Cincuenta y dos, cincuenta y tres, cincuenta y cuatro. El tiempo pasaba demasiado rápido, especialmente para él. El peso del poder perder a su amigo era casi tanto como el peso que tenía el cuerpo inconsciente de Diecinueve. Pero Quince no lo dejaría morir. Su pulso se detenía cada vez más. Su aliento se ponía helado, y su piel nunca había sido tan pálida. Nueve observaba, sorprendida, la velocidad con la que Quince corría, cargando con el cuerpo de un niño mayor que él. Pero ellos no estaban de acuerdo. Nueve, que no dejaba de sudar, detuvo lentamente el paso.
-E-espera, por favor- Dijo ella, con el poco aire que le quedaba
-¿Ah?- Soltó Quince, deteniéndose y volteándola a ver.
-¿S-sabes siquiera a dónde estás yendo?-
Quince miró a su alrededor. Él no había notado el lugar en el que estaban. El suelo estaba lleno de polvo, el aire se sentía pesado, y el ruido de la maquinaria era bastante molesto. Sólo sabía una cosa, y eso era que:
-Estamos subiendo. No tengo idea de dónde queda quinto piso, pero si subimos lo suficiente, sé que podremos encontrar alguna pista-
-Ésa es una estúpida idea. ¿Y qué hay si ya estamos en él? Además, siento que hemos dado vueltas en círculos-
Quince miró el cuerpo débil de Diecinueve.
-¿Qué propones entonces?-
-¿Recuerdas las cámaras? Tal vez, si regresamos, nos encontremos al grupo. Quizá ellos puedan ayudarnos con él-
Quince pensó un momento en el plan de su amiga.
-No... no. Hemos avanzado demasiado como para regresar. Además, ¿Qué harán ellos por Diecinueve? No tiene ninguna herida física. Sería más fácil sacarlo de aquí, o quizá buscar medicinas en este lugar-
-Aquí hay de todo menos medicamentos-
-Exacto. Tenemos que salir de aquí y buscar algo que pueda ayudarnos-
-O... alguien- Nueve metió su mano en su bolsillo y de éste sacó un papel, el mismo del salvador anónimo.
-¿Tú crees que...?-
-Sólo tal vez-
-No, no- Quince, que se empezaba a hartar, comenzó a levantar la voz- Tenemos que sacarlo de aquí-
-Tenemos que ayudarlo aquí-
-Demonios, Nueve. Eres una ridícula. Es imposible que se recupere en este lugar-
-Casi hemos muerto cientos de veces. Si seguimos con Diecinueve así, no duraremos nada. Te recuerdo que él nos ayudó con el brazos largos-
-¡Con un demonio, Jaiden!- Quince se dio la vuelta y, sujetando con más fuerza, comenzó a correr, a lo que Nueve siguió tras él.
-¡Espera, detente!- Le gritó ella. Quince miró por encima de su hombro y le contestó:
-¡Si tanto quieres regresar, adelante! ¡Pero no esperes que vaya contigo!-
-¡No, no! ¡De verdad, detente!-
Quince volvió la mirada a su camino, lo suficientemente rápido para notar que delante de él se asomaba un abismo de grandes proporciones, cuyo fondo se notaba con mucha dificultad. Velozmente, Quince detuvo sus pies, llegando al borde, a lo que su cuerpo comenzaba a desequilibrarse. Antes de que él, junto con Diecinueve, cayera al abismo, Nueve lo tomó de los hombros y lo jaló fuertemente, tropezando ambos al suelo, haciendo que el cuerpo de Diecinueve rodara lejos de ellos.
-Ni siquiera has sido honesto con él- Dijo desde el suelo Quince.
-¿Podría pedir un gracias, por lo menos?- Nueve se sentó- Además, la idea fue tuya-
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Little Nightmares - Hunger
AdventureEl chico recordaba poco o nada sobre su pasado, pero eso allí no le servía. Las fauces; El lugar de donde nadie volvía, en donde pisar allí era pisar en el mismísimo infierno, donde él viviría sus pequeñas pesadillas. Esta historia tiene varias ref...