Seguimos caminando hacia un gran ascensor, el aroma del lugar invadió mis fosas nasales y me recordaron la razón por la cual me fui. Por la cual preferí regresar con mi familia.
Vivir con los Volturi no era más que muerte y desprecio por algunos de nuestra especie y por la especie contraria, de la cual, yo también formaba parte.
Tenía la mirada y la mente perdida, solo podía concentrarme en permanecer "congelada". Que no escuché nada de lo que habían dicho los seguidores de Aro y mi familia. Hasta bajando el ascensor, me pude finalmente concentrar en lo que estaba a punto de pasar.
La secretaria del momento se levantó de su asiento y nos saludó muy alegre.
- ¿Es humana? – preguntó Bella curiosa.
- Si. – respondió Edward.
- ¿Ella sabe? – volvió a preguntar.
- Si. – dijo Edward susurrando.
- Entonces... ¿cómo? – lo pensó un segundo. – Quiere ser uno de ellos.
- Y así será. – le dijo Félix ocasionando escalofríos en mi espalda.
- O un postre. – le susurré tomando su mano. – Iré primero.
Eran solo unos cuantos pasos para llegar a donde se encontraban los Volturi, Jane abrió las puertas y vi las tres grandes sillas frente a mí. El lugar estaba tal y como lo recordaba.
- Hermana, te envié a traer uno y regresas con tres... y medio. – la voz de Alec, el hermano de Jane se hizo presenté en toda la habitación. – Que inteligente.
- Morgan. – dijo Aro poniéndose de pie, ¿emocionado? – Mi dulce Morgan, que alegría verte de nuevo.
- Aro. – dije con cierto respeto.
- Y que alegría ver que vienes con tu... familia. – dijo al ver a los demás. – Igual que tu padre, la familia primero.
- Aprendí del mejor. – respondí volteando hacia Marcus con demasiado desprecio.
- Bella está con vida después de todo. – dijo mientras bajaba uno a uno los escalones de su trono. Y con una sonrisa falsa iluminando su rostro. - ¿No es maravilloso? – se estaba acercando mucho y solo pude posicionarme frente a ella. – Me encantan los finales felices. Calma, Morgan. No haré nada.
- No eres tú el que me preocupa, Aro. – dije con mi vista fija en los demás que no eran parte del trío líder.
Aro tomó la mano de mi hermano, ocasionando que él soltara la de Bella y yo la tomara. Bella miraba atenta cada movimiento y Alice, y yo solo nos podíamos mantener alerta de todo y todos.
- Ah, la Tua Cantante. – dijo Aro en un suspiro. – Su sangre te es agradable. – volteó a ver a Bella que se escondió entre mi espalda y la de Edward. – Tanto que me da sed. ¿Cómo puede estar tan cerca de ella?
- No es fácil. – dijo el demacrado de Edward, no me había percatado de su aspecto hasta ahora.
- Puedo darme cuenta de eso. – sonrió hacia nosotras.
- Aro puede leer todos los pensamientos con solo tocar a alguien. – le expliqué a Bella. Ella asintió.
- Ahora lo sabes todo. – dijo Edward hacia Aro. – Así que, prosigue.
- Eres un lector de almas, Edward. Sin embargo, hay dos las cuales nunca has podido leer. – volteó a vernos con sus ojos inyectados en sangre. – Los de tu hermana Morgan. Ni siquiera yo puedo leerla. Y los de Bella. – no despegaba su mirada de nosotras. – Es... fascinante. – se alejó unos pasos de nosotros. – Me encantaría averiguar si también eres la excepción a mis talentos. ¿Podría? – extendió su mano hacia Bella.

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You (Jacob Black)
Fiksi Penggemar-La amas. -¿Qué? -Aún la amas, Jacob. Y no te importa que... -¿Qué qué? - no hablé, solo apreté el volante. - ¡Contesta! -¡Que estoy imprimada de ti! Y me duele cada maldita parte de mí. ---- La hermana mayor ha vuelto y es momento de que su vid...