de mi niña en mi mentón y la abracé, viendo a Jake cargar a Billy y acercarse a nosotras.

-¿Qué dices si nos tomamos el día y vamos a casa?

Asentí en su pecho. Necesitaba un día con mi esposo y mis hijos.