Capítulo XXI

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Narra Laura.

Toda mi vida he causado revuelo entre los chicos; desde los más lindos, hasta el menos agraciado.

Por eso siempre fui muy popular en la escuela; salí con muchos chicos en la secundaria, me divertía un rato y después los mandaba a volar. Nunca tomé a ninguno en serio, porque no quería salir lastimada; nunca me ha importado cuántos corazones he roto, debo proteger el mío ante todo.

No se llama egoísmo si se trata de cuidarme a mí.

Dicha estrategia no duró mucho para dejar de funcionar.

Cuando conocí a Emir; creí que sería uno más, y que no pasaría nada interesante. No me imaginé que se volvería tan importante en mi vida. Tampoco imaginé que dolerían tanto, ciertas cosas.

El otro día, él compartió un recuerdo con su exnovia, en Facebook. Me molestó bastante, tanto que mi pecho se hundía en un inmenso vacío.

No le dije nada sobre el tema, no reclamé nada; lo dejé pasar por alto. Pensé que tal vez él se imaginaría que me cayó mal tal cosa, o que tal vez sus amigos les dirían algo sobre "la nueva chica" con la que está saliendo. Algo como que: "Oye Emir, se puede enojar tu chica."

Pero no fue así; él no disimula su frustración hacia su relación pasada, y no se imagina lo feo que se siente estar bajo la sombra de alguien más.

Juro que me he esforzado; trato de ser tan especial para él, lo suficiente como para que supere todos esos malos momentos del pasado, que sin darse cuenta, están afectando el presente, y como duele.

Sé que no soy nadie para exigirle que se enfoque en nosotros y que deje de vivir en el ayer; pero no es justo para mí, que he puesto todo mi empeño en lo que se supone "estamos construyendo" y él no hace más que demostrarme que ella siempre estará en medio, tal vez no esté físicamente, pero su presencia siempre va a estar entre nosotros. Y a mí me tocará soportar eso; no sé hasta cuándo, ni porqué.

No soy una experta en amores, pero sé muy bien que las personas deben sanar antes de empezar en una nueva relación; sino, otros terminarán heridos, por ser parte del proceso de sanación de otra persona.

***
Tomo mi celular y le marco a Eloy:

—¡Hey, Laura!—contesta al instante.

—Eloy, necesito una taza de café y un consejo de una sabia amiga.—digo con la voz entrecortada.

—¿Está todo bien, Laura?—se preocupa, mientras baja una lágrima por mi mejilla.

—No, nada lo está.—suelto un quejido—Te veo dentro de un rato.

—Aquí te espero, Laura.—cuelgo y me dispongo a salir.

Al llegar a la casa de Eloy, toco el timbre; ella me abre y me ve con cara de preocupación, y bastó una mirada de mi querida amiga para que explotara en llanto.

—Eloy—digo entre sollozos; ella solo me abraza en silencio.

—Tranquila, estoy aquí cariño.—habla con un tono suave y tranquilizador.

—¿Hiciste café?—pregunto, limpiando mis lágrimas.

—Sí, ven.—me guía a la cocina.

—Amiga mía, te necesito cerca.—digo conteniendo mi llanto.

—Aquí estoy querida amiga—me dice con cierta tristeza en su expresión—Siempre estaré aquí, hermanita.

—Tú eres mi única hermana, Eloy.—muestro una sonrisa triste.

"Maldito Fuck Boy."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora