~36~

1.3K 143 43
                                    

Zemyra está conduciendo hasta la casa de mi abuela, está mucho más tranquila y súper atenta a mis movimientos, pareciera que no desmembró a un hombre hace apenas unos minutos atrás

-Segura que estás bien, preciosa?-

Preguntó al bajar del auto, me duele un poco el cuerpo por lo que la diablesa al notarlo me tomó en brazos estilo nupcial y entró a la casa, sabía que era fuerte pero en verdad me sorprende que me pueda llevar en brazos sin el más mínimo esfuerzo

-Uno de los entrenamientos favoritos de mi padre era hacerme escalar los árboles más altos del bosque que rodeaba nuestra casa con dos bolsas de rocas o ladrillos sobre los hombros, comparado con eso tú eres un peso pluma-

Se río simpática mientras me sentaba en el sofá y cerraba la puerta, al instante volvió a mi dirección de cuclillas frente a mi

-No hay necesidad de que le pongamos seguro a la puerta, no volverá a pasarte nada, me quedaré contigo 24/7 sin importar qué-

-Gracias a ti no ha pasado nada, sólo tengo unos golpes-

Antes de que pudiera replicar como seguramente haría me aseguré de silenciar sus labios, unos segundos después la diablesa me correspondía con la misma calma 

-Vamos a curar la herida de tu rostro-

-Y la tuya igual-

-La tuya está peor, creo que tendré que ponerle puntos-

Nos quitamos las ropas manchadas y nos dimos una ducha rápida, la que más tardó fue Zemyra ya que la sangre en su rostro se había secado un poco, mientras ella concluía su ducha yo busqué todo lo que necesitaba para tratar su rostro, el golpe que le dio Greyback en la mejilla más el golpe que se llevo contra el borde de la cama, el timbre sonó al ver por la ventana me sorprendí

-Doctora, está bien?-

Andrómeda se abrazó a mi cintura cuando las dejé entrar, Latiana, Lilyan y la señora Black están con algunas bolsas en sus manos

-Estoy bien Andrómeda, gracias por preguntar-

Todas entraron a la casa y yo cerré la puerta detrás, en eso habló Latiana

-Lamentamos llegar así porque sí pero estábamos muy preocupadas de que pudieran hacerle daño-

Luego habló la mayor de los Black...

-No llegó a hacerte nada Susan?-

-Agradezco mucho su preocupación, tranquilas me encuentro bien, Zemyra logró intervenir antes de que pasara algo peor-

La diablesa salió del baño ya vestida con mi ropa aún así viéndose como modelo, la pequeña de los Black se abrazó a ella sonriente

-Pequeña leona, qué hacen aquí todas?-

-Estábamos preocupadas, por ti y Susan-

Después de que hablará la señora Black yo me acerqué a Zemyra para ver la herida de su mejilla, al confirmar que sí necesitaría puntos, busqué mi equipo de sutura y le pedí a la diablesa que se recostara en la cama mientras sus hermanas preparaban cositas para comer junto a un poco de café

-Lo siento-

-Por qué te disculpas?-

Me puse unos guantes de látex y moje un algodón para comenzar a limpiar la zona

La historia del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora