«Él y ella podrían estar juntos, pero a veces la vida no es así»
Ella tiene la cara de un ángel, pero los ojos de quien crea un infierno.
Serendipia: Hallazgo valioso que se produce de manera accidental o casual.
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NEGAN KIRKMAN
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—¡Faltan! —Grito histérico, abriendo la puerta de la cocina de golpe.
—¿Que falta? —Pregunta Lucille sin darse la vuelta.
—¡Las cosas Lucille, no están las cosas!
—¿Que cosas? —Alza una ceja, dándose la vuelta con Alyssa en sus brazos y James sentando en el mesón, meciendo sus pies y tomando leche en su vaso de Cenicienta.
—Oh —Sonrío, poniendo mi mano en mi pecho, más relajado— las tienes.
—¡¿Hablabas de tus propios hijos?! —Me grita enojada, Alyssa empieza a llorar— mierda, lo siento cariño —Murmura con voz tranquila, empezando a mecerla— ¿Ves lo que haces? —Me mira con odio cuando la bebé entrecierra los ojos adormilada.
—¿Yo? —Me señalo a mi mismo indignado— si fuiste tú quien gritó.
—Porque me sacas de quicio —Rueda los ojos— llévala a su cuna, y más te vale no despertarla —Me amenaza, subo los brazos inocentemente y la tomo con cuidado, voy camino hacía su habitación para que deje de joder.
Esta máquina de caca ha estado molestando toda la maldita madrugada.
La dejo en su cuna con una sonrisa egocéntrica, viendo cómo se remueve para dormir mejor.
Pues si que me salen muy bien, a decir verdad.
Salgo de la habitación con cuidado y cierro la puerta sigilosamente, camino nuevamente a la cocina viendo como Lucille le hace cosquillas a James mientras el enano de dos años ríe.
—Lucille, tengo hambre de agua —Me quejo, apoyándome en la nevera, ells voltea a verme confundida.
—¿Tienes sed?
—Hambre de agua —Corrigo, sirviéndome un vaso de ésta, el rueda los ojos.
—Eres increíble... —Dice sorprendida.
—Gracias, ya lo sabía —Guiño un ojo, bebiendo el agua.
—No era un cumplido —Resopla— ¿No sé despertó? —Le arregla la ropa a James y le limpia la baba con una servilleta— joder niño, ¿Por qué babeas tanto?
—Porque es un baboso —Dejo el vaso de agua en la fregadera, acercándome a mi hijo mayor, jalandole las mejillas, el se queja y hace un puchero, apunto de llorar.
