Parte II
Después de haber asimilado lo que me acaba de ocurrir, me dirijo a la salida como zombi; recibo un recordatorio en mi celular, de que dentro de poco debo reunirme con el club de lectura. Me paro de golpe y me dirijo hacia dicho encuentro en el salón de ciencias. <No tenemos puesto fijo, un día es en un salón, y al siguiente en otro; todo depende de cuál esté libre en ese momento>
Al llegar al salón saludo, y me siento en mi lugar; algunos están dialogando sobre algún libro o una saga muy buena, no lo sé, estoy demasiado ocupada pensando en mil cosas.
"No se supone que este sería mí día."
Hablé muy pronto.
Bueno no debería preocuparme demasiado; puedo pedir limosna junto a algún vagabundo de esos, que muy seguramente terminará acosándome por rara.
O también podría lavarle los platos a alguna señora que termine adoptándome, que le quede poco tiempo de vida y me deje como su heredera universal. Sería increíble; no por la parte en que la doñita se muere ni nada de eso, si no porque podré hacer una buena obra; así como en "La Rosa de Guadalupe" ya saben.
Meneo la cabeza de un lado a otro, deshaciéndome de esos raros pensamientos.
Miro hacia la entrada observando a la persona que acaba de entrar.
¡No puede ser!
Acaso es algún tipo de castigo divino, porque una "casualidad" no creo.
—Déjame adivinar; también entraste al club de lectura. ¡Hurra!—suelto sarcástica.
—Ya quisieras Eloy, pero lo siento mucho; la lectura no es lo mío.—dice con arrogancia.
—¿Entonces qué haces aquí, Naím? —pregunto seria.
—Necesito tu ayuda, urgente. Debo subir mis calificaciones o mi padre me dejará fuera de sus negocios. Tú eres muy buena en clase; así que tú serás mi tutora.—suelta él, y yo me quedo petrificada.
—¿Ah, disculpa?
—Te pagaré, dime cuánto y pagaré lo que sea necesario. Tómalo como un trabajo temporal; pero en serio, te necesito, Eloy.—dice muy honestamente, hasta me llegó a parecer dulce.
Me quedo viéndolo pensativa, y es que con esa forma de pedirlo, como lo hizo, es tan única y sincera. Para tratarse de alguien como él me pareció bastante hermosa la manera en que dijo que necesita de mí.
Quisiera aceptar y decirle que sí lo ayudaré, pero mi orgullo es muy fuerte.
¿Por qué rayos me pide ayuda a mí?
No soy tan inteligente, como para ser la tutora de alguien.
Por otra parte, necesito el dinero, sólo hasta que encuentre un trabajo decente y pueda resolver mi joven vida.
¡Ay!
—5,000 pesos semanal. ¿Te parece bien?—termino aceptando.
—No, mejor te pagaré 1,000 por cada clase, por separado. Así si trabajas los fines de semana y días festivos, ganarás más dinero. —dice apuntando su sien.
—Está bien, suena como un trato justo. Empezaremos mañana, después de clases, en el club de mentes brillantes.
—¿Con gente rara?—pregunta asqueado.
—Si no quieres, está bien, podemos empezar el jueves, en la biblioteca. Sin coquetear con nadie. ¿Ok?
—¿Por qué no? —pregunta como niño regañado.
—Porque yo lo digo.—sonrío falsamente.
—Ok jefa, como usted ordene. Soy todo suyo.—dice y no puedo evitar sonreír.
Este chico siempre termina sorprendiéndome, es como un don, cuando menos lo espero ahí está él; con su hermosa cara y delgado cuerpo, su pelo desordenado y su rara forma de dirigirse a mí.
Él es un constante universo de posibilidades.
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"Maldito Fuck Boy."
Teen FictionTodo era perfecto e impecable. Mi vida era maravillosa; sin fiestas, sin alcohol y sin chicos. Todo estaba bajo control. Pero... ¿Pueden tus emociones llegar a ser más fuertes que tú misma? ¿Podrían salirse de control sin que tú puedas hacer nada p...