Capítulo X

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No puedo creer que haya despertado tan temprano en domingo; son las 8:30 am, y anoche no me dormí muy temprano que digamos. Después de haber regresado de tomarme el dichoso café como a las 6:00 de la tarde, me quedé dormida; desperté a las 8:30 pm más o menos, y pasé toda la noche en vela; maravilloso. ¿No?

Pero ya que estoy despierta debo hacer algo productivo. Y lo único que se me ocurre es llamar a Laura; aunque pensándolo bien, mejor no. Porque si no me ha escrito ni llamado ha de ser por dos posibles razones muy obvias:

La primera: anda muy metida en sus cosas, en su mundo.

O la segunda: nada salió como esperaba con ese chico, y está en su casa; odiando al universo. Cuando está en ese plan; es mejor no molestarla.

Bueno, como sea.

Tomo mi celular y entro a Whatsapp; veo que tengo varios mensajes de Eddy:

—Eloy

—¿Cómo estás hermosa?

—¿Estás enojada conmigo?

—Háblame por favor, Eloy

Y dos emojis con caritas llorosas o tiernas, qué sé yo. Ustedes me entienden, eso es lo que importa.

Le respondo uno por uno de sus mensajes:

—Hey, Eddy.

—Estoy muy bien, gracias

—No, no estoy enojada contigo. ¿Por qué lo estaría, querido?

—¿Y tú, cómo estás?

Eddy:

—Que bueno, me alegro mucho, Eloy. —me responde de volada. ¡Wow!

—Me alegra mucho saber que no estás enojada, pero no respondías mis mensajes y pues...

—Y me encuentro de maravilla, gracias.

Yo:
—Perdón Eddy, casi no respondo. Así que ya sabes.

Eddy:

—Bueno, espero verte mañana en la universidad, quiero hablar contigo aunque sea por cinco minutos. ¿Está bien?

Yo:
—Ok, así será. —digo y suelto mi móvil

***
Después de haberme dado una ducha y ponerme mi pijama favorita <la única que tengo; a quién engaño> de Calamardo (mi ídolo) me preparo algo de comer y reviso mi agenda:

El martes tengo un encuentro con el club de lectura, después de clases.

El miércoles tengo un emocionante encuentro con los súper cerebritos de mentes brillantes. ¿Qué diablos hago en ese club?. Ni siquiera soy buena en matemáticas, por Dios. Y esos chicos son superdotados en todo lo que hacen.

Pero mientras no me echen estará todo bien; pero juro que pronto me echarán como a una basura. ¡Auch!.

Jueves y viernes me toca ir a la biblioteca como voluntaria. ¿Por qué diablos no me pagan?. Ah cierto, soy voluntaria; lo que significa que no tienen que pagarme porque me ofrecí sin ningún tipo de interés económico. ¡Mierda!.

Necesito dinero; quiero dinero.

No siempre estaré a costas de mis padres. Quiero ser independiente o al menos ser semi-independiente <si es que esa palabra existe>. Pero bueno, quiero ganar mi propio dinero y poder gastar cuanto dinero se me antoje; así de paso compro comida y ropa decente, por Dios.

Y no es que viva tan mal, pero seamos realistas; soy una joven que tiene necesidades y caprichos, si tuviera mi propio dinero, si tan solo no tuviera que esperar a cada fin de mes para recibir mi mesada; yo podría hacer muchas cosas, como ir un día a arreglar mis pies con Laura. "Ella me ha invitado muchas veces y nunca quiero ir por pena, porque debo economizar lo más que pueda para aguantar hasta fin de mes."

Tal vez Laura no trabaje, pero ella vive con sus padres y ellos llenan su bolso cada vez que se le antoja; es muy consentida. Yo no me quejaría.

Y como vengo diciendo desde el principio; ser una mantenida a mi edad, casi una adulta, es lo peor del mundo.

Al menos para mí si.

&quot;Maldito Fuck Boy.&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora