Capítulo I

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Ser joven, independiente y pelirubia; no es nada fácil.

Lo de ser joven te impide hacer muchas cosas que quisieras hacer, ya que los trabajos requieren de alguien con experiencia laboral (cosa que no tengo, porque soy joven), lo de ser independiente es bueno, porque no dependes de nada ni nadie; pero ahí está el problema. Tengo 18, vivo sola, pero mis padres aún me mantienen y pues aún no soy totalmente independiente (aunque hablo de ello como si lo fuera). Todo eso, sumado a que soy pelirubia, me cierra muchas puertas, porque cuando quiero demostrar mi "potencial laboral", se refieren al tono de mi cabello e insinúan que ser rubia es sinónimo de ser tonta. ¿En qué mundo vivimos?

Como decía; vivo sola. Tuve que mudarme a otra ciudad para poder estudiar en una buena universidad, ya que en mi ciudad natal no hay gran variedad de universidades, y fuera de todo eso, esta ciudad es maravillosa; la ciudad corazón. Santiago de los caballeros, para ser más exacta, ubicada en República Dominicana.

Y para ser sincera, es un poco difícil adaptarse a otro lugar, ni siquiera había salido de San Francisco de Macorís (mi ciudad natal) por tanto tiempo y menos sola. No quería dejar a mi madre sola para venir a estudiar, pero era necesario; mis padres han trabajado duro para que yo esté bien, ya era hora de que les devuelva el favor.

Además de que son ellos quienes cubren mis gastos aquí, en esta enorme ciudad que aún desconozco. Llevo dos años ya, desde que llegué aquí la primera vez, y puedo decir que en ese entonces era una niña muy asustada en una enorme ciudad; pero cuanto he crecido desde entonces, pronto cumpliré 19 y seré casi un adulto; tendré más responsabilidades, y a mí, a diferencia de muchos no me aterra, de hecho estoy ansiosa porque ese momento llegue.

***
Escucho mi celular sonar mientras preparo algo de comer; remuevo todos los cojines del pequeño sofá, hasta dar con mi celular.

—¡Aló, Laura! —contesto.

—¡Eloy! ¿No estás emocionada por el regreso a clases, el lunes?—grita desde la otra línea.

—Ok, cálmate, no es la gran cosa. —resto importancia.

—¿Qué no, Eloy? ¡Vendrán chicos guapos a nuestro campus!—reclama.

—¿Y eso qué?—digo desinteresada.

—Ay, que aguafiestas, deberías relajarte, y quién sabe si llegas a conocer a tu príncipe soñado que tanto esperas.

—No es cierto, por Dios.

—Bueno, si tú lo dices. — cuelga, no sin antes reprocharme que soy muy amargada.

***
Laura ha sido mi única amiga desde que llegué aquí; es un poco loca y extrovertida, pero tiene un gran corazón, y solo piensa en chicos guapos; y creo que nunca se ha tomado a ninguno en serio, porque no quiere ser lastimada. Es todo lo opuesto a mí, eso es lo que nos hace auténticas.

"Maldito Fuck Boy."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora