You (Jacob Black)

Veintiseis

La noche llegó, todos actuaban como si nada hubiera ocurrido horas antes y agradecía que ningún familiar me reclamara mi reacción.
Me encontraba sentada en un sillón largo al lado de la chimenea, Jake había levantado mi blusa para ver y mimar mi vientre aún plano, a nuestro lado los ronquidos del joven Clearwater se hicieron presentes.
Las risitas de Edward y Bella era claras cuando escuchaban a Jacob hablar como un tonto, hasta yo me reía. Pero me di cuenta de que por fin éramos felices y nos encontrábamos en paz.
Las ramas secas del suelo comenzaron a crujir, provocando que me levantara de mi asiento con Jake a mi lado.

-Por fin. - escuché a Edward. Que abrazaba a Bella y a la pequeña Renesme.

Los tacones de Rosalie llamaron nuestra atención, junto sus brazos y Bella le extendió a la bebé. No cabía duda de que Rose se sentía en la gloria con la pequeña.

-¿Dónde duerme? - le preguntó Bella.
-En mis brazos, o los de Edward o Esme.
-Es que Esme es una gran madre.

Sentí como voló mi cabello y sentí dos fríos brazos rodeándome. Era Esme. Depositó un beso en mi mejilla y me apretó más en su agarre. Reí al ver como Jake gruñía bajito. Era muy sobreprotector.
Alice entró generando un gran ruido que despertó al lobo frente a nosotros.

-Feliz cumpleaños. - le dijo la más pequeña de la familia.
-Creí que ya no se festejaría. - me reí con Emmet.
-Pues se festejará, Morgan. - volteó hacia Bella. - Y tú resígnate.

Le estiró su brazo con la llave de la nueva casa y se dispusieron a mostrarle el regalo. Levanté a Seth del sillón y lo jalé a mi lado.

-Familia, nosotros iremos a descansar. - anuncié, saliendo con dos lobos a mis lados.

Jake me abrió la puerta del carro y Seth entró por su cuenta algo molesto.
Dejamos a Seth en su casa, con su madre y hermana. Cuando pensé que iríamos a nuestro hogar, vi que frenamos justo en la casa de Billy.

-Creí que no los vería en un largo tiempo. - dijo en señor cuando nos vio.
-Bueno, todo se solucionó, finalmente. - le dije al abrazarlo.
-Papá, venimos a decirte algo.

Me miró, esperando que fuera yo la que diera la noticia, pero no estaba preparada. Ni siquiera sabía cómo comenzar.

-¿Es algo malo? - vi la angustia en su la ojos.
-Para nada. - me adelanté.
-Serás abuelo.

La emoción de Billy se sentía en el aire, irradia felicidad e incredulidad. Avanzó su silla para hablarnos y felicitarnos. Se notaba emocionado.
Las cosas no podrían ir mejor.

—————
Al día siguiente tuvimos que llegar desde temprano a casa de mis padres, gracias a que cierto cachorro no quería estar más tiempo lejos.
Entré a la cocina y me dispuse a hacer sándwiches, Jake tomó tres botella la de jugo y subimos con mi familia.
Me daba gracia como Seth daba los mordiscos de su sándwich molesto y veía a Rose cuidando de nuestra princesa.
Jake y yo nos sentamos y comimos tranquilos. Las escaleras rechinaron cuando vimos a Bella y a Edward subir.

-Vaya. - escuché a Emmet. - ¿Tan rápido acabaron? - dejó el periódico en la mesa y mi padre bajó la cabeza divertido. - ¿Rompieron muchas cosas?

Todos estallamos en risas, amaba a mi hermano.

-Emmet, no. - y reímos más. - ¿Dónde está Renesme?
-Con la rubia. - dijo Seth sin despegar la vista del vidrio.
-Seth, deja ya. Pareces acosador. Ven y siéntate. Ya. - bufó, pero se sentó.

El teléfono sonó terminando con la diversión. Me tensé bajo el hombro de Jake. Posiblemente, pronto se irían o... iríamos.

-Es Charlie. - le dije antes de que preguntara. - Suele llamar dos veces al día. - hice una mueca. - La está pasando mal, Bella.

Apreté la mano de Jake. Pues él había sido el que me dijo que el pobre jefe de policía se encontraba decaído, gracias a las pláticas con su padre.

-Le diremos que no sobreviviste. - inició mi padre. - Llorará tú muerte.
-Si. Lo haremos mañana.
-Extrañaré este lugar. - soltó Emmet poniéndose de pie.
-Siempre volvemos. - les dije. - Tal vez no iré esta vez.

Miré a Jake y asintió. Sería una plática que tendríamos después.

-¿Irse? - ay no. - Nunca hablaron de irse.
-Seth, no podemos arriesgarnos a que vean a Bella, se supone que está muerta. - le explicó mi padre.
-¿Solo se irán?
-No hay otra alternativa. - trató de razonar Edward.
-Y ni se te ocurra hacer alguna tontería, Seth Clearwater. O juro que te pondré a patrullar día y noche. - la voz de Jake nos hizo temblar a los dos.

——————
Los gritos y el olor a enojo me hicieron reaccionar. Salí rápido de la casa. Jacob, Bella y Edward le gritaban al pobre cachorro. ¿Ahora que hizo?

-Hey, hey. ¿Qué pasa? - les pregunté.
-Resulta que tu perro, no le dijo la verdad a Charlie. Y aparte se transformó frente a él. - me gritó Edward.
-No me grites. - le levanté un dedo. - Seth, ¡en qué demonios pensabas!
-No podía dejar que se fueran.
-¿Y ahora qué? ¿Poner a Charlie en peligro con los Volturis? - reclamó Bella.
-Aunque así fuera, no pueden tocarlo.
-Solo les conté sobre mí. - nos miró un poco. - Y puede que de Jacob y Morgan.

Tomé una fuerte bocanada de aire, lo mataría. Claro que lo haría.

-Agradece que estoy embarazada. Pero ayer oíste a Jacob, patrullaje y sin descanso, jovencito. - asintió repetidas veces.

Entró corriendo a la casa, pensando que todo estaría bien.

-¡Por una semana! - gritó Jacob.

Nos miramos entre los cuatro, preocupados. Le dijo Jake que no cometiera locuras. Y es lo primero que hace.

-Y además, resulta que adoptamos una sobrina. - puntualizó Edward.

Ninguno pudo evitar reír. El cachorro era hilarante cuando se lo proponía.

-Vamos, Bella. Si Charlie vendrá, debemos hacer algo.