Tres

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Seguimos caminando hacia un gran ascensor, el aroma del lugar invadió mis fosas nasales y me recordaron la razón por la cual me fui. Por la cual preferí regresar con mi familia.

Vivir con los Volturi no era más que muerte y desprecio por algunos de nuestra especie y por la especie contraria, de la cual, yo también formaba parte.

Tenía la mirada y la mente perdida, solo podía concentrarme en permanecer "congelada". Que no escuché nada de lo que habían dicho los seguidores de Aro y mi familia. Hasta bajando el ascensor, me pude finalmente concentrar en lo que estaba a punto de pasar.

La secretaria del momento se levantó de su asiento y nos saludó muy alegre.

-       ¿Es humana? – preguntó Bella curiosa.

-       Si. – respondió Edward.

-       ¿Ella sabe? – volvió a preguntar.

-       Si. – dijo Edward susurrando.

-       Entonces... ¿cómo? – lo pensó un segundo. – Quiere ser uno de ellos.

-       Y así será. – le dijo Félix ocasionando escalofríos en mi espalda.

-       O un postre. – le susurré tomando su mano. – Iré primero.

Eran solo unos cuantos pasos para llegar a donde se encontraban los Volturi, Jane abrió las puertas y vi las tres grandes sillas frente a mí. El lugar estaba tal y como lo recordaba.

-       Hermana, te envié a traer uno y regresas con tres... y medio. – la voz de Alec, el hermano de Jane se hizo presenté en toda la habitación. – Que inteligente.

-       Morgan. – dijo Aro poniéndose de pie, ¿emocionado? – Mi dulce Morgan, que alegría verte de nuevo.

-       Aro. – dije con cierto respeto.

-       Y que alegría ver que vienes con tu... familia. – dijo al ver a los demás. – Igual que tu padre, la familia primero.

-       Aprendí del mejor. – respondí volteando hacia Marcus con demasiado desprecio.

-       Bella está con vida después de todo. – dijo mientras bajaba uno a uno los escalones de su trono. Y con una sonrisa falsa iluminando su rostro. - ¿No es maravilloso? – se estaba acercando mucho y solo pude posicionarme frente a ella. – Me encantan los finales felices. Calma, Morgan. No haré nada.

-       No eres tú el que me preocupa, Aro. – dije con mi vista fija en los demás que no eran parte del trío líder.

Aro tomó la mano de mi hermano, ocasionando que él soltara la de Bella y yo la tomara. Bella miraba atenta cada movimiento y Alice, y yo solo nos podíamos mantener alerta de todo y todos.

-       Ah, la Tua Cantante. – dijo Aro en un suspiro. – Su sangre te es agradable. – volteó a ver a Bella que se escondió entre mi espalda y la de Edward. – Tanto que me da sed. ¿Cómo puede estar tan cerca de ella?

-       No es fácil. – dijo el demacrado de Edward, no me había percatado de su aspecto hasta ahora.

-       Puedo darme cuenta de eso. – sonrió hacia nosotras.

-       Aro puede leer todos los pensamientos con solo tocar a alguien. – le expliqué a Bella. Ella asintió.

-       Ahora lo sabes todo. – dijo Edward hacia Aro. – Así que, prosigue.

-       Eres un lector de almas, Edward. Sin embargo, hay dos las cuales nunca has podido leer. – volteó a vernos con sus ojos inyectados en sangre. – Los de tu hermana Morgan. Ni siquiera yo puedo leerla. Y los de Bella. – no despegaba su mirada de nosotras. – Es... fascinante. – se alejó unos pasos de nosotros. – Me encantaría averiguar si también eres la excepción a mis talentos. ¿Podría? – extendió su mano hacia Bella.

You (Jacob Black)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora