Parte I
¡Martes!
Al fin un día que sé que me gusta; amo los martes, amo cualquier día que no sea lunes.
Me levanto enérgica para arreglarme e irme a la universidad. Tengo el presentimiento de que este será un gran día, ya lo creo.
Salgo de mi casa, saludo a un desconocido que va pasando y éste me devuelve el saludo con cara de: ¿Qué rayos?
Me subo al autobús y como si se tratara de un milagro, encuentro un asiento libre. ¡Vaya, este sí que es mi día!
Al llegar a mi destino me bajo y camino sin saber muy bien hacia dónde, pero aún así sigo caminando con una sonrisa de oreja a oreja en la cara.
—¡Eloy! —me gritan desde atrás.
–—Ah, Laura. ¿Cómo estás? —digo con una sonrisa.
—Te estuve buscando por todos lados, me tienes muy abandonada. —dice ella.
—No es cierto, ayer estuve contigo en clase. ¿Y para qué me buscabas?
—Para nada importante, solo te extrañé, ¿O acaso no puedo?—dice y me quedo viéndola.
—Ok, claro que puedes; eres como mi bebé. —digo y ambas reímos.
—Te quiero mami. —dice abrazándome como si yo fuera su madre.
—Sí, sí, yo también te quiero bebita. —río.
Nos dirigimos a la cafetería a comer algo y después entramos a clases.
***
Aquí cada quien está en su propio mundo; algunos en su celular, otros comiéndose literalmente con la mirada, y otros aquí llevando la vida ajena. Ah, pero si soy yo.La clase de hoy fue bastante corta o tal vez me gustó tanto que perdí la noción del tiempo. Al salir de esta, me dirijo hacia el salón de maestros para preguntarle algo a mi profesor sobre el ensayo.
Cuando entro al pasillo, mi celular suena en mi bolsillo, lo tomo y veo que es mi mamá.
—Hola mami. —contesto.
—Eloy, querida debo hablar claramente contigo. —dice con tono muy serio.
—¿Qué ocurre madre? —pregunto un poco nerviosa.
—Hija, tenemos problemas económicos y no podremos seguir cubriendo tus gastos. Lo siento mucho Eloy. —suelta ella de la nada, y a mí casi me da un paro cardíaco.
—¿Qué?¿Entonces tendré que dejar la escuela mamá? ¿No cumpliré mi sueño de ser una gran psicóloga? —pregunto muy aterrada e histérica.
—Claro que no, tranquila. Te conseguiremos una beca para que sigas en esa universidad. Pero consigue un trabajo para que cubras tú misma tus gastos. —me dice.
—Pero nadie me contrata, dicen que no tengo experiencia, que soy muy joven y muchísimas cosas más. —digo exasperada.
—Es eso o nada, querida hija.—sentencia ella.
—Pediré limosna madre, no te preocupes. Yo me las arreglo sola.—digo y cuelgo.
Nunca imaginé que el día que tanto he deseado llegaría justo ahora, justo hoy. Por mucho tiempo he querido ser independiente y valerme por mí misma.
Pero ahora que ha llegado el momento no sé si pueda con esto. ¿Qué voy a hacer?
¡Por Dios!
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"Maldito Fuck Boy."
Teen FictionTodo era perfecto e impecable. Mi vida era maravillosa; sin fiestas, sin alcohol y sin chicos. Todo estaba bajo control. Pero... ¿Pueden tus emociones llegar a ser más fuertes que tú misma? ¿Podrían salirse de control sin que tú puedas hacer nada p...