Capítulo 4

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CARL GRIMES

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CARL GRIMES

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—Hay personas dispuestas a ayudar, nos iremos unos días, como mucho —Me informa papá, me encuentro dándole la espalda tirando flechas a la pared, Michonne y Aarón también están aquí— Necesitamos provisiones, van a regresar pronto.

—¿Así serán las cosas ahora? —Pregunto enojado.

—¡Sí!, Será así, lo sabes —Responde de igual forma, ruedo los ojos y continúo lanzando flechas pero no lo logro darle al centro.

Que frustrante.

Camino hacia la pared para despegarlas.

—Te veo en unos días —Murmuro sin mirarlo, escucho como suspira y camina hacia Aarón, quién está apoyado en la puerta.

—Debemos irnos.

—Se le pasará —Murmura siguiéndolo— Te veo abajo.

Escucho como papá y Michonne hablan y se besan pero los ignoro y trato de no escucharlos.

Me quedo pensando en la chica que es parte de los salvadores, la hija de Negan, ¿Cuál era su nombre? Alanna, Aisha, salsa...

¡Alyssa!

Es tan... ¿Extraña? No es como ellos, o al menos es lo que aparenta con sus acciones, pero, ¿Y si solo está tratando de engañarme que? Es una salvadora, ¿Que me asegura que en realidad no está tratando de esconder quien realmente es? Es simpática, es bonita y a lo que ví, como trata a los demás salvadores... Es muy manipuladora, y es buena en eso, pero algo dentro de mi trata de creer que en realidad no es como ellos, algo dentro de mi quiere creer en ella y su buen corazón, dejó que nos quedaramos con las medicinas, arriesgándose a tener problemas, aunque a juzgar por como la trata Negan y que la considere su hija (ya que ella me dijo que no es su padre en realidad) no deben meterse con ella.

Es bonita, tiene el cabello castaño, un poco más claro que el mío y sus ojos son café, un color común pero tan bonito al mismo tiempo, y su brazo derecho está lleno de tatuajes.

Joder, pero es una salvadora.

Salgo de mis pensamientos al escuchar una puerta cerrarse, la de la sala, me doy la vuelta viendo a Michonne caminar hacía ésta, la sigo.

—¿Por qué no lo acompañaste? —Pregunto sentandome en una silla al revés, apoyando mis brazos en el respaldar, ella suspira.

—Tengo cosas en las que pensar —Dice empezando a guardar cuchillos, comida y agua en una mochila, va por su katana.

—¿Que hay que pensar? —La sigo con la mirada.

Serendipia || TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora