La Levedad de la Memoria | Camren

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Pasado

Un par de días pasaron. No hubo algo memorable que mencionar. Era la misma dinámica para Lauren: plantas, carrera, trabajo, de vez en cuando algo de ocio con amigos y todo se repetía una y otra vez. Para suerte de Lauren Jauregui, había estado lo bastante ocupada como para pensar en Vivaldi y como esta entonces tenía una relación amorosa. Por otro lado, Vanessa Vivaldi había dejado de lado el insistente interés en saber a cerca de la supuesta nueva pareja de Jauregui. En la vida de Lauren, se sabía que después de la tormenta venía la calma y, que cuando había tranquilidad, de seguro las cosas estaban por ponerse algo locas.

Era sábado y por ende la gran exposición de Dani, el chico que la había invitado a salir, o más bien, a asistir a su exposición. Aunque, a decir verdad, Lauren no tenía ánimos. Era Dani quien no la motivaba lo suficiente como para querer estar allá. Dani era agradable, pero era demasiado aburrido. Era lindo, pero era muy políticamente correcto. Daniel no fumaba, no tomaba alcohol, no tenía ningún tatuaje, ni mucho menos consumía cannabis. Era demasiado bueno como para ella y Lauren no le gustaba para nada eso.

En el historial romántico de Lauren siempre habían estado presentes los bad boys. Tiempo atrás, Lauren había salido con un par de chicos lo bastantes problemáticos como para considerarlos un peligro no solo para ella sino para terceros. Por un lado estaba Juan, él era muy lindo. Tenía esos hoyuelos y esos enormes brazos llenos de tatuajes, además era muy alto y su cabello tenía ese corte que lo hacía ver como un modelo de revista. El problema de Juan era que tenía serios problemas con la ley y con las drogas. Siempre que Lauren Jauregui salía con Juan, ella tenía que esconderse de la policía y evitar pasar cerca de donde hubiera alguna estación de policías.

Además, en el historial romántico de Jauregui hubo otro chico, no vale la pena mencionar su nombre porque fue algo fugaz. Ese hombre era físicamente muy atractivo; tatuajes y músculos marcados además de una barba espesa y rojiza. Él tenía problemas tanto con la ley como con las drogas. Al final él terminó en la cárcel por un crimen que Lauren no se molestó en preguntar cuál había sido. Similar a esas dos historias, Lauren tuvo varias relaciones cortas con personas así, tanto chicos como chicas.

—¿Cómo quieres encontrar a alguien diferente si las personas te resultan aburridas cuando son buenas? —decía Andrew.

Ese era el problema de Lauren. Fácilmente se aburría de la gente, pero ¿por qué? Ella pensaba que la respuesta era: porque ninguno de ellos era Vivaldi.

Entonces eso era lo que pasaba con Dani. Era muy bueno para ella. Lauren quería alguien un poco más interesante y algo rebelde. La dosis perfecta de locura, inteligencia, arrogancia, rebeldía y sentido del humor lo tenía Vanessa Vivaldi. No había conocido a alguien que fuera como ella.

Se terminó de maquillar frente al espejo de su casa y puso algo de perfume en su cuello. No intentó arreglar su cabello demasiado ya que sabía que no tardaría en estar despeinado.

"Mi amor, ya salgo para mi cita. Deséame suerte." Así decía el mensaje que Lauren le envió a su mejor amigo.

"Pórtate mal para que lo pases bien." Eso contestó el rubio.

Después de decirle a Vanessa que Camila era la nueva novia de Lauren, Andrew Todd se escondió de Lauren por hacer algo sin su permiso. Como era de esperarse, Lauren Jauregui estuvo furiosa con él. Incluso le dijo Virgilio. Sin embargo, rápidamente esa molestia quedó de lado.

Tardó media hora en llegar a la exposición. La tardanza fue el esperar el transporte que la llevaría a ese lado de la ciudad. Cuando llegó al lugar, el cual era que era uno de los edificios más antiguos de la ciudad, Lauren rápidamente encontró el salón. No había muchas personas ahí. Quizás solo unas diez mirando la exposición y dos meseros repartiendo champaña. Al entrar Lauren tomó una copa, la champaña tenía sabor ácido y no era tan burbujeante como le hubiera gustado. Pero no podía ser exigente. Bebió dos copas y comió un trozo de queso de los pasabocas que estaba en la entrada.