Narra Naím.
Desde pequeño he conseguido todo muy fácilmente; se podría decir que mis padres siempre me han llenado las manos a mi antojo.
La gente siempre habla de lo popular que solía ser en la secundaria y en muchos lugares más, y me parece tan irracional que las personas te clasifiquen por el tipo de personas con quienes te mezclas; los nerds o poco populares nunca me hablaron, de hecho me rechazaban cuando quería ser amigable, con la típica excusa de: "Lo siento niño rico, no haré tus tareas a cambio de un poco de popularidad." ¡Auch!
Acaso ellos no se imaginaban lo fastidioso que era pasar todo el día con gente tan falsa e irritante, como lo eran los denominados "populares."
Sabía que si me juntaba con los chicos menos populares, con los estudiosos, con gente que sí tuviera el mismo enfoque que yo «estudiar realmente, y ser bueno en ello» los descerebrados esos se alejarían de mí de una vez por todas. Pero lastimosamente vivimos en una sociedad en donde te juzgan por la marca de tu teléfono; si tan sólo entendieran que tener algo de gran valor material no te hace mejor o peor persona, ni garantiza la felicidad.
Y sé que estarán pensando que hablo por hablar, porque como ya he dicho; siempre he obtenido todo a mi antojo, pero yo sí sé la diferencia y soy realista.
He conocido diversos tipos de personas, que tienen los más lujosos penthouse en el centro de la ciudad, y no son para nada buenas personas, mucho menos son felices.
En cuanto a las chicas; nunca he sostenido nada serio, ya que ninguna me mostró que eso era lo que buscaban. Todas las chicas con las que he "salido" no esperaban a que yo me acercara y las invitara —otro motivo por el cual nunca formalicé nada— siempre se me lanzaban, y pues me aprovechaba de eso y me tiraba a todas las que quería, sin ningún tipo de compromiso; así nadie saldría herido, y todos terminábamos ganando.
Pero ese estilo de vida terminó aburriendóme, por lo tanto ya no me interesan ese tipo de cosas. Desde que llegué a esta universidad, Tamara la pelirroja del salón, se me ha estado insinuando, y yo muy claramente le dije que no pasará; es muy hermosa y tiene una gran personalidad, pero ya no pienso seguir en el negocio,«al menos no por ahora».
***
—"Pediré limosna madre, no te preocupes; yo me las arreglo sola."Fue lo último que le escuché decir, y me quedé observando desde una esquina del pasillo como se dirigía hacia la salida, con el ánimo por los suelos.
En ese momento la ví tan vulnerable e indefensa; un sentimiento de impotencia me invadió, quise acercarme y abrazarla para que sintiera que todo estaría bien, pero sé que no me dejaría, ella es tan distinta a las demás chicas que he conocido; podría jurar que es única y auténtica. No tengo duda alguna.
No sabía qué hacer para ayudarla, pensé en decirle a mi padre que la contratara en la empresa como su asistente personal o algo, pero no era buena idea, se necesita de experiencia laboral para ello, y al parecer Eloy nunca ha trabajado, entonces no me quedó más opción que pedirle ayuda a cambio de algo de dinero, sólo algo temporal.
Al principio no sabía si lo tomaría bien, o si aceptaría, pero ella aceptó ser mi tutora, y me alegro tanto, estoy más aliviado ahora que sé que tiene una preocupación menos y que pude ayudar de alguna manera, indirectamente.
Ni siquiera sé porqué me meto en asuntos ajenos; ella dijo que lo resolvería, pero en el fondo sabía que no podría sola, pero cuán orgullosa es.
Nunca he sido de ofrecer ayuda a nadie, y menos si no acuden a mí antes; pero Eloy, ella me hace querer ser mejor persona. Su mirada tan profunda y decifrable cada vez que digo o hago alguna cosa que me nace espontáneamente, su mirada lo dice todo.
Con ella no tengo que usar máscaras, y puedo ser yo mismo, me hace sentir en casa, es como si ella no exigiera demasiado de las personas, y eso la hace jodidamente auténtica, y es su autenticidad lo que más me llama la atención, desde el momento en que la conocí.
Y tengo que admitir que me gusta pasar tiempo con ella, lejos del mundo y sus tontos prejuicios; aprovecharé esta oportunidad como una excusa para pasar tiempo de sobra con ella. Aunque solo hemos "pasado tiempo juntos" aquella vez que nos tomamos ese café e hice preguntas tontas como: por qué se llamaba así.
¿En qué diablos estaba pensando en ese momento?
Cualquier otra chica se hubiese burlado en mi cara y muy probablemente se hubiera levantado de esa silla para irse. Pero ella se quedó, y me contó su graciosa historia.
Me porté como un principiante en una "cita" con ese tipo de preguntas. ¡Mierda!
Pero yo no sabría qué preguntarle; si le hubiera hablado de cualquier otro tema, que para otra chica resultara divertido e interesante, para ella no.
Y no quería quedar como un idiota frente a ella, no otra vez.
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"Maldito Fuck Boy."
Teen FictionTodo era perfecto e impecable. Mi vida era maravillosa; sin fiestas, sin alcohol y sin chicos. Todo estaba bajo control. Pero... ¿Pueden tus emociones llegar a ser más fuertes que tú misma? ¿Podrían salirse de control sin que tú puedas hacer nada p...