Zemyra estuvo todo el día conmigo, nos levantamos de una siesta cortada por mi parte ya que la chica tiene bastantes pesadillas por lo que me dediqué a cuidar sus horas de sueño, cerca de las cuatro de la tarde me levanté para prepararnos algo de comer, luego a eso de las seis la diablesa se fue a la casa de la profesora Trwyllony, como quería darle algo de espacio le dije que la esperaría en casa con café, chocolate y palomitas para ver una película.
Muchos juzgarán mi manera de actuar pero por como yo lo veo, es sólo un niña que no tuvo más opción que abrazar a sus demonios si quería seguir viviendo
-Gatita?-
Oí la puerta de la entrada cerrarse...
-Estoy en la habitación-
La chica entró con las manos detrás de la espalda y un sonrojo algo notorio
-Ocurre algo?-
Desvío la mirada y se aclaró la garganta, sacó de su espalda un pequeño ramo de unas hermosas rosas blancas
-Son...para ti, aunque sé que...no lo querrías de mi...pero está bien si no porque las tiro pero...si quieres son tuyas-
Me la quiero comer a besos y cosquillas...
-De dónde las sacaste?-
-Un pequeño las vendía, sólo le quedaba este ramo así que se las compré ya que dijiste que te gustaban las rosas blancas y pues son bonitas igual que tú-
Dejé el cuaderno que tenía sobre la cama y me adueñé del hermoso ramo de rosas, me abracé al cuello de la chica sonriendo a más no poder, su peculiar gesto me sorprendió al mismo tiempo que me dio una ternura inexplicable
-Eres un encanto-
-Me lo dicen seguido-
Besé su mejilla y le pasé el cuaderno que había dejado sobre las sábanas
-Y esto?-
-Mi cuaderno de dibujo-
La chica se quitó el saco y tomó el cuaderno con ojos brillosos, fuimos hasta la cocina donde nos esperaba el café junto a las palomitas, nos sentamos en el sofá y ella abrió mi cuaderno admirando cada detalle de cada hoja, se detuvo un buen tiempo en el retrato que había pintado de mis padres
-Tienes los ojos de tu padre y la sonrisa de tu madre aunque la tuya es más bonita-
-Gracias-
La pasar la página miró un dibujo pintado con óleo de unas rosas rojas, sus ojos brillaron junto a una hermosa sonrisa
-Me encanta, eres muy buena-
-No es nada-
-Cómo qué no es nada? Yo apenas dibujo personas con palitos-
No pude contener una sonrisa, la diablesa tomó un poco de su café haciéndole énfasis con sus gestos a su gran confesión
-Bueno, todos tenemos talentos diferentes-
-Ahora me debes tú-
La diablesa me miró algo confundida mientras tomaba un poco de su café
-Qué?-
-Me debes una canción-
-Tienes un piano aquí?-
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La historia del Diablo
Novela JuvenilTodo historia tiene dos partes... Normalmente la que solemos escuchar es la más concisa, relatada por los héroes que lucharon contra el mal y salvaron el día, apuesto lo que sea al creer que siempre has escuchado este tipo de narrativas, sobre todo...