Veinticinco, veintiséis, veintisiete. Esos cuatro seguían con su camino, el cual parecía no tener fin. Aún llevaban la nota de esa persona que, supuestamente, los había salvado. Y no sólo eso, sino que estaban en busca de ese elevador que menciona, a sabiendas que bien podría ser una trampa. Sin embargo, una oportunidad así para escapar de ese lugar no se daba todos los días, y valía la pena intentar ese plan, el cual, si funcionaba, por fin lograrían irse y dejar atrás a todos esos monstros hambrientos.
-Diecinueve, ¿Te sucede algo?- Quince miró cómo su amigo estaba más pensativo de lo normal. Pero no fue respondido.
-¿Sigues pensando en eso de los ganchos y la caída? Ya te hemos dicho que estás equivocado- Nueve tenía la razón. Después del sermón que Diecinueve había armado hacía un rato, tuvieron que explicarle lo que realmente había sucedido, y era que después del gran salto que habían dado escapando de la bestia sin cuerpo, habían logrado salir de allí ilesos. Sin embargo, Diecinueve parecía haber perdido la cabeza y haber obtenido un severo caso de amnesia.
-No, no es eso- Dijo él- ¿De verdad creen que logremos escapar?-
Quince se sorprendió de la pregunta, pues él más que nadie sabía lo decidido que era Diecinueve a salir.
-¿Qué? ¡Pero claro que lo haremos! Saldremos de esta pesadilla todos- Le contestó, mientras lo rodeaba con su brazo, mostrándole una gran sonrisa.
-¿Pero qué pasará con los demás? ¿Los dejaremos morir aquí?-
-¡Claro que no! Cuando descubramos la salida, volveremos por Diecisiete y los demás-
-Sí, sí. Pero, ¿Y los otros?-
-¿Los otros?...-
-Los niños que están capturados en jaulas. Los presos. ¿Y qué hay de esa niña de amarillo? ¿Los dejaremos a ellos? ¡¿Los dejaremos morir?!-
Quince y Nueve se miraron a los ojos. No sabían bien qué responder. Sólo pensar en eso ya era una locura. No se imaginaban ninguna forma de salvarlos a todos. Las cerraduras eran lo de menos. También estaban los guardias como Pietro. Pero Diecinueve tenía razón; No podían abandonarlos así.
-... D-Diecinueve, eso sería una locura- Le explicó Nueve.
-Lo sé-
-¿Sabes lo peligroso que sería?- Agregó Quince.
-Lo sé-
-No hay forma que podamos hacer algo como eso-
-Lo sé, lo sé, lo sé- Diecinueve dio un paso al frente- Pero lo quiero intentar. No podemos ser así. No podemos ser tan egoístas como para dejarlos a su suerte. Quiero ayudarlos, conseguirles una vida fuera de aquí. Y aunque no lo logre... Por lo menos quiero saber que traté... que tratamos...-
-... Diecinueve...- Quince se quedó mudo.
-... Nosotros... No sabemos qué decir...- Comentó Nueve. Diecinueve se dio la vuelta y simplemente miró al suelo... Hasta que sintió una mano tocando su hombro. Nueve estaba detrás de él, con una gran sonrisa de oreja a oreja.
-Tienes razón- Indicó ella. Quince se situó al otro lado.
-Cuando encontremos la salida, iremos por todos los demás. De niños en este lugar no quedará ni un rastro-
Diecinueve, después de escuchar la palabra de sus dos amigos, no pudo hacer más que soltar una pequeña lágrima y saltar hacia ellos.
-Chicos... Gracias- Después se separó y alzó su brazo hacia el frente. Encima de éste, Nueve puso su mano, y después Quince.
-Nosotros cuatro sacaremos a todos aquí, cueste lo que cueste- Dijo Nueve. Hasta que Quince notó algo...
-Oigan, ¿Y veinte?-
-Está decidido...- Diez se levantó del suelo y tiró los palos al piso-
-¡¿Están locos?!- Exclamó Trece- ¿Cómo piensan que haremos esto?-
Diecisiete fue junto a él.
-Hey, todos estuvimos de acuerdo en esto-
-Vamos. ¿No eras tú la que dio a Quince por muerto cuando el conserje se lo llevó?-
-Sí, lo sé. Pero estoy cansada. No puedo dejar que mis amigos desaparezcan de esa manera-
-Diecisiete tiene razón. Ellos son fuertes- Diez puso su mano en el hombro de Diecisiete- No pueden morir así de fácil-
Dieciséis, que era la que había tomado el palillo, se unió a Trece.
-¿Y qué haremos si nos perdemos? ¿Y si no encontramos comida? ¿Y si nos atrapan? Dar un paso allá fuera significa una muerte segura, y yo no quiero eso-
Once, viendo el terror que tenía la cara de su amiga, trató de consolarla.
-No, no sucederá- Dijo él- Si nos mantenemos juntos estoy seguro que los encontraremos y saldremos de aquí-
-¿De verdad?...-
Once asintió con la cabeza. Diez se dio la vuelta y miró a los demás.
-Bien. Será mejor que nos preparemos. No será fácil, pero tengo fe en que lo lograremos-
La chica, después de dar ese pequeño discurso, centró su atención en la entrada del refugio, donde aún esperaba a que regresaran.
-Chicos, por favor resistan-
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Little Nightmares - Hunger
AbenteuerEl chico recordaba poco o nada sobre su pasado, pero eso allí no le servía. Las fauces; El lugar de donde nadie volvía, en donde pisar allí era pisar en el mismísimo infierno, donde él viviría sus pequeñas pesadillas. Esta historia tiene varias ref...