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Estoy llegando a la casa de los Black, el General junto a los tres detectives y mi equipo están haciendo un barrido a toda la zona del homicidio en busca de más pruebas forenses, he venido a recoger a Zemyra quien se quedó dormida, la casa está completamente vacía por lo que me encaminé hasta las escaleras en busca de la diablesa, el General me dijo que subiera directamente a su habitación, la cual estaba vacía pero la ropa de la chica estaba sobre la cama, me adentre en la habitación con intención de verla en su vestidor pero el sonido de la ducha me alertó, me abrí paso por la puerta del baño levemente abierta y cubrí mi boca con la mano

Se apoya contra los azulejos con una mano bajo la lluvia de agua que empapa su cuerpo marcado por cicatrices, su otra mano está jugando en su entrepierna masturbandose con un sensual movimiento mientras su rostro mira hacia arriba soltando gemidos roncos pero algo agudos

Mierda...

-Su...san-

El cielo se me cayó encima al escucharla gemir mi nombre, me sobresalté peor al escuchar mi propio gemido, se sintió tan jodidamente bien que quiero que lo repita una y otra vez sin parar, mi mente me traiciona liberando sustancias químicas en mi organismo que me dan la orden de ir allí y hacerla mía con las caricias que esta niña se merece, quiero hacerlo o es sólo mi cerebro exaltado, en mi intento de huir me tropecé con la cama y me caí haciendo un ruido escandalosamente fuerte

-Gatita?-

Salió de la ducha la diablesa atrapada en una toalla, su cabello está goteando sobre la alfombra y sobre su piel, su flamante tatuaje de rosas es ahora más llamativo ya que al ella siempre usar ropa larga casi nunca puedo verlo

-Estás bien?-

-Sí lo siento, me resbalé con la alfombra-

Me ayudó a ponerme de pie pero me fallaron las piernas y no tuve mejor idea de abrazarme a la toalla de la chica, la cual me dejó a la vista su torso desnudo con sus pechos al aire, sus pezones están erectos debido al agua y las gotas que se escurren por ellos lo hace aún más erótico, mi vista subió a sus ojos los cuales están mirándome atentamente, sus mejillas están rojas, demonios...

-Lo siento-

Me separé tapando mis ojos, mire a la derecha y vi por fin la puerta de salida

-Tómate tu tiempo te espero afuera-

Salí de allí casi que corriendo y cerré la puerta detrás de mi caminando hasta el comienzo de las escaleras donde tomé asiento en el primer escalón intentando controlar mi respiración, tengo el corazón acelerado y el calor corporal está comenzando a doler, mis respiraciones profundas espero sirvan de efectos positivos para calmarme aunque sea un poco

-Hola gatita-

Me puse de pie al ver salir a Zemyra de su habitación, tiene una polera de cuello alta, con un tapado, unas botas cortas junto a un pantalón todo el conjunto derocado con el color azabache tan claro de ella, su cabello está sujeto en un moño bajo desordenado dejando caer sobre su rostro un par de mechones 

-Segura que estás bien?-

Posó su mano sobre mi mejilla y luego la subió a mi frente

-No pareces tener fiebre-

-No tengo fiebre, por qué dices eso?-

-Estás completando roja y agitada-

-Tranquila, estoy bien-

-De acuerdo-

Sus ojos me miran sin estar convencidos de un todo, bajamos las escaleras y subimos al elevador que nos llevó al estacionamiento donde me golpee al momento de abrir la puerta

La historia del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora