Capítulo XVII

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Me encuentro en la cafetería del campus universitario, sentada con mis libros abiertos; hoy vine más temprano, necesitaba estar sola un momento, y sé que todos llegan tarde.

Me tomo mi café despacio y respiro. La mañana está fresca y tranquila, nada podría estar mejor que esto.

Me quedo pensativa, mirando a la nada, cuando de pronto alguien se acerca por detrás:

—¡Buenos días, preciosa!

Doy un pequeño salto en la silla, ya que no me esperaba eso.

—Me asustaste, idiota.

—Eres muy miedosa, ¿o acaso soy tan feo?—hace un puchero con sus labios.

¡Demonios!

—No, no eres tan feo.—río por lo bajo.

—¿Disculpa? Soy bastante guapo; que no se discuta.

—Ok, como digas, jefe.—digo juguetonamente.

—Suena bastante sexy, mi querida psicópata.—dice con picardía. Siento como mi cara se enrojece a velocidad de la luz.

—Idiota.—sonrío.

—No te imaginas cuánto he soñado con este día. Desde hoy ya no te dejaré en paz, Eloy.—dice viéndome a los ojos con firmeza.

¡Mierda!

Eso sonó tan como Ares Hidalgo, y debo admitir que he soñado con un tóxico hermoso como Ares en mi vida; desde que leí "A través de mi ventana."

—Te veo en la biblioteca después de clases.—me pongo de pie y me doy la vuelta con mis libros en mano.

—Ahí estaré, preciosa.—lo escucho decir y sonrío.

¡Ay!

¿Qué me pasa hoy?

Sólo estoy con sonrisitas tontas en la cara.

Ya sé, es la emoción por mi primer día con un empleo. Eso es.

No es que me emocione el hecho de estar con él todo el tiempo por las tardes a partir de hoy. Estoy segura.

***
Entro a clases y noto que la pelirroja me está viendo de una forma extraña.

¿Qué diablos?

¿Por qué me ve así?

No recuerdo haber pasado palabra alguna con esa chica, ni siquiera recuerdo muy bien su nombre.

Desvío la mirada a otra parte y sigo mi camino.

—¿Y esa cara?—pregunta Laura al verme.

—No es nada, sólo me confundí un poco con algo. —digo sin más.

—Que rara eres, Eloy.—dice con cara de confusión.

—Lo sé.—digo con una expresión seria.

***

Cuando terminó la clase me dirigí a comer algo, para después ir a la biblioteca.

Al llegar a la biblioteca veo a Naím «mi jefe» sentado, cruzado de brazos.

—Tu primer día y llegas tarde. La puntualidad no es lo suyo, por lo visto, señorita. —me reclama.

—No es cierto. Tú llegaste muy temprano.—digo cruzando los brazos.

—Cómo sea, empecemos.—ordena.

—Haremos el ensayo, saca tus cuadernos.—digo.

—¿Ah? ¿Cuadernos?—se sorprende—¿No puedo usar mi laptop?

—Disculpa, la tutora aquí eres tú o soy yo. —hablo firme.

—Pues tú, porque no soy "tutora" más bien sería tutor con "o." —me corrige.

—Ya cállate, no estás en una discoteca, sino en la biblioteca.

—Que gruñona.—le hago un gesto para que baje la voz.

—Ahora cuéntame sobre el porqué quieres ser psicólogo.—empiezo.

—Porque ganaré un buen sueldo.—se ríe.

—Entonces empieza a escribir eso y tendrás un cero con seguridad.—sentencio.

—Tranquila, sólo bromeaba.—dice con seriedad.

—No hagas bromas entonces.—digo—Piensa bien y escribe; estaré de aquel lado, recuerda que soy voluntaria aquí.

***
Después de mucho rato lo observo, y sonrío al ver lo concentrado que está.

Se ve lindo.

¡Ah!

¿Qué cosas digo?

***

—Naím, hemos terminado por hoy. Puedes irte.

—¿Tan pronto?—pregunta él.

—Ha sido todo por hoy; mañana te veo aquí otra vez.—le sonrío

—Ven a una fiesta conmigo, esta noche.—suelta de la nada.

—No voy a fiestas Naím, además a qué se supone que iría a una fiesta.

—Pues a celebrar que ya tienes trabajo, y que tu jefe está bueno... digo, es bueno.—trata de convencerme el muy presumido.

—Está bien, iremos.—termino aceptando.

¿Por qué nunca puedo decirle que no?

Con él no me funciona lo de ser firme con mi palabra.

¡Demonios!

—Perfecto; pasaré por ti. Envíame tu ubicación, y préstame tu celular.—se lo presto y me quedo viendo cómo apunta su teléfono y se marca a sí mismo.

—¿Tienes auto?—pregunto y se me queda viendo.

—No cenicienta, pasaré por ti en mi carruaje.

—Idiota.—digo por lo bajo.

¿Y ahora?

¿Qué diablos me pondré?

No voy muy seguido a fiestas, de hecho nunca he ido a una en mi adolescencia. Aunque nunca me ha llamado la atención esas cosas, así que no me importa.

Acudiré a "Ideas en 5 minutos" eso nunca falla.

O mejor me pongo a buscar en mi clóset hasta encontrar algo decente que ponerme.

Tal vez un milagro me ayude.




"Maldito Fuck Boy."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora