Al regresar a Forks y esperar a que Emmet fuera por nosotros, Bella y Edward se veían completos por fin. Y cierto licántropo llegó a mi cabeza.
- Morgan. – gritó Emmet y corrí hacia él. Me atrapó en sus brazos y me abrazó.
- Extrañaba tus abrazos de oso.
- Por favor dime que no volverás a irte, Rosalie está ansiosa de verte.
- No está en mis planes irme por ahora. – dije viendo a mi tosco hermano. - ¿Ven? Así es como debían recibirme, no llevándome a Volterra. – todos soltaron una risita.
El camino a casa fue silencioso o al menos para mí, el auto olía a calma y de la buena. Dejamos a Bella en su casa y ella estaba lista para recibir el regaño de su vida.
Nuestro camino continuó en silencio, mi enojo hacia Edward se quedó en Italia y ahora solo me sentía emocionada de reunirme de nuevo con mi familia.
Al llegar a la casa, pude ver mi bello auto donde lo dejé y todos bajamos del carro. Edward se fue con la excusa de ir con Bella y los demás entramos a la casa.
- Mi niña. – dijo Esme al verme y corrió a abrazarme, se alejó confundida. – Estás... caliente.
- Ha sucedido. – me dijo Carlisle y asentí.
- Se llama Jacob. – dije mientras lo abrazaba. – Aunque creo que está enamorado de Bella.
- ¡Llegó! – escuché un grito desde arriba y pude ver a Rose bajar corriendo hacia mí. – Estás aquí. Te extrañé tanto. – me apretó en sus brazos.
- Y yo a ti, Rose. – dije viendo toda la habitación. - ¿Dónde está...?
- Aquí. – al voltear lo vi.
- ¡Jasper! – corrí a él y me apretó en su pecho.
- ¿Cómo estás, saltamontes? – me dijo Jasper revolviendo mi cabello.
- Pues... - interrumpió Alice a su novio. – Este saltamontes, ha superado al maestro, peleó contra tres Volturis. Y casi mata a Alec, el hermano de Jane.
- Obvio no iba a hacerlo. Era para que soltaran a Edward.
Todos me voltearon a ver sorprendidos y yo por alguna extraña razón sentí todo el cuerpo pesado.
- Creo que necesito dormir. – dije sentándome en el sillón y recargando mi espalda en él.
- ¿Tú? – dijo Jasper en burla, hasta que su rostro cambió. – Ya no eres como nosotros. Tú estás...
- Viva. – terminó Rose. – Escucho tu corazón.
- Te has imprimado. – dijo Jasper. – Me alegro, pero...
- Pero nada, sigo siendo una Cullen. Congelada o no. Sigo siendo yo.
Todos sonrieron ante mi respuesta y volteamos a la entrada, donde una puerta abriéndose se escuchó y los murmullos de Edward se hacían presentes.
- Familia. Queremos hablar con ustedes. – todos asentimos y fuimos a una pequeña antesala.
- Todos saben lo que quiero. – dijo Bella firme. – Se que pido mucho, pero lo único que se me ocurre es una votación.
- No sabes lo que dices. – dijo Edward.
- Cállate. – le dijimos Bella y yo. Mi mirada estaba fija en la humana.
- ¿Alice? – preguntó Bella.
- Yo ya te considero mi hermana, voto sí.
- Yo voto sí. Sería lindo no querer matarte todo el tiempo. – contestó Jasper.
- Necesito saber esa historia. – dije trepando en la espalda de mi hermano.
- Lo lamento. – la voz de Rose nos hizo voltear a todos. – Quiero disculparme por cómo me comporte con ustedes dos. Y agradezco el que hayas ido a salvar a mi hermano. Pero esta no es la vida que yo hubiera deseado. – me acerqué y tomé su mano. – Yo voto que no. Porque hubiera deseado que alguien lo hiciera por mí.
- Yo digo, que por supuesto que sí. – Emmet acabó con el momento tenso y se dirigió a abrazar a Bella, dándole vueltas por los aires. – Encontraremos otra razón para acabar con los Volturi.
- Ya eres parte de la familia, Bella. – le dijo mamá. – Yo voto sí.
- ¿Por qué me hacen esto? – dijo Edward afligido. – Saben lo que significa.
- Escogiste no vivir sin ella. No hay alternativa. – le dijo mi papá viéndolo serio. – No perderé a mi hijo. Voto que sí.
- ¿Morgan? – me nombró Bella.
- No te conozco, Bella. Observé y olí tu amor por mi hermano. Estoy de acuerdo con Rose en que... esta no es mi vida soñada. – miré a Edward a los ojos. – Pero casi te pierdo con los Volturi. Yo voto que sí. Si eso impide que cualquiera de los dos haga más estupideces.
Bella sonrió como si se hubiera ganado el premio mayor. Yo simplemente me despedí y me fui a dormir. Dormir... después de tantos años.
Me desperté con un delicioso aroma llegando a mis fosas nasales y bajé corriendo para encontrarme a mis padres haciendo mi desayuno. Huevos, tocino, panqueques, jugo de naranja y más.
- Siento que me puedo terminar todo eso. – dije sentándome.
- Lo sabemos. – me dijo papá dejando un beso en mi cabeza. – Ahora come.
Dicho y hecho me terminé todo. Mis padres me dejaron a medio desayuno y mis hermanos salieron a cazar, por otro lado, recogí toda la cocina y me puse la ropa más vieja que tenía y tomé un vestido. Si al entrar en fase iba a romper ropa. Que fuera la más vieja y fea.
Me vestí rápido y salí corriendo por la puerta. Salté desde los escalones y sentí como crecía y caía en cuatro patas, giré a uno de los vidrios y me vi reflejada en él. Era una gran loba blanca, corrí todo lo que mis patas permitían y recorrí el bosque aprendiéndome gran parte de este.
Dejé mi vestido detrás de una roca y seguí corriendo, siguiendo un rico aroma a cupcakes. Pero, tristemente estaba del otro lado y el tratado decía que no podía cruzar. Seguí corriendo hasta que un ruido me distrajo.
- Bella, vete de aquí. – escuché a Edward y corrí tan rápido como mis patas lo permitían.
Al acercarme a donde ellos estaban pude observar a un lobo marrón. "Precioso" pensé. Pero eso no impedía que atacara a mi familia y me lancé contra él derribándolo. Me posicioné frente a Edward y Bella. El lobo al recuperar la estabilidad de iba a lanzar sobre mí, hasta que nos vimos a los ojos. Era él, era Jacob. Como si se tratara de cachorros, los dos nos sentamos y nos quedamos viendo el uno al otro.
- Jacob... se ha imprimado de Morgan. Es como... una doble imprimación. – le dijo Edward a Bella.
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You (Jacob Black)
Fanfic-La amas. -¿Qué? -Aún la amas, Jacob. Y no te importa que... -¿Qué qué? - no hablé, solo apreté el volante. - ¡Contesta! -¡Que estoy imprimada de ti! Y me duele cada maldita parte de mí. ---- La hermana mayor ha vuelto y es momento de que su vid...