~1~

2.8K 188 80
                                    

Siempre desde hace bastantes inviernos me despierto de la misma manera, las gotas de sudor recorren mi cuerpo mientras que el aroma de una rosa hace borrosa la visión de la pelinegra que me sonríe, las memorias de mi madre cada vez se hacen más y más notorias, en cierto punto me agrada ya que siempre la siento conmigo


-Qué ocurre cielo?-


El rubio recostado a mi lado en la cama me mira adormilado, supongo que mis movimientos somníferos lo han despertado, la mañana está asomando acompañada de un pequeño aire refrescante y el cantar de un par de pájaros


-No pasa nada, tranquilo-


-Otra pesadilla?-


-Eso creo pero no importa-


Entre gestos adormilados, los fuertes brazos de mi prometido me rodearon ofreciéndome seguridad y protección, el contacto de nuestras pieles me recuerda la hermosa sensación de compañía por lo que siempre voy a estar feliz de haberlo elegido a él


-Demonios-


Estiró su brazo hasta sostener su móvil, por el tono que empleó deduzco que es una llamada de urgencia que implica sangre y un peso emocional especialmente doloroso si es que no sabes cómo manejarlo


-Debo irme-


Se puso de pie en dirección al baño con la vista algo perdida, hace un par de meses que le siguen el rastro a un asesino de dudosa procedencia, en lo personal estoy fascinada con el caso ya que se trata de un potencial imitador a una reconocida asesina de hace quince años atrás


-Yo me quedaré despierta, faltará poco para que llamen a la Forense-


-Tienes razón-


Guardó su placa de detective y ya vestido besó mi frente para irse, en mi bella soledad me consuelan los documentales que pasan por la televisión cuando son cerca de las seis de la mañana, más de una vez fueron mi rescate después de una noche de insomnio recordando lo que muy probablemente debía olvidar hace mucho


-Doctora Karsson-


Respondí apenas empezó a sonar la llamada que estaba esperando


-Susan-


-General?-


-Necesito que vengas a mi oficina, debo hablar contigo-


-Voy enseguida señor-


Colgué la llamada para arreglarme con un traje negro de falda y mi bata negra de la sección de Homicios, tomé las llaves del coche y salí disparada de allí, el General Frederik Black es el hombre a cargo de nuestro equipo siendo yo la jefa Forense, mi prometido Mark junto con dos hombres más son detectives y por último nuestro equipo también tiene a una experta en computación que siempre nos matiene al tanto sobre los personajes involucrados en los casos

La historia del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora