Narra Naím.
"Salí tan rápido como fue posible, ya no tenía sentido permanecer ahí, Eloy estaba furiosa, y traté de entender el porqué de su reacción, pero terminé gritándole cosas horribles."
[...]
Estoy frente a su casa, golpeando el volante de mi auto cada que recuerdo lo estúpido que fui, aquel día. Aquí me encuentro, en un maldito dilema; entrar a su casa y pedirle perdón por todo lo que dije, o largarme de su vida de una vez por todas. No creo que me vaya a extrañar.
En este momento ni siquiera puedo tomar una decisión, no es que sea indeciso, sino que dentro de mí, algo me dice que no me vaya, que me quede y arregle las cosas con ella. Ya ha pasado una semana desde entonces, posiblemente, ya sea demasiado tarde para arreglar las cosas, pero lo intentaré.
Me bajo del auto, me detengo un segundo frente a su puerta, toco el timbre una vez, vuelvo a tocarlo, cuando de pronto la puerta se abre, y ahí está ella; con su cabello recogido en un moño desordenado, con su pijama de Calamardo, y su mirada tan única, que puede descifrarte en cuestión de segundos. Eloy era tan jodidamente hermosa, espontánea, única y especial, que con el simple hecho de hablarle, sentía que tenía todo a mi alcance, y en esta semana que no hemos hablado, me he sentido como un completo imbécil. Nunca me ha importado si la gente se aleja o no de mí, pero Eloy, ella llegó a mi vida para cambiarlo todo en mí, sin ni siquiera esforzarse.
—Eloy—balbuceo inevitablemente al momento de ver que ha permanecido en la puerta—¿Podemos hablar?
—Pasa—dice, con una expresión seria. Una vez allí, ella me mira, cruzándose de brazos—Te escucho, Naím.
—Eloy, siento haber dicho todas esas cosas aquel día, tienes toda la razón, yo no soy nadie para hacer ese tipo de cosas, por celos... Pero es que me gustas mucho, mujer.—ella me ve atenta, sin decir nada, así que continúo—Y no tienes que perdonarme, si no quieres hacerlo, solo dime que me largue y lo haré, porque lo último que quiero es hacerte incomodar, Eloy.
—¿Terminaste?—pregunta con indiferencia, no entiendo nada, solo asiento con la cabeza, y ella habla nuevamente—Antes de que te cruzaras en mi camino, mi vida era monótona, aburrida, todo estaba bien, pero luego tú llegaste, y todo eso cambió; pasé de estar encerrada en casa, a salir de fiesta entre semana, cambié tomar café por las mañanas, por tomar mucha agua, debido a la resaca. Pusiste todo de cabeza, Naím; me hiciste salir de mi zona de confort, y nadie lo había hecho antes. ¿Crees que te librarás tan fácilmente de mí?
Me toma unos segundos poder captar lo que acababa de decir, no puedo dejar de sonreír como idiota. Esta chica terminará volviéndome loco, y eso me encanta.
—¿Entonces, me perdonas?—pregunto con una leve sonrisa, la veo morder su labio inferior, como si lo pensara, y mierda, se ve tan hermosa.
—Estoy rotundamente condenada a tus repentinos cambios de planes. Eres un idiota. ¿Lo sabes?—dice con mala cara, sonrío por lo tierna que se ve en estos momentos—Y sabes qué es lo peor del caso; que tú también me gustas, Naím, y mucho; tanto que da miedo. Por eso me puse histérica cuando me hablaste de ello; y a mí también me dan celos cuando veo que otra chica está demasiado cerca de ti, o te mira demasiado, me enfurece.
—Retiro lo dicho; no creo estar enamorado de ti.—Eloy me mira con el ceño fruncido, me contengo para no reír por su cara—Estoy tan seguro de estarlo, como de que el agua es vital para los seres vivos. Nunca antes me había sentido de este modo, Eloy; por eso dudé si realmente lo estaba, hasta poco no tenía idea de lo que se siente estar enamorado, y mierda, podría decirse que es una de las siete maravillas del mundo, porque tú, Eloy, eres la dueña de mi corazón.
ESTÁS LEYENDO
"Maldito Fuck Boy."
Teen FictionTodo era perfecto e impecable. Mi vida era maravillosa; sin fiestas, sin alcohol y sin chicos. Todo estaba bajo control. Pero... ¿Pueden tus emociones llegar a ser más fuertes que tú misma? ¿Podrían salirse de control sin que tú puedas hacer nada p...